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Tratado De Logica


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2013  •  6.761 Palabras (28 Páginas)  •  403 Visitas

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Del término externo

Artículo I

Del origen del lenguaje y de la noción de signo.

44. El hombre no puede manifestar inmediatamente sus conceptos a otros; necesita por tanto de signos, y en primer lugar del hablar, esto es, de vocablos, o sea, de términos orales. La lógica de la lengua estudia las diversas relaciones entre las formas de hablar y los pensamientos de la mente. Sin embargo, no se expresa con vocablos perfectamente todo lo que hay en el pensamiento, y muchas veces se omiten en la locución innumerables variaciones de los pensamientos. Así pues, será útil añadir aquí algo acerca de estos signos: cuál es la índole de ellos, cuál es su fuerza expresiva, y tal vez también cuál es la ambigüedad de los vocablos, para que podamos usar recta y expeditamente de ellos.

El lenguaje propiamente dicho es el principal medio de comunicar nuestros pensamientos a otros hombres; se dan además otros medios, que también se llaman lenguaje impropio. como el lenguaje mímico, el escrito, etc., que están conexionados íntimamente con el lenguaje oral.

45. De la definición de signo. "Signo es aquello por lo que alguien llega al conocimiento de otra cosa", como el sonido de la campana, el cual indica el comienzo de la Santa Misa. De donde, éstos son los elementos que se requieren para el signo: a) algo que realice la acción de significar, v.g., la imagen de César; b) la cosa significada: César; c) el nexo entre el signo y la cosa significada, de donde recibe su capacidad de significar: la semejanza de la imagen con césar mismo; d) el sujeto cognoscente, al cual la cosa le queda cl ara mediante el signo. Por lo cual , el signo une en cierto modo la cosa significada con el cognoscente.

46. División de signo. 1) Signo natural se llama cuando el nexo entre la cosa que es signo y la cosa significada se da en la naturaleza misma; esto es, aquello que significa siempre y para todos algo por su propia naturaleza, v.g., el humo respecto del fuego.

El signo arbitrario (convencional), por el contrario, no tiene significado a no ser por libre voluntad de Dios o de] hombre, aunque en realidad se dé alguna proporción, v.g., el lirio respecto a la virginidad, el bautismo de agua respecto de la limpieza del alma, por lo que se refiere al pecado. Puede ser especulativo y práctico, según que solamente signifique la cosa o que también la realice, como sucede en los sacramentos de la Iglesia.

2) Signo manifestativo, que simplemente manifiesta la existencia de la cosa, v.g., el llanto indica el dolor presente, las nubes oscuras presagian la próxima tempestad.

Signo supositivo es aquel que, además de manifestar la cosa, es puesto en lugar de la cosa misma y hace sus veces. Signos de esta clase son las imágenes de los santos en la religión católica, la imagen de la Cruz que adoramos, las llaves respecto a la ciudad, la bandera en relación con la patria.

3) Signo 'quod' es aquel que una vez conocido nos conduce al conocimiento de una cosa. Así son todos los signos, si exceptúas uno sólo

Signo 'quo" es aquel que conduce al conocimiento de otra cosa, sin que sea conocido, antes el signo mismo. Tal signo es únicamente' el conocimiento, tanto sensitivo como intelectual, pues en este signo, antes de, que veamos el acto mismo del conocimiento, conocemos ya las cosas mediante el signo mismo. Algunos autores, como Losada. y Urráburu, llaman signo formal al signo "quo" y signo instrumental al signo "quod".

47. Así pues, queda claro qué clase de signo es el vocablo o término oral.

El vocablo es una voz articulada que significa una idea y su objeto por convención de los hombres. Consiguientemente, es un signo convencional y supositivo de la cosa. Expliquemos cada uno de estos elementos brevemente:

Es una voz, que es un sonido animal expresado oralmente. Pueden ser inarticulados, como son los gritos, los llantos, etc. y articulados, que dan lugar a las sílabas mediante las consonantes y vocales adecuadamente unidas; ahora bien, estas sílabas, bien sea una sola, bien varias, constituyen los vocablos, los cuales, según un mutuo acuerdo de los hombres, están destinados a expresar o significar una cosa determinada (signos manifestativos) y se ponen en lugar de las cosas mismas (signos supositivos). Por tanto, los vocablos se emplean en primer lugar para significar las cosas según son concebidas por nosotros, y no para significar los conceptos subjetivos mismos. De donde, acertadamente, Santo Tomás dijo: "Las voces estarán referidas a significar las cosas mediante la concepción intelectual".

La proposición u oración se divide o se concluye en los vocablos, por lo cual son llamados por los lógicos, términos orales.

Artículo II

De la división de los términos

Los términos, en cuento signos de las ideas, tienen una íntima conexión con ellas, y admiten las mismas divisiones que las divisiones de las ideas, pero nos parece que deben expresarse solamente las que son propias de alguna forma de ellos mismos. Así pues, proponemos las divisiones: I) según la significación; 2) según la comprehensión; 3) según la extensión.

§ 1. De la división de los términos según la significación.

48. Término categoremático es aquel que, tomado por separado, tiene una significación plena; se llama significante «per se", v.g., hombre, negro, ver.

En cambio, término sincategoremático es aquel que él sólo, de suyo no tiene una significación plena y completa, sino solamente modifica la significación de otro término; se llama significante con otro, v.g., todo, alguien, con, de donde, etc.

El mismo término posee muchas veces una significación diversa; de aquí viene la división de los términos en unívocos, equívocos y análogos.

Término unívoco es el que posee siempre la misma significación, y por tanto conserva la misma comprehensión y el mismo modo de predicar acerca de los inferiores, v.g., el término hombre, predicado acerca de Pedro y de Pablo.

Término equívoco es aquel que posee una significación totalmente diversa; de donde, la voz es la misma. en cambio, la comprehension de las notas y el modo de predicar acerca de los inferiores es totalmente diverso, v.g., el vocablo "toro", empleado

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