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Análisis E Interpretación De La Obra Adam Smith, "Riqueza De Las Naciones


Enviado por   •  14 de Abril de 2013  •  5.432 Palabras (22 Páginas)  •  6.614 Visitas

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Índice

• Introducción

• Breve Reseña Histórica de Adam Smith y David Ricardo

• Análisis e Interpretación de la obra Adam Smith, “Riqueza de las Naciones

o Libro Primero

o Libro Segundo

o Libro Tercero

o Libro Cuarto

o Libro Quinto

• Análisis e Interpretación del Pensamiento Económico de David Ricardo

• Conclusión

• Bibliografía

• Anexos

Introducción

La riqueza de las naciones es evidente que para Adam Smith, la ciencia económica abarcaba mucho mas que la teoría de precios, producción, distribución moneda, banca y finanzas, comercio Internacional, y crecimiento económico, campos que hoy en día se consideran como especialidades en sí mismas naturalmente que todos estos temas se discuten en el libro de la Riqueza de las Naciones, pero también incluye detalladas discusiones sobre tópicos tan diversos como historia eclesiástica, demografía, política educacional, ciencias militares, agricultura y asuntos coloniales estos 2 puntos son los que nos competen desarrollar en este análisis. Este básicamente nos ilustra cómo se desenvuelven la relación reciproca entre la ciudad y el campo, la evolución de la agricultura, la relación laboral entre el terrateniente o propietario de la tierra con sus colonos, y como a través de la libertad dentro una sociedad se llega a la máxima riqueza.

Pero es sólo por su propio provecho que un hombre emplea su capital en apoyo de la industria; por tanto, siempre se esforzará en usarlo en la industria cuyo producto tienda a ser de mayor valor o en intercambiarlo por la mayor cantidad posible de dinero u otros bienes... En esto está, como en otros muchos casos, guiado por una mano invisible para alcanzar un fin que no formaba parte de su intención. Y tampoco es lo peor para la sociedad que esto haya sido así. Al buscar su propio interés, el hombre a menudo favorece el de la sociedad mejor que cuando realmente desea hacerlo.

David Ricardo después de la lectura de las obras de Adam Smith le impulsó, desde 1799, a dedicar gran parte de su tiempo al estudio de la economía. Cuando contaba 25 años de edad ya era rico gracias a sus inversiones en bolsa. Su retiro de los negocios le permitió dedicarse a trabajos intelectuales desde muy joven.

David Ricardo constituye uno de los pilares de la Escuela Clásica, Su obra más importante, “Principios de economía política y tributación” (1871), la cual puede considerarse como una de las aportaciones más importantes a la revolución de la ciencia económica; constituye la exposición más madura y precisa de la economía clásica; en el prefacio afirma que "el principal problema de la economía política es determinar las leyes que regulan la distribución". Con ese fin desarrolló una teoría del valor y una teoría de la distribución. Escribió también gran número de ensayos, cartas y notas que contienen aportaciones de importancia. Sin embargo, sus escritos resultan tan condensados y complejos que muchos lectores encuentran mejor expuestas sus ideas en los trabajos de J. B. Say, Malthus y McCulloch.

Breve Reseña Histórica de Adam Smith y David Ricardo

Adam Smith

La publicación del libro "La Riqueza de las Naciones" de Adam Smith en 1776, es considerado el origen de la Economía como ciencia. Los clásicos escribieron en una época en la que la industria estaba conociendo un desarrollo sin precedentes. Su preocupación principal fue el crecimiento económico y temas relacionados como la distribución, el valor, el comercio internacional, etc. Uno de sus objetivos principales fue la denuncia de las ideas mercantilistas restrictivas de la libre competencia que estaban aún muy extendidas en su época. Para Adam Smith, el Estado debía abstenerse de intervenir en la economía ya que si los hombres actuaban libremente en la búsqueda de su propio interés, había una mano invisible que convertía sus esfuerzos en beneficios para todos.

Hijo de una modesta familia escocesa, a los 14 años ingresa en la Universidad de Glasgow donde se convierte en discípulo del profesor de filosofía moral F. Hutchison. Después ingresa en la Universidad de Oxford donde permanece seis años. En 1748 ocupa un puesto de profesor de literatura en la Universidad de Edimburgo y en 1751 pasa a la de Glasgow donde substituye a Hutchison en la cátedra de Filosofía Moral.

Adam Smith estaba inicialmente interesado en la ética. En el libro "Teoría de los Sentimientos Morales" se encuentra la base de su filosofía liberal y su definición del orden natural de la sociedad. Consigue el puesto de preceptor del hijo del duque de Buccleugh con el que inicia en 1763 un viaje de más de dos años por el continente europeo que le permite conocer a F. Quesnay y R.J. Turgot.

En 1768 consigue el empleo de Comisario de Aduanas en Edimburgo, puesto que ocupará el resto de su vida y que no pareció estar en contradicción con su espíritu librecambista.

En su obra se detecta la influencia de su amigo personal Hume y de R. Cantillon.

Por cierto, ¿sabes quién fue Adam Smith, el autor de esta definición? Se le considera nada menos que el padre de la ciencia económica y fundador de la llamada escuela clásica. Nació en Escocia en 1725 y murió en 1790. Durante mucho tiempo ocupó la cátedra de Filosofía de la Universidad de Edimburgo, pero sobre todo se le conoce por la obra a la que dedicó 12 años de su vida, La riqueza de las naciones. Publicada en 1776, está considerada como el fundamento de la economía moderna, porque defiende el principio de división del trabajo y libertad de comercio. Smith pensaba que la satisfacción del propio interés individual, limitado por el de los demás, es el mejor medio para conseguir el mayor beneficio para el mayor número de gente. Sin embargo, Smith apoyó la intervención del Estado en materia de justicia, educación, salud y todas aquellas empresas que la iniciativa privada fuese incapaz de abordar.

David Ricardo

Si hubiese que elegir a los pensadores que más influencia han tenido en el desarrollo de la Teoría Económica indudablemente Ricardo tendría uno de los lugares más destacados.

Pertenece a esa raza de economistas que diseccionan la historia con su intelecto, transitando sus misterios con la seguridad de quien todo lo tiene claro.

Seguramente no será ajeno a esta actitud su periplo personal por la vida.

Hijo de un banquero holandés instalado en Inglaterra, muy joven se inicia, en los negocios bursátiles, con gran éxito, abandona el Judaísmo para convertirse al Cristianismo (cuáquero), por razones estrictas de ascenso social, al contraer convenientemente matrimonio con una integrante de una tradicional y aristocrática familia Inglesa, y alcanza una banca en la Cámara de los Comunes, posición que corona su éxito personal y le permite desarrollar sus magistrales ideas acerca del devenir de la sociedad.

Junto a Malthus, son los primeros economistas que le ponen freno a la idílica utopía de Adam Smith,

El temas básico hasta David Ricardo, es la sólida coherencia que Adam Smith otorga al nuevo orden económico establecido por el modo de producción industrial, a partir de su desarrollo teórico sobre la acción de la competencia en la sociedad.

Él, junto con Malthus, terminan con la candorosa visión de los primeros tiempos que proponía que finalmente el hombre había logrado una forma de organización social que culminaría con los conflictos sociales, y por distintas razones, advierte el problema que a partir de allí, rondará hasta hoy el centro de la escena:

Los mecanismos a través de los cuales se distribuye la riqueza lograda por la actividad económica.

Ricardo advierte que el límite natural que se opone a las utilidades de la actividad industrial, es el paulatino incremento en los precios de los bienes que componen la canasta de subsistencia de los obreros.

En la medida que los salarios crecen por la competencia en captar la mano de obra disponible, este aumento se traslada a los precios de los alimentos, por el aumento de la demanda consecuente a dicho incremento salarial.

Es entonces cuando las ganancias se trasladan a los productores de alimentos, por la renta diferencial de la tierra, porque estas tienen diferentes capacidades productivas, fijándose entonces los precios de los productos alimentarios por los costos de la tierra más pobre.

Entonces los propietarios de las mejores tierras se apropian del diferencial de utilidades, y por actitud y condición de clase, acumulan estos excedentes sin trasladarlos nuevamente al proceso productivo, paralizando la reproducción del capital necesario para el progreso del sistema.

Este problema ya había sido advertido por otros pensadores, pero es Ricardo quien le da la entidad teórica que instala el tema en el centro del debate de la Ciencia, pero todos comparten el concepto fundacional de la organización social: El valor de las cosas esta dado por el esfuerzo humanos necesario para lograrlas.

Si bien este nuevo modo de producción es maravillosamente eficaz para producir más y diversos bienes, fracasa en su deficiente capacidad de distribuir el resultado de este esfuerzo en la sociedad para lograr retroalimentar el mismo sistemas que lo genera.

La riqueza finalmente, afirma Ricardo, terminara en manos del sector más estático de la sociedad: los terratenientes, quienes por actitud la inmovilizaran, acumulándola e impidiendo de ese modo la imprescindible reinversión que necesita el sistema económico para su reproducción.

Análisis e Interpretación de la obra Adam Smith, “Riqueza de las Naciones”

La obra centra su análisis en el concepto de valor, el cual es definido de manera dual por Smith: en primer lugar hace referencia al valor de uso, derivado de la utilidad del objeto y valor de cambio, que es la capacidad del objeto para comandar trabajo contenido en otras mercancías dentro de la estructura del intercambio. Así, el factor principal que determina el valor de cambio es el trabajo que la producción lleva incorporado. Todo ello da lugar a un precio natural, que puede estar por debajo o por encima del mercado, pero solo de forma pasajera. Aunque esta parte de la teoría de Smith es la que habla concretamente del texto expuesto a comentario, no se comprende sin entender la teoría completa. Smith expresa el problema de medir el valor de los objetos a partir de la utilidad que proporcionan y desecha esta posibilidad cuando llega al ejemplo del agua y los diamantes, en el cual se prueba que los bienes que mayor grado de utilidad reportan tienen un valor de cambio exiguo. En cambio, un diamante, que no presenta mayor utilidad (no posee valor de uso) a su poseedor, tiene un altísimo valor de cambio.

Smith analizó en esta obra los orígenes de la riqueza y las condiciones que determinan el surgimiento del capital.

Libro primero

El libro I expone una especie de teoría general de la producción, el valor y la distribución. Supera a los mercantilistas y a los fisiócratas. Según él la riqueza de las naciones depende del grado de productividad y la cantidad.

El examen de la primera causa de la riqueza estudia la división del trabajo, señalando que esta misma está determinada por la extensión del mercado. Dice que la división del trabajo no se da porque el hombre piense que va a generar un excedente de riqueza, sino que es producto de la propensión de cambiar una cosa por otra, pero también forma una teoría en la cual menciona que todo trabajo merece una remuneración.

Libro segundo

En el libro II señala, por ejemplo, que lo más importante para un país en crecimiento es el capital, definido como una masa monetaria disponible gracias al ahorro. Según Smith este ahorro se invierte inmediatamente sin distinguir entre ahorro e inversión.

Libro tercero

En el tercero hace un sistemático análisis histórico de las diversas corrientes económicas hasta ese entonces.

Libro cuarto

En el cuarto libro como complemento del estudio histórico examina y hace una crítica implacable hacia el sistema mercantilista. Smith concluye que es necesario suprimir todas aquellas disposiciones normativas que solo han entorpecido la actividad económica y en cambio elogia apasionadamente a la fisiocracia diciendo que es la forma más segura para superar las crisis económicas. (La simplificación administrativa que conlleva al adelgazamiento del aparato estatal).

Libro quinto

Por último, el libro V trata de las finanzas públicas y expone sus ideas sobre las partidas de gastos públicos que considera legítimas de acuerdo con su opinión general sobre las funciones del gobierno. Su estudio sobre la forma de recaudar los ingresos públicos ha constituido el punto de partida de toda la teoría liberal sobre tributación.

Lo importante de este libro es que deja de lado a la tierra como elemento creador de la riqueza como plantaban los fisiócratas, sino que para Smith, la riqueza la creaba el intercambio comercial, a mayor comercio más riqueza.

Para esto era necesario dejar que cada uno buscara su propio beneficio en forma egoísta, para beneficiar al conjunto. El crecimiento económico iba a aumentar, aumentando la división del trabajo, en su libro lo explica muy bien, con el ejemplo de la fábrica de alfileres. Así también se iba a dar a medida que crecieran los mercados a nivel internacional.

Para esto era necesario que hubiera una libre oferta y demanda, y que a su vez si se dejaba a estos dos factores actuar, iban a funcionar como una especie de mano invisible, regulando el mercado.

En 1776 A. Smith publicó su obra Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (o simplemente La riqueza de las naciones), después de más de diez años de trabajo,1 por la cual es considerado por muchos especialistas el padre de la Economía Política. Esta obra representa el intento por diferenciar la economía política de la ciencia política, la ética y la jurisprudencia. Un elemento fundamental para esta diferenciación fue la crítica al mercantilismo, corriente heterogénea que venía desarrollando nociones económicas desde el siglo XV, más vinculada a los imperios coloniales que a la naciente revolución industrial.

Él mismo consideraba esta serie de volúmenes como una exposición parcial de una obra más amplia sobre «Los principios generales de la ley y del gobierno, y de las diferentes revoluciones que en éstas se han producido en las diferentes épocas y periodos de la sociedad», obra que deseaba escribir pero que nunca llegó a completar. Más aún, incluso en La Riqueza de las Naciones, para Smith la ciencia económica era mucho más que la teoría de precios, producción y distribución, moneda y banca, finanzas públicas, comercio internacional, y crecimiento económico, campos que hoy en día se consideran como especialidades en sí mismos. Todos estos temas se discuten en el libro, pero también incluye detalladas discusiones sobre temas tan diversos como historia eclesiástica, demografía, política educacional, ciencias militares, agricultura, y asuntos coloniales.

Según la tesis central de La riqueza de las naciones, la clave del bienestar social está en el crecimiento económico, que se potencia a través de la división del trabajo y la libre competencia. Según esta tesis, la división del trabajo, a su vez, se profundiza a medida que se amplía la extensión de los mercados y por ende la especialización. Por su parte, Adam Smith considera la libre competencia como el medio más idóneo de la economía, afirmando que las contradicciones engendradas por las leyes del mercado serían corregidas por lo que él denominó "la mano invisible" del sistema.

Una particularidad de la obra es el planteamiento de que, gracias a la apelación al egoísmo de los particulares se logra el bienestar general. Al respecto, Adam Smith afirmaba que "el hombre necesita casi constantemente la ayuda de sus semejantes, y es inútil pensar que lo atenderían solamente por benevolencia. No es la benevolencia del carnicero o del panadero la que los lleva a procurarnos nuestra comida, sino el cuidado que prestan a sus intereses".

Esto es muchas veces interpretado de forma imprecisa, como que simplemente el egoísmo lleva al bienestar general. Sin embargo, pasajes tanto de esta obra como de los sentimientos morales dejan en claro que en un sistema económico el interés personal no es la única motivación, ya que si así fuera, toda negociación resultaría imposible. El ser humano es capaz también de comprender el interés personal de su compañero y de llegar a un intercambio mutuamente beneficioso.1 La empatía con el egoísmo del otro (en donde acentúa la siguiente frase: «dame lo que necesito y tendrás lo que deseas») y el reconocimiento de sus necesidades es la mejor forma de satisfacer las necesidades propias. El pensador y economista escocés subraya que la mayor parte de estas necesidades humanas se satisfacen por intercambio y por compra.

La obra incluye una filosofía de la historia, donde la propensión a intercambiar exclusiva del hombre se convierte en el motor del desarrollo humano, porque permite la suficiente creación de riqueza y generación y acumulación de capital para poner en práctica la división del trabajo. Debido por tanto a la empatía y la división del trabajo se potencia el crecimiento económico, clave del bienestar social.

Esta obra constituye también una guía para el diseño de la política económica de un gobierno. Los beneficios de la "mano invisible" del mercado solo se obtendrán en una sociedad bien gobernada.

Entre sus aportes más importantes se destacan:

La diferenciación clara entre valor de uso y valor de cambio.

El reconocimiento de la división del trabajo, entendida como especialización de tareas, para la reducción de costos de producción.

La predicción de posibles conflictos entre los dueños de las fábricas y los trabajadores mal asalariados.

La acumulación de capital como fuente para el desarrollo económico.

La defensa del mercado competitivo como el mecanismo más eficiente de asignación de recursos.

Contrariamente a lo que le achacan algunos críticos debido a los extremos a que el neoliberalismo lleva sus ideas, Adam Smith conocía los peligros que conllevaba su ecuación económica.

Estaba convencido de que un hombre que pasa toda su vida para completar unas pocas operaciones simples cuyos efectos son siempre los mismos, no tiene tiempo para desarrollar su inteligencia ni para practicar su imaginación. El resultado es la pérdida del hábito de ejercer sus facultades y la alienación del individuo. Por ello recomendó al Estado que impulsara la educación pública de las clases trabajadoras.

De hecho, Adam Smith criticó las vidas miserables que sufrían muchos de sus compatriotas y advirtió que «ninguna sociedad puede ser próspera ni feliz si la mayor parte de sus miembros son pobres y miserables».

La teoría clásica del comercio internacional tiene sus raíces en la obra de Adam Smith que plantea la interacción entre comercio y crecimiento económico. Según los principios establecidos en sus obras, los distintos bienes deberán producirse en aquel país en que sea más bajo su costo de producción y desde allí, exportarse al resto de las naciones. Por tanto define la denominada «ventaja absoluta» como la que tiene aquel país que es capaz de producir un bien utilizando menos factores productivos que otros, es decir, con un coste de producción menor. Defiende además el comercio internacional libre y sin trabas, para alcanzar y dinamizar el proceso de crecimiento económico, y este comercio estaría basado en el principio de la ventaja absoluta. Asimismo aboga por favorecer la movilidad internacional de los factores productivos.

En Marzo de 1776 se publicó finalmente La Riqueza de las Naciones. La obra tuvo un éxito inmediato y duradero: la primera edición se agotó en seis meses, y durante la vida de Smith se publicaron cinco ediciones (1776, 1778, 1784, 1786, y 1789). Además, en cuestión de tres décadas se había traducido a por lo menos seis idiomas extranjeros: danés (1779-80), tres versiones francesas (1781, 1790, y 1802), alemán (1776-78), italiano (1780), español (1794) y ruso (1802-06).2

La investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones ha estado sujeta a todo tipo de interpretaciones, entre ellas:

David Ricardo: realiza una crítica a la obra, desarrollando más la teoría del valor trabajo y conceptos tales como el capital y la reproducción.

Karl Marx: Sigue la línea de que el trabajo es la esencia del ser humano, pero discrepa en cuanto a la intervención del Estado en los mercados.

Milton Friedman y Rose Friedman: se centra en temas como «La mano invisible» y el papel del Estado. Milton y Rose Friedman escriben La libertad de elegir basados en la doctrina smithiana del libre comercio.

Amartya Sen: lectura renovada de Smith que retoma la Teoría de los sentimientos morales, libro de gran importancia en el campo de la ética, la teología y la moral. Amartya Sen destaca la importancia del sentimiento de la simpatía en la obra de Smith y cuestiona la estrecha interpretación friedmaniana que atribuye al egoísmo la armonía del mundo.

Análisis e Interpretación del Fundamento Económico de

David Ricardo

A diferencia de Adam Smith, en cuyos trabajos se apoyó, Ricardo se preocupó sólo en segunda instancia en averiguar las causas del crecimiento o, si se prefiere el origen de "la riqueza de las naciones". Aunque también se podría decir que sus preocupaciones en torno al crecimiento lo llevaron a interesarse en primer lugar en los factores que explican la distribución de la renta.

Este economista, cuya labor es particularmente importante por el lugar destacado en que colocó al problema del valor -especialmente al poner de manifiesto con claridad que los problemas de la distribución dependen de la teoría del valor.

Entre sus aportaciones destaca especialmente la teoría de la ventaja comparativa, que defiende las ventajas del comercio internacional y en esencia es una ampliación de la división del trabajo propuesta por Adam Smith.

También se la atribuye la ley de hierro de los salarios que afirma que el salario real de los trabajadores permanecerá cercano al nivel de subsistencia, aunque haya intentos de incrementarlos.

Además propuso la que actualmente se conoce como equivalencia ricardiana, una idea que sugiere que en algunas circunstancias la decisión de un gobierno de cómo financiarse (utilizar impuestos o emitir deuda) puede no tener efecto en la economía. Irónicamente, aunque esta equivalencia lleva su nombre, Ricardo nunca estuvo totalmente convencido. Robert Barro hizo unas variaciones de la misma idea utilizando la teoría de las expectativas racionales.

La Teoría de la ventaja comparativa es un argumento a favor del libre comercio, formulada por David Ricardo. Si el país A produce un bien a un menor costo que el país B, conviene a este último comprarlo que producirlo. Se dice entonces que el país A tiene una ventaja comparativa respecto al B. Consecuentemente, los aranceles tienen un efecto negativo sobre la economía, ya que privan al consumidor de productos baratos, y a los que producen el bien más barato, de beneficios.

La teoría de David Ricardo constituye la esencia del argumento a favor del libre comercio. En la actualidad los supuestos de D. Ricardo han sido criticados fundamentalmente porque él consideraba los costos constantes, a cualquier nivel de producción y no tomó en cuenta los rendimientos decrecientes.

La ley del hierro de sueldos es el argumento según el cual los sueldos tienden "naturalmente" hacia un nivel mínimo, que corresponde a las necesidades mínimas de subsistencia de los trabajadores. Cualquier incremento en los salarios sobre este nivel llevará a un incremento de la población, y entonces el aumento de la competencia por obtener un empleo hará que los salarios se reduzcan de nuevo a ese mínimo.

Título de un folleto publicado en 1817 por el economista clásico David Ricardo, fue adoptado luego por Karl Marx, e influyó en su temprana visión pesimista acerca de la posibilidad de que los trabajadores puedan beneficiarse del capitalismo.

Ludwig von Mises argumentó que si se adopta este razonamiento para demostrar que a largo plazo no es posible un incremento en el salario medio por encima del mínimo, debe asumirse también que tampoco una bajada de ese valor puede ocurrir.

La equivalencia ricardiana, o la proposición de equivalencia Barro-Ricardo, es una teoría económica que sugiere que el déficit fiscal no afecta a la demanda agregada de la economía. Fue propuesta por el economista inglés David Ricardo en el siglo XIX.

La argumentación en que se basa la teoría es la siguiente: el gobierno puede financiar su gasto mediante los impuestos cobrados a los contribuyentes actuales o mediante la emisión de deuda pública. No obstante, si elige la segunda opción, tarde o temprano tendrá que pagar la deuda subiendo los impuestos por encima de lo que estos se ubicarían en el futuro si otra fuera la elección. La elección es entre pagar impuestos hoy o pagar impuestos mañana.

Supóngase, por ejemplo, que el gobierno decide financiar un gasto adicional a través de déficit, esto es, mediante cobrar impuestos mañana. Ricardo argumentaba que aunque los ciudadanos tienen más dinero hoy, ellos se darían cuenta que tendrían que pagar impuestos mayores en el futuro y, por lo tanto, ahorrarán un dinero adicional para poder pagar los impuestos futuros. Este mayor ahorro por parte de los consumidores compensaría exactamente el gasto adicional del gobierno, de modo tal que la demanda agregada permanecerá inmodificada.

Posteriormente, Robert Barro publicó un artículo intitulado "Are Government Bonds Net Wealth?" [Son riqueza neta los bonos del gobierno?] en el Journal of Political Economy (Vol. 82, No. 6. (Nov. - Dec., 1974), pp. 1095-1117). Este modelo supone que las familias actúan como dinastías que viven hasta el infinito, debido al altruismo intergeneracional, que los mercados de capitales son perfectos (en el sentido de que todos pueden prestar y endeudarse a la misma tasa de interés) y que la senda de los gastos del gobierno está dada. En estas condiciones, si el gobierno financia los gastos mediante emisión de bonos de deuda, las familias dejarán donaciones a sus hijos los suficientemente grandes como para compensar los mayores impuestos que se necesitarán para pagar esos bonos. Este artículo es una contribución importante a la Nueva Macroeconomía Clásica, construida en torno a la hipótesis de las expectativas racionales.

La teoría de la equivalencia ricardiana sugiere que los intentos del gobierno de influir sobre la demanda agregada mediante la política fiscal están condenados al fracaso. Esta idea se opone frontalmente a la teoría keynesiana, que afirma que la política fiscal, debido a los efectos del multiplicador de la renta, será efectiva logrando que los incrementos de déficit público logren incrementos mayores en proporción de la demanda agregada.

Los aspectos más significativos de su indagación y aporte son los siguientes:

Descubrir la base que permite del intercambio entre las mercancías y las relaciones que de él se generan, interesándose por los precios relativos más que por los absolutos, en atención a que las mercancías obtienen su valor de dos fuentes: de sus escasez y de la cantidad de trabajo necesario para obtenerlas.

Su análisis de la renta de la tierra y el desarrollo de la teoría de los costos comparativos, fueron sus contribuciones más significativas al mundo de la economía.

Las diferencias en la calidad de la tierra determinarían que, si bien los propietarios de las tierras fértiles obtendrían rentas cada vez más altas, la producción en las de peor calidad generaría sólo lo justo para cubrir los costos, sin lugar a la renta.

El crecimiento de la población acompañaba a la expansión económica, y que esta expansión generaría un aumento de las necesidades de alimentos, la que solo podía satisfacerse a costos más altos.

A fin de mantener los salarios reales a su nivel anterior, serían necesarios salarios monetarios más altos, lo cual haría disminuir la participación de los beneficios en el producto.

El proceso de expansión económica podía atentar contra sus propios cimientos; la acumulación de capital a partir de los beneficios, generaría el estado estacionario, en el que no habría crecimiento.

Desarrolló la teoría de los costos comparativos defendiendo que cada país debería especializarse en aquellos productos que tuvieren un costo comparativo más bajo e importar aquellos cuyo costo comparativo fuera más elevado. (Política de Libre Comercio Ricardiana)

Según esta política, cada país debe dedicar su capital y trabajo a aquellas actividades productivas que les resulten más beneficiosas. De esta forma, se distribuye el trabajo con la mayor eficiencia y aumenta al mismo tiempo la cantidad total de bienes, lo que contribuye el bienestar general.

Una ventana al Comercio Internacional.

La principal característica del sistema analítico de Ricardo es que generaba conclusiones fundamentales basadas en pocos principios básicos.

David Ricardo fue capaz de llevar a plenitud el cuerpo doctrinal de la economía clásica. Así, por ejemplo, fue un convencido del Laissez Faire.

En general, este autor fue esencialmente un pensador práctico, ya que ante todo se caracterizó por ser un hombre de negocios. Su aporte teórico siempre hizo referencia al mundo de su época, el que conocía muy Bien. A diferencia de A. Smith, en cuyos trabajos se apoyó, Ricardo se ocupó sólo en segunda instancia de averiguar las causas del Crecimiento Económico del país.

David Ricardo desarrolló su teoría del Comercio Internacional, estableciendo de forma explícita, que a un país le conviene concentrarse en elaborar aquellas mercancías en las que tiene Ventajas Comparativas.

Con esta teoría argumentó de manera convincente a favor del librecambismo y propició la abolición de las "Corn Laws" (Leyes de granos) británicas. Estas disposiciones buscaban proteger la agricultura nacional inglesa contra las Importaciones extranjeras de grano. Según Ricardo, este mecanismo proteccionista contribuía a enriquecer a los terratenientes -quienes dominaban el Parlamento y la vida política- a costa del bienestar del país.  

Conclusión

La riqueza de las naciones es un tratado que combina la moneda con la historia, la lógica con la teología. Su tesis económica es simple y puede resumirse en tres principios: a. Que, como ser económico, el hombre tiene el impulso natural del lucro; b. Que el universo esta ordenado de tal manera que los empeños individuales de los hombres se conjugan para componer el bien social; Que, conforme a. y b., el mejor programa consiste en dejar que el proceso económico siga su propio curso (laissez faire). Estos principios, que se difundieron al punto de olvidar su filiaci6n, encuentran su sentido cabal en el deísmo ilustrado de Smith. Como lo manifiesta en su otro gran libro, Teoría de los sentimientos morales, Smith creía en un Dios Supremo que había ordenado el universo como un mecanismo perfecto donde todo funciona y que resulto, por imagen y semejanza, bueno. Esta premisa atraviesa las páginas de La riqueza, desde las reflexiones sobre el trabajo más elemental (Libro I) hasta la disertación sobre las funciones del Gobierno (Libro IV), a quien, supuesto el orden primigenio, no le toca otra tarea que mantenerlo. Para Adam Smith, la mejor política económica no precede del Gobierno sino de la acción espontánea de los individuos. El libro III y el IV abren el temario a cuestiones históricas de evolución y comercio, pero, por el recurso constante de ilustrar sus ideas con ejemplos cercanos en el comercio europeo, del propósito central de La riqueza de las naciones resulto también un mosaico de la época. Y es, en última instancia, un manual de lógica que se valió del método deductivo para arribar "mas naturalmente" a las conclusiones que Smith quiso imponer y que son el eje axiomático de este volumen.

Por eso, aunque entendemos que el valor de La riqueza de las naciones reside en su globalidad que por otro lado se hace evidente en la dificultad de su fraccionamiento, esta "antología esencial" no pretende otra cosa que beber de su misma fuente las bases de una teoría que en su momento significo una reacción contra el mercantilismo feudal, pero que, en el tiempo, dibujo el trazado de una de las caras de la moneda: la realidad económica globalizada en la que Vivimos.

La importancia del tratado de Ricardo fue constatada desde su publicación: durante el siguiente medio siglo el sistema Ricardiano dominó el pensamiento económico en Inglaterra. En 1848 la revisión de su pensamiento realizada por John Stuart Mill en Principios de economía política (1845-1847) dio nuevo vigor a la teoría de Ricardo. Sin embargo, a partir de la década de 1870, los economistas dejaron de analizar los problemas que preocupaban a Ricardo para estudiar los relativos a la teoría del valor, es decir, a estudiar por qué los bienes se intercambian a un precio y no a otro distinto.

Bibliografía

• ADAM SMITH, “Riqueza de las naciones”

• David Ricardo, “Fundamento Económico”

• www.elpe.com

• www.geocities.com

Anexos

David Ricardo

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