Organizacion De Estados Americanos
greciap4511 de Junio de 2015
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INDICE
CAPITULO I
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
ORIGENES DE UNA COMUNIDAD AMERICANA
CAPITULO II
PAÍSES MIEMBROS DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS
ESTADOS MIEMBROS
EXPULSIÓN DE CUBA
SUSPENSIÓN DE HONDURAS
CAPITULO III
DENUNCIA DE TRATADO
TRATADOS MULTILATERALES INTERAMERICANOS Y ACUERDOS BILATERALES
LA DEMANDA BOLIVIANA CONTRA CHILE ANTE LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA DE LA HAYA
• ANTECEDENTES HISTÓRICOS
• LA DEMANDA BOLIVIANA
• LOS PASOS SIGUIENTES A LA DEMANDA
CAPITULO IV
FUNCIONES DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS
PROPÓSITOS, FUNCIONES Y PRINCIPIOS
FUNCIONES
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
DERECHOS Y DEBERES FUNDAMENTALES DE LOS ESTADOS
CAPITULO V
DILIGENCIA DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS
LAS OBLIGACIONES ESTATALES RELACIONADAS CON EL ESCLARECIMIENTO DE GRAVES VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS
LA OBLIGACIÓN ESTATAL DE ADECUAR SU DERECHO INTERNO DERIVADA DEL ARTÍCULO 2 DE LA CONVENCIÓN AMERICANA
LA INVESTIGACIÓN JUDICIAL DE GRAVES VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS
CASO PRÁCTICO
FEMINICIDIOS EN CIUDAD JUÁREZ
• ANTECEDENTES
• LOS ASESINATOS
• ESTADO DE LAS INVESTIGACIONES
• FACTORES CONTRIBUIDORES
• RESPONSABILIDAD POLICIAL Y GUBERNAMENTAL
• ACTIVISMO
CONCLUSIONES
RECOMENDACIONES
BIBLIOGRAFÍA
LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS
CAPITULO I
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
ORIGENES DE UNA COMUNIDAD AMERICANA
Los orígenes de una comunidad americana organizada con una finalidad de asistencia mutua para el bienestar hemisférico, gobernada por principios internacionales homogéneos, se remontan hasta aquella época histórica cuando las naciones hispanoamericanas libraron sus guerras de liberación contra la madre patria, logrando venturosamente su independencia. Fueron muchos los factores en aquel tiempo que tendieron a dar al pueblo de las Américas un sentido de comunidad. Presente estaba un común denominador de libertad política e independencia, adquirido por la revolución violenta contra el colonialismo. La proximidad geográfica existía como algo que constituía un factor unificador; y, además, las nuevas naciones hispanoamericanas recientemente liberadas adoptaron, en teoría al menos, una forma de gobierno democrático-republicano muy similar al de los Estados Unidos.
Hasta cierto punto, la base original de una comunidad americana era idealista, fundada sobre la premisa de que en el nuevo mundo habría de estar consagrado a la democracia, la paz y la libertad, en contraposición con la monarquía, la tiranía y la beligerancia predominantes en el viejo mundo. Era muy natural que una América dedicada a estos ideales procurara aislarse y colocarse lejos de las disputas históricas, pasiones acumuladas y luchas políticas de Europa. Posiblemente de mayor importancia para la causa de la solidaridad continental en esa época fue el temor a la reconquista europea. Desde 1816 a 1824, la seguridad de los Estados Unidos y de las naciones Hispanoamericanas, en las etapas postreras de sus luchas de independencia, se vio amenazada por una coalición del sistema monárquico de gobierno y del derecho divino de los reyes a expensas de la democracia y del republicanismo e inclinada a ayudar al rey de España en la recuperación de su imperio perdido en el hemisferio occidental, aplastando a las nuevas naciones que se construían sobre sus ruinas. Esta amenaza a que se enfrentaban las Américas en un momento tan temprano de su historia creo una actitud duradera de “nadas juntas o hundirse juntas”. La independencia nacional fue recalcada. Se insistió en que el hemisferio recién liberado o bien aquella parte que se encontrase en el proceso de liberación no debería ser absorbido una vez más por los poderes europeos.
El presidente Monroe, de los Estados Unidos, juzgo tan graves las actividades de la Santa Alianza que fue impulsado a proclamar la doctrina que hasta ahora lleva su nombre, para hacer frente a la amenaza de la posible intervención europea. La doctrina de Monroe anuncio que el continente americano ya no estaba abierto a la colonización europea, y, además, que los Estados Unidos no podían ver con indiferencia una extensión del sistema político de la Santa Alianza a ninguna parte del hemisferio; los Estados Unidos tampoco podrían contemplar cualquier interposición por ninguna de las potencias europeas conducente a oprimir o dominar de cualquier otra manera el destino de los nuevos gobiernos, como otra cosa que una manifestación de un actitud hostil hacia los Estados Unidos. En lo que se refiere a los Estados Unidos, la doctrina era una de defensa y preservación propia, vital para la paz y seguridad de la nación y promulgada para impedir el establecimiento de fuertes potencias europeas en este lado del Atlántico. Con todo, sus términos produjeron un sentimiento de aislamiento o separación del viejo mundo por la exigencia de que las naciones europeas no habrían de perseguir ninguna conquista política o territorial o ventaja alguna en las Américas. No obstante que la doctrina expreso una conciencia de solidaridad continental, de una comunidad americana con instituciones políticas e ideas antitéticas a las de Europa, no se desprendía ningún proceso de cooperación internacional entre las naciones Americanas para sostener sus principios. Por el contrario, los Estados Unidos dejaron claramente sentado que la doctrina era un pronunciamiento unilateral, no un tema propio para acción multilateral. Por lo tanto los Estados Unidos perdieron, por su propia negligencia, la dirección del movimiento para la cooperación y organización internacional en el hemisferio, y el paleo fue asumido durante algún tiempo por la América Latina y sus estadistas.
Justamente al principio de las guerras de independencia se abogó por varios proyectos de unión política de las diferentes provincias españolas de las Américas. En 1810, por ejemplo, emanaron de Chile algunas de las primeras discusiones para la unidad continental y exigieron una unión federal de las posesiones españolas en América. Nuevamente, en un proyecto denominado la Declaración de los Derechos del Pueblo de Chile, se propusieron los principios de unión política por los siguientes motivos:
Primero que siendo el objeto principal de un pueblo que persigue su autonomía establecer su libertad de tal modo que pueda asegurar la paz interior y exterior, los Estados de América deben unirse para su seguridad exterior contra los designios de Europa, y deben evitar las guerras entre si mismos, que vendrían a aniquilar a estos estados recién creados, conservando cada uno, sin embargo, su propia política económica interior.
Segundo, que es sumamente difícil que cada nación sostenga, por si misma ante constante peligro una soberanía aislada, lo cual no se considera de gran interés siempre y cuando esta asegurada la felicidad y el bienestar interior.
La declaración entonces requirió una reunión de las naciones de América en un congreso para que se organizara y fortaleciera. No se limitó esta unión únicamente a los pueblos de la América Hispánica, sino que declaro: “. . . el día en que América, reunida en congreso, ya sea de la nación o de sus dos continentes o del Sur, llegase a hablar el resto del mundo, su voz impondría respeto, y las resoluciones de ese congreso difícilmente serian contradichas”.
Los proyectos de Chile quedaron en nada. Los elementos divisivos del nacionalismo ya habían aparecido. La Argentina, que el 1810 prácticamente había alcanzado su independencia de España, mediante el establecimiento de un gobierno provisional, respondió a Chile en oposición, por conducto del secretario de su junta gobernante, Mariano Moreno.
En 1815, Simón Bolívar pensó vagamente en la unión o cooperación internacional, cuando en su famosa Carta de Jamaica, escrita en la indigencia y en el destierro, declaro:
¡Qué bonito seria si el Istmo de Panamá pudiera ser para nosotros lo que el Istmo de Corinto fue para los Griegos!. Quiera Dios que algún día podamos tener la buena fortuna de convocar allí una majestuosa asamblea de representantes de repúblicas, reinos e imperios, para deliberar sobre los importantes intereses de paz y guerra con las naciones de las otras tres cuartas partes del globo terrestre. Este tipo de organización bien puede llegar a ocurrir en algún periodo más feliz de nuestra regeneración.
Ya en 1822, su pensamiento había llegado a cristalizar hasta el grado que la nueva nación de Colombia, instigada por él, concluyo convenciones especiales con algunas de las demás antiguas colonias españolas para convocar una reunión de plenipotenciarios. Las finalidades de tal asamblea fueron, según las palabras del tratado,
…….colocar para estos fines los cimiento más sólidos, y establecer las relaciones íntimas que deben subsistir entre todos y cada uno de ellos; y que puedan servirles como consejeros en los casos de grandes apremios,
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