Ananias Y Yo

En el capítulo 3 del viejo Ananías y yo muestra otra de las facetas del extensionista; el extensionista como amigo. El se interesaba genuinamente por aquellos aspectos importantes en la vida del agricultor, sus vivencias y todo lo que construyo lo que era Ananias.

Entablaron una verdadera comunicación, en donde el dialogo de saberes fue la herramienta fundamental para llegar a grandes conclusiones, una de ellas entender que no son solo el extensionista debe cumplir el rol de asesor técnico sino que somos unos agentes de cambio, encargados de llevar a cabo una verdadera revolución, lo cual se logra, comunicándose, interesándose genuinamente por la vida de los campesinos, generando conciencia, abriendo los ojos, labor que es solicitada por parte de los mismo agricultores quienes entienden que para que el campo avance no solo es necesario un desarrollo agropecuario si no algo integral, un desarrollo rural.

El extensionista debe intercambiar papeles con los agricultores con quien trabaja, ya que se trata de compartir conocimientos y no de imponer metodologías técnicas para la producción, intentando acabando con tradiciones y modelos de vida. Debe mostrarle herramientas que pueden mejorar la calidad de estas, que ayuden a satisfacer las necesidades básicas de él y su familia. Así se evita que el agricultor se sienta agredido y termine por descartar cada una de las asesorías ofrecidas, tanto en la parte técnica, como las que se puedan brindar en otros aspectos y como consecuencia finalmente el resultado sea una comunidad sin soluciones.

Este acompañamiento debe venir de la mano de la estabilidad de la familia, no desde el punto de vista productivo sino a nivel personal, la armonía juega un papel fundamental, ya que si el agricultor se encuentra bien es más fácil que atienda a las necesidades, de los cultivos o sistemas que tenga en ella y así generar un impacto a nivel de la comunidad que se traduzca en lo que hoy es una de las consignas más prometedoras “prosperidad para todos”

En conclusión el extensionista debe trabajar por crecer mental, espiritualmente, en conocimientos, en virtudes, en todo, como un ser integral, porque así deben ser sus soluciones. Esto se logra día a día, en conjunto con las personas que se comparte dando y recibiendo, la labor de un buen extensionista se resume en ser un instrumento que “no busque ser comprendido, sino comprender, que no busque ser consolado, sino consolar porque dando recibe.”

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