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Movimiento de los Sin Tierra en Brasil


Enviado por   •  6 de Mayo de 2018  •  Ensayos  •  2.072 Palabras (9 Páginas)  •  334 Visitas

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Movimiento de los Sin Tierra en Brasil

De acuerdo a datos de La Reserva (2009), Brasil es el quinto país con mayor extensión en el mundo y la más extensa en América del Sur, posee una gran superficie agrícola y se encuentra dentro de las 10 potencias económicas a nivel mundial. Sin embargo, es uno de los países con mayor desigualdad social.  

El Movimiento de los Sin Tierra (MST) surgió como resultado de diversas luchas por un injusto reparto de tierras contra la corona, dictaduras militares y otras formas de opresión que han expulsado de la tierra a quienes la trabajan, dejándolos sin un lugar donde llevar una vida digna. Además, en su búsqueda de encontrar mejores oportunidades  

Este movimiento es considerado como uno de los movimientos sociales más importantes en América Latina, debido,  a su gran fuerza moral,   confianza y alegría que contagia a quienes se acercan a él.

Antecedentes

Antes de que se formara el MST de manera oficial ya se habían desarrollado distintas luchas por la tierra. Esto desde la colonización portuguesa, donde la Corona ya se había repartido y apropiado de los territorios sobre los que buscaba beneficiarse explotando a sus esclavos. En cambio, cuando algunos de los esclavos lograron escapar o fueron liberados se instalaron en tierras  formando sus aldeas africanas a las que se les llamó “quilombos” y por las cuales, en algunas ocasiones se llegan a relacionar con el movimiento en la superación de la esclavitud y la formación de los campamentos con derechos sobre la tierra.

Con el paso de los años, varias luchas fueron surgiendo y al mismo tiempo eliminándose por quienes se encontraban en el poder y querían mantenerlas bajo control. Entre estas luchas se encuentra la formación de tres grandes organizaciones campesinas formadas entre 1950 y 1964, que aunque tenían objetivos en concreto, luchaban por el derecho a la tierra y por una reforma agraria. Estas organizaciones fueron las siguientes:

Las Ligas Campesinas se formaron alrededor de 1945 y se encargaban de reunir a campesinos, propietarios, aparceros, ocupantes y medieros que se resistían a la expulsión de sus tierras y al régimen asalariado. Fueron apoyados por el Partido Comunista Brasilero (PCB), del que dependían y cuando el partido fue declarado como ilegal, la organización fue fuertemente reprimida. Siete años después volvieron a surgir.

La Unión de Agricultores  y Trabajadores Agrícolas (ULTAB) fue creada en 1954 por la PCB y era una asociación de labradores que se organizaba para coordinar las asociaciones campesinas. Pretendían crear las condiciones para una alianza política entre campesinos y obreros.

Finalmente, el Movimiento de Agricultores Sin Tierra (MASTER) surgió a finales de los 50 y a diferencia de las anteriores, no luchaban por mantenerse en la tierra, sino por conquistarla.

Las tres organizaciones se mantuvieron activas hasta el golpe militar de 1964 que reprimió fuertemente a todos los movimientos bajo el pretexto de la amenaza comunista.  La represión fue tal que muchos de los líderes fueron detenidos, exiliados o asesinados, y las organizaciones resistieron muy débilmente.

Cabe mencionar que durante esta época surgieron dos iniciativas importantes de la Iglesia Católica que buscaban contrarrestar las influencias socialistas y marxistas que estaban adoptando las organizaciones. La primera y la más conservadora fue el “Servicio de asistencia rural” y la segunda surgió de los sectores más progresistas, el “Movimiento  de educación base”, estas difieren no solo en el lenguaje utilizado, sino en la manera y contenidos con los que se acercan a los campesinos.

Sin embargo, los precedentes más cercanos a la fundación del movimiento se encuentran entre 1978 y 1984 en un contexto en el que según Martha Harnercker, aumentó bruscamente la concentración de la propiedad de la tierra y del creciente número de trabajadores sin tierra; se redujeron las alternativas para mejorar esta situación  que conllevaba a la inseguridad y miseria entre una población que estaba acostumbrada a vivir con un cierto nivel de estabilidad; la influencia de las pastorales progresistas de varias iglesias y el proceso de democratización que se vivía en el país, fueron el marco en el que las iniciativas de ocupar la tierra nacieron.

En este contexto comenzaron las nuevas luchas, siendo en Río Grande do Sul, en el cono Sur, donde se presentaron los primeros movimientos, que más tarde se expandieron por gran parte del país; dando como resultado el campamento de Encruzilhada Natalino que comenzó en diciembre de 1980 cuando un colono llamado Natálino se instaló en la confluencia de unas rutas que iban a Ronda Alta, Sandi y Passo Fundo en Río Grande do Sul. Después de él fueron llegando familias sin tierra de toda la región. El campamento había comenzado con al menos 50 familias y terminó con alrededor de 600. Estaban situados en un lugar estratégico, pues estaba rodeada de latifundios. El gobierno trató de desmovilizar a las familias ofreciéndoles trabajos pero estos la rechazaron y tomando como referencia las experiencias anteriores se organizaron en grupos, comisiones y sectores para hacer un levantamiento hacia los latifundios que estaban cerca, a cada manifestación llevaban una cruz como símbolo de resistencia. Lograron probar al gobierno que el problema de la tierra podía resolverse en la misma región.

Cuando pasó medio año  desde la toma, se celebró una misa por el obispo de la Iglesia Católica, D. Pedro Casaldáliga de MAtto Grosso, quien expresó su solidaridad hacia ellos. “A esta misa acudieron seis mil personas y el acontecimiento fue divulgado por todo el país, adquiriendo la lucha una connotación nacional” (Harnercker).

Más tarde, y luego de rechazar otra oferta por parte del gobierno se realizó una segunda celebración a la que acudió el obispo católico D. Tomás Balduíno, quien “aprovechó para denunciar la miseria en la que vivían los colonos que habían sido desplazados” (Harnercker). Esta vez se reunieron 10 mil personas.

Tras diversos conflictos con el gobierno y sin poder llegar a una solución, los acampados decidieron en un encuentro de la Conferencia Nacional de los Obispos, que la iglesia comprara un área donde algunas familias pudieran quedarse por un tiempo, la propuesta fue aceptada y recaudaron fondos para comprar un terreno de 108 hectáreas, en la recaudación participó también la Iglesia Luterana.

En esta lucha, los sin tierra persistieron más de año y medio y no fue hasta 1983 que el gobernador autorizó la compra de 870 hectáreas para el asentamiento  de algunas familias.

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