Gatilleros En Baja California Sur (Sobre Los Mercenarios Del Periodismo))

Gatilleros

Nuevamente los patrones del PRI están tratando de que sus suposiciones, teorías y conjeturas sustituyan el análisis y el debate serio de cara a la opinión pública. Para ello han estructurado un discurso donde se victimizan, lo han socializado entre sus voceros y publicistas y en días pasados, han descrito hechos y eventos (también creados por ellos mismos) que supuestamente comprobarían la veracidad de un complot en su contra.

¡Que inútil esfuerzo de propaganda, creatividad y discurso sólo por soberbios y necios!! Además que grave muestra de irresponsabilidad por no asumir sus errores y enmendarlos de forma oportuna.

Es por ello que a través de sus “gatilleros” que no periodistas, han actualizado su discurso de odio, promoviendo la división y el temor entre los sudcalifornianos contra una supuesta alianza entre el PRD y el PAN donde el primero, su dirigencia o compañeros de izquierda que forman o en su momento formamos parte de él, no sólo son sinónimos de las peores conductas y decisiones, sino ahora también actores de circunstancias que ni siquiera ocurrieron.

En el caso del PAN el trato oscila entre el consejo y la advertencia (quizá porque aún está en poder del gobierno local) pero igual se les exhibe como marionetas de un teatro inexistente. Esta situación, si bien se ha agudizado luego de la denuncia que el PRD interpuso contra Esthela Ponce, debe revisarse por lo que existe más de fondo.

Luego de su regreso a los Pinos, la clase política priísta ha dado muestras de no haber cambiado su concepción autoritaria, vertical y clientelar del poder, así como su gusto por tratar de vender lo que no les pertenece, mezclando los negocios con el ejercicio del gobierno, quizá a manera de compensación por sus sacrificios a favor de la patria.

Este nuevo priísmo 2.0 en cambio, si ha modificado el manejo de su imagen, mediante su obsesión por la mercadotécnica política y electoral, al punto que ha resuelto un viejo problema de aceptación de su naturaleza y esencia real cuando superando sus propios límites de vergüenza, reconocieron el verdadero y absoluto liderazgo teórico y político que los conduce en la figura de su dirigente moral: Carlos Salinas de Gortari.

Quizá ha sido menos lo que por sí mismos aprendieron estos años de ser oposición formal al poder presidencial y más lo que ganaron en términos de apariencia y legitimidad democrática como un regalo a cambio de nada, de parte de las dirigencias del PAN y del PRD, con el Pacto por México.

Pero su condición la han asumido con más soberbia de la que la sabiduría y el sentido común recomiendan. Ya lo decía Sandino “implacable en el combate y generoso en la victoria”. Pero no es su caso, como ya quedó comprobado el pasado 7 de Julio donde pusieron en riesgo la permanencia tanto del PAN como del PRD en el pacto por México, al mostrar que siguen siendo expertos en manipulación y excesos con tal de hacerse del poder político.

Aunque se han apropiado de las nuevas tecnologías y formas de comunicación para usarlos en sus viejas prácticas corporativas y antidemocráticas, aún gustan del trabajo sucio y artesanal que caracteriza a los mercenarios pseudo “articulistas de opinión” y éstos últimos buscan maximizar su utilidad aprovechando el punto en que la clase política mexicana mantiene como un fetiche: la vanidad personal.

El articulista por encargo, por pago, por interés personalísimo, quizá tiene poco si no es que ningún impacto en la mayoría de la sociedad, pero contrariamente, se le sigue alquilando en sus servicios, para hallar virtudes dónde no existen y enlodar quienes se supone, amenazan cualquier interés de quien patrocina su columna.

Concretamente en lo local quienes asumen esta función, aunque se presentan como objetivos, imparciales o analistas, son evidentemente, parte de la maquinaria de propaganda del propio sistema en este caso del PRI, algunos incluso con militancia pública y notoria, aunque otros sólo con la dependencia económica que permite compartir cualquier visión que sea necesaria para la subsistencia.

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