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Armas.


Enviado por   •  31 de Mayo de 2013  •  Exámen  •  3.970 Palabras (16 Páginas)  •  321 Visitas

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ARMAS

Armas de la Edad del Bronce.

Un arma es una herramienta de agresión útil para la caza y la autodefensa, cuando se usa contra animales, y puede ser utilizada contra seres humanos en tareas de ataque, defensa y destrucción de fuerzas o instalaciones enemigas, o simplemente como una efectiva amenaza. Un arma es por tanto un dispositivo que amplía la dirección y la magnitud de una fuerza.1 Según otra interpretación, podrían definirse como los dispositivos más sencillos que utilizan ventajas mecánicas para multiplicar una fuerza. En ataque, las armas pueden ser utilizadas como un instrumento de coacción, por contacto directo o mediante uso de proyectiles. Estas herramientas, por tanto, van desde algo tan sencillo como un palo afilado a un complejo aglomerado de tecnologías, como un misil balístico intercontinental. En sentido metafórico, cualquier cosa capaz de causar un daño puede ser entendido como arma, y en este sentido se interpreta el desarrollo de la guerra psicológica durante las guerras del siglo XX. Más recientemente, se han diseñado armas no letales, diseñadas para ser utilizadas por grupos paramilitares, fuerzas de seguridad o incluso tropas en combate, y cuyo objetivo es provocar daños suficientes para neutralizar a un adversario sin causarle la muerte y minimizando su impacto sobre el medio ambiente. En la práctica, se entiende que cualquier elemento capaz de dañar podría ser considerado un arma, (aun cuando si ésta no fuera su principal función), dependiendo de las circunstancias y fines con que se las utilice. Criterio similar es utilizado en la Ciencia del Derecho, donde el puño, pese a no ser su función inmediata la de dañar, puede llegar a ser considerado un arma. Sin embargo, según el Derecho penal vigente en muchos países, un objeto no puede ser considerado como arma si no fue creado con las funciones específicas de ataque o defensa. Por ejemplo, la legislación española establece que:

o En este sentido, para que un objeto pueda ser reputado jurídicamente como "arma", al momento de su fabricación debe haber tenido como finalidad primordial la de ser utilizado como "arma", ya sea de ataque o defensa.

Concepto teórico

La función básica del arma no ha cambiado desde la antigüedad. Las armas hacen una o más cosas de entre las siguientes:

1. Concentrar presión: el borde afilado de una piedra rota o un palo puntiagudo aplicarán más fuerza por unidad de área y hará mucho más daño que el lado sin filo o punta. La dureza del material determina la capacidad de aplicar o resistir la presión.

2. Energía acumulada: un objeto acumula energía cinética mientras la persona lo acelera y libera esta energía, en un lapso de tiempo más corto, sobre el blanco; de esta manera amplifica la potencia del objeto y el poder de la persona.

3. Fuerza proyectada: una piedra lanzada o un palo largo permiten dañar a un adversario desde cierta distancia. El daño se deriva de la energía cinética acumulada en el trayecto, dispersada en el momento del impacto.5

4. Por otra parte, las armas modernas pueden combinar varios de estos factores para causar mayor destrucción (Véase la lista de armas según tipo al final del artículo).

Las armas pueden ser ofensivas -adecuadas para que la transformación de energía recaiga sobre un objetivo-, o defensivas, dirigidas a neutralizar, evitar o al menos absorber parte de la energía que un enemigo pueda concentrar sobre nosotros. Más adelante se analizan con mayor detalle según criterios más específicos.

Armas prehistóricas

Un conjunto de artefactos neolíticos, compuesto por brazaletes, hachas, formones, y herramientas para pulir.

La observación de otras especies de mamíferos superiores, como los chimpancés, ofrece la posibilidad de observar el uso rudimentario de herramientas, y las armas no escapan a esta definición. Craig Stanford, experto en primates y profesor de antropología en la Universidad del Sur de California ha sugerido que el descubrimiento de "lanzas" rudimentarias -esto es, palos más o menos afilados- por parte de los grandes simios se puede evidenciar, por analogía, el descubrimiento de las primeras armas utilizadas por la humanidad, hace alrededor de cinco millones de años.7 De un modo natural, por tanto, los palos y las estacas afiladas han compuesto el primer arsenal de la humanidad, y es más que probable que se utilizasen también como proyectiles, junto a piedras pequeñas. Estas herramientas pudieron haber sido muy útiles para el ser humano cuando su propia evolución biológica le hacía más lento, más torpe, más pequeño o más débil que otras criaturas con las que competía por los recursos. Efectivamente, en la competencia contra animales provistos de cuernos, garras, colmillos afilados o una piel impenetrable, las armas deben considerarse como una herramienta muy beneficiosa para la supervivencia de la especie humana, quien por otra parte pronto recurrió a esas defensas naturales para perfeccionar su propio armamento. De cualquier modo, las hachas de piedra son las primeras armas humanas desarrolladas específicamente para causar un daño mediante un contacto directo, utilizadas como un amplificador sencillo de energía. Los primeros proyectiles de los que se tiene una datación fiable son ocho lanzas de madera, llamadas Schöninger Speere, que se estima fueron construidas hace 400.000 años. Hace aproximadamente unos 250.000 años se empezó a utilizar el fuego para endurecer las puntas, y las primeras piedras talladas manualmente como punta de lanza se han datado alrededor del 80.000 a. C. Veinte milenios más tarde, el arco y las flechas supusieron una revolución en la tecnología armamentística, al multiplicar la fuerza ejercida reduciendo además el esfuerzo muscular del usuario. La primera jabalina conservada debió utilizarse hacia el 42.000 a. C. Durante la etapa Paleolítico, se empezaron a utilizar dardos, más precisos que las flechas, y el átlatl -un arma utilizada como propulsor de lanzas- más antiguo hallado ronda los 27.000 años.

Armas de la antigüedad

Las armas de la antigüedad ofrecían numerosas ventajas sobre sus precedentes prehistóricos, con mejoras significativas en cuanto a sus materiales y técnicas de uso, así como por su mayor durabilidad. El aprendizaje de la fusión de los metales convirtió a los herreros en figuras muy importantes en todas las comunidades humanas, y parte de sus atributos mágicos se debían a la revolución tecnológica que representaban las espadas de hierro,

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