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Participacion De Voluntarios Britanicos En La Independencia De Venezuela

VeronicaValarino4 de Noviembre de 2013

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Voluntarios británicos e irlandeses en la independencia de Venezuela

El tema ha sido estudiado por pocos historiadores, pero eso no ha significado que su estudio haya sido profundo y minucioso. Sin embargo, el estudio de este tema siempre ha resultado delicado desde el punto de vista diplomático, en mi opinión. He conseguido textos de historiadores venezolanos en donde se mencionan los relatos de voluntarios británicos, publicados en Londres una vez que abandonaron la guerra en Sur América, describiendo sus experiencias y desalentando a sus compatriotas a que se alistaran en dicha lucha. Efectivamente muchos de estos voluntarios jamás recibieron paga; a pesar de que la historiografía venezolana romanticista los muestra como aquellos que honraron nuestros campos de batalla, lo cual no es falso, también está la historia paralela, de cómo fueron tratados y cómo muchos abandonaron la lucha ante las condiciones encontradas. Además, y más grave aún, historiadores como Osorio Jiménez, señalan que "existió incluso hostilidad de los oficiales nativos contra los británicos, y que muchas veces esa falta de simpatía se producía cuando los extranjeros adoptaban una aire de superioridad muy humillante frente a los criollos, ya que no los miraban como compañeros de armas, sino como seres de raza inferior y poco menos que salvajes". Si a esto se le agrega, las deudas que adquirió López Méndez estando en Londres, para la adquisición de pertrechos militares, y que no se cancelaron a tiempo, algunas quizás nunca, creo que ese capítulo de la historia de Venezuela no es digno de destacarlo y mucho menos ante el público inglés.

De acuerdo a mis investigaciones soy de la opinión que desde el punto de vista diplomático, no se debe rebuscar mucho en el tema, ni exaltarlo como un aspecto simbólico que debe contribuir a la cercanía entre dos países o que hace que la historia de las relaciones entre ellos resulte mejor, pues creo que no fue así. No obstante, las versiones sobre el reclutamiento de centenares de soldados y oficiales voluntarios de Inglaterra, Escocia e Irlanda para la independencia, que conocemos superficialmente, no carecen en lo absoluto de importancia histórica y militar, dados los resultados concretos que con certeza se obtuvieron gracias a la presencia de los batallones de voluntarios británicos e irlandeses. Hubo personajes individuales, además, que destacaron gloriosamente, y que de hecho contribuyeron enormemente a la causa republicana.

La desmovilización de la armada y del ejército con el fin de las guerras napoleónicas lanzó a miles de hombres al ya saturado mercado de trabajo. Ante la secuela inevitable de toda guerra, intranquilidad social, desempleo, y las dificultades de adaptación a las nuevas circunstancias, Hispanoamérica se presentó como la posibilidad de empleo inmediato en sus milicias, y la necesidad de procurarse armas y elementos para la prosecución de la lucha contra la dominación española, llevó a los patriotas al empeño de buscarlas en Europa. También era deseable el contingente humano, sobretodo el de oficiales con experiencia en el adiestramiento de las tropas y para el objetivo de una regularización de las acciones de guerra. Por ser entonces Inglaterra dueña de los mares y por poseer gran preponderancia política, los jefes patriotas consideraron que su ayuda sería un factor decisivo para el éxito de la empresa de la liberación.

Igualmente, los comerciantes británicos sí vieron en la contienda suramericana una excelente oportunidad de negocios y aprovecharon la coyuntura que se les presentó de entrar en tratos con Luis López Méndez, quien había permanecido en Grafton Street desde 1810 y fue nombrado en 1811 Agente Extraordinario del Estado de Venezuela por el Congreso de la recién creada república. Las iniciativas personales de muchos oficiales británicos, fueron también una buena oportunidad de hacer inversiones en armas, equipos y abastecimientos de todo género, y nada más oportuno para encubrir las intenciones de lucro que proclamar abiertamente la justicia de una causa tan sagrada como era la de la libertad de los pueblos sojuzgados (Osorio Jiménez, M. 1966: p. 5). En julio de 1817, López Méndez conoce a Gustave Matthias Hippisley y le autoriza a formar un cuadro de oficiales y suboficiales, los cuales a su llegada a Venezuela, reuniría y adiestrarían un regimiento de caballería que se denominaría el Primero de Húsares Venezolano. Lo que empezó como un proyecto para reclutar un cuadro de oficiales para un sólo regimiento, se convirtió en un plan para alistar oficiales y suboficiales para una división entera, que constaría de cinco regimientos con una brigada de artillería: Segundo de Húsares Venezolano, Húsares Rojos, Primero de Lanceros, Primero de Rifles, Brigada de Artillería y Batallón de Cazadores Británico.

Así se originaron las expediciones que salieron de Inglaterra a fines de 1817 para unirse a las fuerzas de los patriotas. En diciembre de 1817, López Méndez informa a Bolívar desde Londres, haber despachado “5 buques, 4 fletados por cuenta del gobierno, que son las fragatas Indio y Dawson, las corbetas Británica y Príncipe, y uno comprado por cuenta del mismo, que es la fragata Esmeralda...”

El reclutamiento efectuado por López Méndez colocó al gobierno británico en un gran dilema, pues las leyes inglesas prohibían a súbditos británicos participar en las guerras entre España y sus colonias. El asunto se resolvió combinando desaprobación oficial al mismo, con tolerancia e indiferencia a la partida de los voluntarios, con lo cual no se contrariaba al sector de la opinión pública que apoyaba a la causa de la independencia americana. En una oportunidad, el Secretario de Asuntos Exteriores británico Castlereagh convocó a López Méndez al Foreign Office para advertirle que debía atenerse a las leyes británicas, y aquél explicó que el no reclutaba sino que aceptaba voluntarios privados (Pi Sunyer, 1978 :p. 234-237).

La lista de aquellos revolucionarios románticos, aventureros, mercenarios, nostálgicos de las guerras napoleónicas, que vinieron a América del Sur en busca de gloria y fortuna, es inmensa; el general Morillo se sorprendió al verificar, después de una batalla que de 40 oficiales muertos, diez eran ingleses (Werneck de Castro, 1990: pp. 111). Entre los primeros en responder al llamado de López Méndez, estuvieron: Sir Gregor Mac Gregor y John Robertson, quienes comenzaron destacándose junto al Precursor Francisco de Miranda en la defensa de la Primera República, y posteriormente se distinguirían en decisivas batallas. Asimismo, los voluntarios reclutados entre 1817 y 1818 por López Méndez y que conformaron cinco regimientos con una brigada de artillería, estuvieron comandados por Gustave Mathias Hippisley, Robert Skeene, Henry Croasdaile Wilson, Donald Mc Donald, Peter Campbell y Joseph Gillmore, con quienes se embarcó el joven irlandés Daniel F. O´Leary. Estos voluntarios llegaron a tierras venezolanas justo a tiempo para colaborar en expedición de los Cayos para la toma de Margarita y luego avanzaron con el Libertador hacia Guayana desde donde se unirían a las tropas criollas para emprender la última etapa de la independencia de Venezuela; muchos permanecieron en las batallas de los Llanos, otros permanecieron activos con el General Mariño en el oriente del país. Nuevos destacamentos de menor tamaño fueron embarcados desde Inglaterra en 1819. En 1821, el Batallón de Cazadores de la Legión Británica, un grupo de 5.500 voluntarios ingleses e irlandeses, comandado por el Coronel Thomas Ilderton Ferriar, destacó significativamente en la Batalla de Carabobo, que selló la Independencia de Venezuela (Lambert, 1980:p. 3). Finalmente, el Batallón de Rifles comandado por el Coronel Arthur Sandes, destacó heroicamente en la Batalla de Bomboná en 1822. Los batallones de Cazadores y de Rifles recibieron de manos del Libertador la condecoración militar llamada “Estrella de los Libertadores de Venezuela”.

En general, es tal la gratitud y respeto por la contribución al país de por parte de los voluntarios británicos e irlandeses que, hasta hoy, los soldados de ese país constituyen la única tropa extranjera en Venezuela a la que le está permitido desfilar en revista con las bayonetas puestas.

Otros nombres destacados, tanto en los campos de batalla como por sus vínculos con el Libertador, fueron: William Charles Chamberlain, Beldford Hinton Wilson, Thomas Jackson, Coronel William Ferguson, Mayor James Rook, Coronel Edward Stoppord, James T. English, Robert Skeene, John Hewitt, John Hudson, John D’Evereux, Walter Dawes Chitty, George Elsom, Thomas Richards, Richard Murphy, Richard Longfield Vowell, Henry Wilson, Thomas Foley, George Bryan, y muchísimos otros. Aunque pocos, algunos historiadores han recogido testimonios de la participación individual y colectiva de los voluntarios irlandeses y británicos, con la ayuda adicional de los descendientes de los voluntarios .

Entre tantos nombres gloriosos, merece especial mención el del irlandés Daniel Florence O´Leary, edecán del Libertador. En noviembre de 1817, se embarcó en Portsmouth a bordo de la corbeta Prince junto con 67 voluntarios británicos que constituían el cuerpo de los Húsares Rojos de Venezuela. Viene como alférez bajo el mando del coronel Henry C. Wilson y a fines de marzo de 1818 desembarcó en Angostura. Aquí se incorporó a las filas del ejército que Bolívar mandaba en persona. Allí el Libertador lo nombró miembro de su Guardia de Honor acantonada entonces en las misiones del Caroní al mando del general José Antonio Anzoátegui. Luego de participar

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