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Políticas


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2014  •  1.760 Palabras (8 Páginas)  •  328 Visitas

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políticas culturares

Se puede definir la política cultural como el conjunto estructurado de acciones y prácticas sociales de los organismos públicos y de otros agentes sociales y culturales, en la cultura; entendida esta última tanto en su versión restringida, como es el sector concreto de actividades culturales y artísticas, pero también considerándola de manera amplia, como el universo simbólico compartido por la comunidad.

Las políticas culturales surgen y se desarrollan a partir de cuatro grandes principios: el valor estratégico de la cultura como difusor de estándares simbólicos y comunicativos; base en la que fundamentar las identidades colectivas, y por tanto las identidades de las naciones y de los estados; por tener efectos positivos, tanto económicos como sociales, al desarrollar la creatividad, la autoestima y una imagen positiva de las personas y los territorios; y finalmente por la necesidad de preservar el patrimonio colectivo de carácter cultural, histórico o natural. (Bonet).

Conscientes de su importancia ideológica, los poderes públicos no se muestran neutrales a la hora de definir e implantar estas políticas.

En los estados actuales, los derechos de ciudadanía, así como los valores lingüísticos y culturales, configuran una identidad nacional que los poderes públicos nacionales, regionales o locales buscan de forma más o menos explícita. A menudo, los intereses del estado nacional chocan con otras realidades nacionales que se dan dentro de un mismo estado y muchos colectivos ven mermadas o amenazadas sus peculiaridades lingüísticas y culturales o consideran que con las normas y derechos, en teoría considerados comunes y universales, no se ven reflejados. De esta forma, defienden sus diferencias y sus identidades a veces reivindicándolas de forma objetiva pero, en muchos casos, construyendo una realidad inventada que justifique su realidad histórica olvidada.

La identidad cultural dentro de los estados no es, pues, algo monolítico y cerrado, sino que se configura y construye poco a poco. Tampoco puede considerarse como una realidad uniforme y única, sino plural y diversa.

El fenómeno de la globalización ha tenido dos efectos de signo bien contrario, por un lado, ha conducido a una homogeneización cultural en las formas y manifestaciones culturales y, por otro, ha propiciado la coexistencia de diferentes grupos sociales dentro de un mismo territorio en donde, poco a poco, una cultura hasta ahora más o menos común y homogénea reconocible por todos, va perdiendo su carácter de cultura única porque en un mismo territorio conviven un mosaico de culturas y de realidades diversas. Estos fenómenos, mas que entenderse como un foco de conflictos, deben convertirse en un valor pues la cultura se enriquece con las diferencias y el pluralismo cultural, la riqueza de la diversidad, la multiculturalidad, etc.

De esta forma, las políticas culturales deben tener en cuenta las diversidades culturales y la realidad social del ámbito en el que nos encontremos.

POLÍTICAS CULTURALES (*)

obtener un objetivo determinado. Una política cultural, entonces, podría ser el conjunto de medidas y acciones orientadas al desarrollo de la cultura. Sin embargo, ¿de qué estamos hablando cuando hablamos de cultura? Por lo general suele decirse cultura cuando en realidad se está haciendo mención al arte. Pero el arte es sólo una parte de la cultura. La cultura es el conjunto de los logros intelectuales, espirituales y materiales del ser humano. Es decir, todo aquello que no es naturaleza. El arte es cultura, pero también lo son la ciencia y la tecnología, el deporte, las costumbres, las tradiciones.

2. Creemos que es a partir de esta definición de cultura que debe diseñarse una política cultural. Respetando la relación dialéctica existente entre el objetivo general, que es la cultura, y los distintos objetivos particulares que corresponden a cada una de las posibles componentes de la cultura, y que quizás fuera necesario definir y categorizar de manera más precisa.

3. Una política cultural debería tener por objetivos la preservación de los valores culturales de un pueblo (es decir, sus logros materiales, intelectuales, espirituales), a la vez que fomentar su desarrollo. Esto tiene que ver con el concepto de identidad cultural, concebida no sólo como aquello que nos diferencia de los demás, sino como aquello que nos une, nos da un sentido de pertenencia. No obstante, es necesario no concebir la identidad cultural como algo estático, pasible de ser conservado en un museo, sino como algo dinámico, en permanente movimiento y transformación.

4. Al mismo tiempo deben respetarse las diferentes "identidades culturales regionales" que conforman la identidad cultural nacional. Así como los uruguayos conformamos una identidad cultural dentro del panorama cultural latinoamericano, también hacia el interior del Uruguay existen distintas identidades culturales que dan sentido de pertenencia a personas integrantes de una región, de una ciudad, incluso de una zona dentro de una ciudad. Una política cultural debe conjugar dialécticamente entonces los conceptos de centralización (a partir de la definición de objetivos y lineamientos generales) y descentralización (a partir de la aplicación y adaptación de dichos objetivos y lineamientos generales a la realidad concreta de una zona o región).

5. No hay un único portador de políticas culturales. Los son los gobiernos nacionales, pero también los municipales, los regionales o los zonales. En definitiva, en esta concepción amplia de cultura, la política cultural no es ni siquiera una prerrogativa de los gobiernos, sino que debería ser una preocupación permanente de cada individuo. En ese sentido deberían estudiarse las posibilidades de interacción entre los diferentes involucrados en

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