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Positivismo Latinoamericano


Enviado por   •  14 de Octubre de 2012  •  1.429 Palabras (6 Páginas)  •  412 Visitas

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Diccionario de Filosofía Latinoamericana

POSITIVISMO LATINOAMERICANO

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. Es un concepto que expresa un conjunto de ideas y acciones, que funcionaron como aparato ideológico del Estado y de las clases en el poder, cuya finalidad fue hegemonizar las diversas estructuras sociales derivadas de enfrentamientos que remiten al proceso de formación del Estado y de la nación de los países posindependientes de América Latina de finales del siglo XIX hasta la mitad del siglo XX.

Fue en América Latina donde se concretó el ideal del filósofo francés Augusto Comte (1798-1857), quien postuló que el espíritu humano debe renunciar a conocer el ser mismo de las cosas (negando toda metafísica) y atenerse sólo a las verdades que se obtienen por medio de la observación y la experiencia. Según Comte la función de las ciencias de la naturaleza es descubrir las relaciones constantes entre los hechos y los fenómenos. De ahí que su inquietud es posibilitar o trasladar la metodología de las ciencias de la naturaleza o positivas, como él las denominó, al terreno de los fenómenos sociales. Con este afán el filósofo creó la física social, como llamó en un principio a la sociología, cuya función es descubrir cómo unificar al ser humano con la naturaleza a través de la formulación o descubrimiento de las leyes que rigen la vida de las sociedades. Con estas ideas Comte propuso la creación de una nueva religión, la de la ciencia, pues sólo ella garantizaría la elaboración de una nueva sociedad, donde los teólogos y filósofos tradicionales desaparecieran para dejar paso a los científicos. Esta filosofía, si bien en Europa no se aceptó totalmente, si dejó una profunda huella en el corazón y en la mente de los pensadores latinoamericanos, pues éstos necesitaban una filosofía que funcionara en los momentos de transición que vivían los pueblos latinoamericanos. Por esto el positivismo, como dice Óscar Terán (1983), se convirtió en una “especie de umbral ideológico que, desde México a la Argentina, no se limita al campo filosófico, sino que incide sobre la política y la pedagogía”. A este respecto Leopoldo Zea, citando a Víctor Massuh, dice que el positivismo:

cumplió una doble hazaña espiritual. La primera, de carácter político: organizar ideológicamente las nacientes democracias nacionales sobre la base de un orden racional y moderno. La segunda, de carácter educativo: proveer a los americanos de un sistema de ideas y costumbres que superaran las formas sociales y psicológicas del medioevo, subsistentes aún. (...) De ahí que bajo las influencias de Spencer o Comte, las ideas positivistas se extendieron a lo largo del continente, como las únicas partes de realizar lo que se dio en llamar: la liberación de América (...) Por estas épocas América abrió definitivamente sus puertas a la modernidad. (...) Consecuentemente con esta tradición histórica, el positivismo planteó el problema de la educación del hombre americano en los términos de su peculiar concepción del mundo: progreso material, industrial, organización y educación científica (Zea, 1978).

Toda esta serie de ideas fueron subyugantes para un continente que vivía la más critica situación histórica que soñara jamás, la de la formación de los estados nacionales. De ahí que la filosofía comteana sirviera como cemento ideológico que uniera los diferentes sectores en pugna por el poder. A este respecto Óscar Terán, en Positivismo y Nación, apunta hacia la necesidad de unificar a los diversos grupos existentes en cada nación del continente en un objetivo común, “la mayor incorporación al mercado mundial así como las tareas de homogeneizar las estructuras sociales provenientes del período de enfrentamientos civiles posindependentistas y/o de los aportes inmigratorios, se relacionan en general mediante una centralización del Estado coincidente con la etapa de conformación del positivismo en la cultura latinoamericana”. Sin embargo, la incorporación a los mercados mundiales no seria fácil, pues con sólo hablar de los beneficios del positivismo no se podía hacer mucho, por lo que “Los dispositivos productores de saberes de las clases dominantes diagramaron un modelo nacional donde la instrucción pública, pero no sólo ella, trazaría el limite dentro del cual se asimilarían los sectores integrables al proyecto

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