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ANÁLISIS DE LA OBRA “AGUA” JOSÉ MARÍA ARGUEDAS


Enviado por   •  12 de Agosto de 2014  •  1.480 Palabras (6 Páginas)  •  619 Visitas

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aaaaaaaaaaaaaaaaaaasdaANÁLISIS DE LA OBRA “AGUA” JOSÉ MARÍA ARGUEDAS

DATOS BIOGRÁFICOS DEL AUTOR:

José Maria Arguedas fue un escritor tenaz, paciente, sensitivo y fino que con un esfuerzo doble y maravilloso se hizo a si mismo. Era hijo de un abogado provinciano que se ganaba la vida litigando o defendiendo causas perdidas en míseros juzgados de pequeños poblados de la sierra sur de los departamentos de Apurímac, Ayacucho y Cuzco, así fue como José María Arguedas creció junto a su padre entre un constante peregrinaje que le permitió tocar el palpito de la realidad tierna y doliente.

José Maria Arguedas había nacido en Andaqhuaylas el 18 de enero de 1911, pero su infancia transcurrió mayormente en al ascienda Viseca, quebrada cercana a Puquio en el extremo sur del departamento de Ayacucho, escenario de sus primeros cuentos, donde encontró la amistad y el efecto entrañable de los indios comuneros con quien se fundiría espiritualmente para después dar un testimonio vivo, conmovedoramente humano de al cultura quechua a través de su obra maravillosa titulada “TODAS LAS SANGRES”. Murió en 1970.

PRODUCCIÓN LITERARIA:

Algunas obras:

- Agua, en 1935

- Diamantes y Perdenales (1954)

- Yawar fiesta

- El sueño de pongo (1954)

- Los ríos profundos

- El forastero y otros cuentos (1959)

- Todas las sangres

- El barranco

- Orovilca, en 1954.

- El sexto.

- El zorro de arriba y el zorro de abajo, etc.

MOVIMIENTO LITERARIO A LA QUE PERTENECE

Indiginismo.

RESUMEN DE LA OBRA

Debemos manifestar primera que la mayoría de las producciones literarios de José María Arguedas, son con tramas referidos al mundo andino, donde se da el abuso de los más sobre los menos, e aquí una de esas sus producciones que tiende a impactar de principio a fin.

San Juan, un lugar de la serranía, se encuentra en un ambiente desolado por los comuneros, los corredores de sus casas sin habitantes. Sólo el cornetero encargado de llamar a la gente para el reparto del agua, la mesa ya esta ubicada en el corredor de la cárcel, lo había puesto el varayoq.

La comunidad ubicada entre los cerros de tamaño monstruoso, representaban la falta de agua, la laderas ya resecas y sólo se observaba la blancura de la tierra, los arbustos secos y nada más que el eucalipto en el centro de la comunidad estático y sin un ápice de movimiento indicando que el sol burlón no permitía que sople el viento, los campesinos apenados y agresivos contra el sol que mataba a sus sembríos y el agua que debía repartirse aún no llegaba, manifestaban que era para las autoridades nada más que para ellos.

Don Braulio era el encargado de ordenar la repartición de agua, para algunos era posible y a otros los odiaba, ¿Agua para ellos? ¡No hay! Tenían que resignarse a regresar a casa con la frente agachada y con la ira que no podía salir sino quería que don Braulio de un tiro en el aire, ahuyentando por lo tanto a todos aquellos que habían ido por el líquido que requerían sus sembríos y poder subsistir la sequía.

Los campesinos expresaban siempre la supeditación a don Braulio, el dueño de la comunidad a quien nadie, absolutamente nadie podía atreverse a contestarlo, y si era así, resignación para el campesino, utilizando su ira, comenzaba a dar gritos que incomodaban a la comunidad.

En esta comunidad de San Juan existían otros comunidades como, Akola, Utek, Andamarca, Sondondo, Aucará, Chavilla y Larcay, en esa comunidad San Juan se reunieron todo los comuneros para tratar sobre los reparto del agua, en la comunidad estaban en escasez de lluvia y no había agua, los sembríos estaban secándose, cuando Pantacha llegaba a la plaza, vio alrededor de la comunidad como un desierto, los pilares que sostenían el techo de las casas todo torcidos y apoyados por troncos y otros rectos enteros. Pantacha se fue a Nazca y volvió de seis meses y se encontraron con Ernesto, conversaron sobre la situación de la comunidad de San Juan, Ernesto lo contó todo y Pantacha era un músico y “tocó” su corneta, un huayno de Uteqpampa triste y desconsolado la gente de San Juan se reunieron y comenzaron a bailar, en ese momento gritó el tayta Vilkas (un indio viejo) resondró diciendo ustedes están alegres, bailando y cantando la tierra está seca hay que rezar para que mande lluvia a San Juan.

Agua lloriqueando! y no conseguían de turno y se volvían de amargura pensando que

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