Arte Colonial
mako_199411 de Junio de 2014
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Arte colonial
Llamamos arte colonial al efectuado en América bajo el dominio de España durante los siglos XVI, XVII y XVIII.
De raíz medieval, lo traen desde España al Nuevo Mundo numerosos artistas que forman talleres en las principales ciudades americanas, donde enseñan a criollos, indios y mestizos. Sus temas religiosos y didácticos tratan diferentes episodios de la vida de Jesús, de la Virgen y de los santos más populares.
Los talleres siguen en manos americanas cuando desaparecen los maestros europeos, expresando con mayor o menor grado la cosmovisión nativa y logrando un arte propio de gran expresividad, buscando especialmente dar gloria a Dios. Se mantienen las técnicas y los modelos europeos en temas religiosos que atacan las normas de la Iglesia Católica y su fin evangelizador.
En pintura conservan el claroscuro y se aprecia la influencia de pintores españoles (Velásquez y Murillo entre otros), italianos y flamencos.
Sobresalen las series o conjuntos de cuadros que además de adoctrinar, sirven para decorar claustros y refectorios. Son obras colectivas dirigidas por un maestro, donde intervienen varios ayudantes.
En escultura, la influencia de sevillanos, especialmente Juan Martínez Montañés, evoluciona a un arte dulce en las intimidades cristianas, como son los nacimientos, las figuras del Niño Dios y de los ángeles niños.
El arte colonial alcanza su apogeo durante el siglo XVIII cuando los talleres no dan abasto con los pedidos; en escultura, las mascarillas permiten la fabricación rápida de rostros y los bastidores o armazones de madera que reemplazan las tallas de bulto - tallas completas en tres dimensiones y ahuecadas - , facilitan el transporte de obras de gran tamaño.
En esta lejana Capitanía General de Chile, hubo poco desarrollo de las manifestaciones artísticas. En Chile se importaban obras de arte desde los principales talleres americanos especialmente tallas de Quito y pinturas del Cuzco.
Desde mediados del siglo XVIII, las clases más cultas de las colonias hispanoamericanas van lentamente transformando su mentalidad a causa de la propagación de las ideas de Ilustración francesa. Las manifestaciones artísticas van cambiando su finalidad estrictamente religiosa del modelo hispano por otras temáticas.
Características del Arte Colonial.
El arte colonial es reconocible por cumplir con ciertas características que en esa época eran importantes.
-Para empezar, el tema principal de las esculturas, pinturas y figuras arquitectónicas es la religión, que se representa de forma que favorezca el catolicismo.
-En el arte precolombino se utilizaban mucho las líneas rectas y las formas rigurosamente geométricas, que luego se mezclaron con el arte español, que era mucho mas expresivo y libre, y de esa forma se produjo una forma artística especial propia de las colonias de Latinoamérica.
-Esta extraña mezcla se dio a medida que los españoles intentaron imponer su religión y su arte a los indígenas, y estos, como forma de rebelión, agregaron a estas creaciones figuras zoomórficas (representaciones de animales), antropomórficas (representaciones humanas) y fitomórficas (representaciones de plantas).
Así como el sincretismo entre la religión católica y las costumbres aborígenes se juntaron en pintura y escultura, también quedaron huellas arquitectónicas de la colonia, de las que daremos algunos ejemplos:
• La Catedral de Santo Domingo (República Dominicana)
• La casa en que habitaba Diego de Colon (Hijo de Cristóbal Colon)
• Hospital San Nicolás de Bari
• Convento de Huejotzingo (Estado de Puebla).
Los olmecas.
El arte olmeca era muy complejo y se poseen muchos objetos que aún se están investigando. Los más importantes y conocidos son las Cabezas colosales olmecas que son un ejemplo de escultura monumental y una de sus mejores representaciones artísticas.1 Se cree que pueden representar a guerreros o a jefes. Se conocen 17 ejemplares, la mayoría de ellos repartidos entre el Museo de Antropología de Xalapa y el Parque Museo La Venta.
Una característica llamativa de estas cabezas colosales es la marcada apariencia negroide, lo que ha llevado a diferentes conjeturas. Se han lanzado hipótesis, después rechazadas, que sugieren algunos contactos interoceánicos en tiempos antiguos. Las nueve primeras cabezas que se encontraron, estaban en San Lorenzo, pero se trasladaron a La Venta, donde fueron enterradas. Se cree que podrían representar cabezas de sus dioses —de ahí el enterramiento— o de jefes, que se enterraron cuando éstos murieron. Se cree que podrían tener rasgos idealizados, felinos, y de ahí ese aspecto. También se cree que son guerreros, y no dioses, por los cascos que llevan. Fueron esculpidas en basalto traído desde lejanos lugares. Pesan varias toneladas y algunas miden hasta cuatro metros de altura.
Durante mucho tiempo se consideró que la olmeca era la cultura madre de la civilización mesoamericana. Sin embargo, no está claro el proceso que dio origen al estilo artístico identificado con esta sociedad, ni hasta qué punto los rasgos culturales que se revelan en la evidencia arqueológica son creación de los olmecas del área nuclear.
Los zapotecas
Los Zapotecas trabajaban la piedra, especialmente realizaban diseños decorativos que abundan en su arquitectura. Los bajorrelieves y las pinturas murales constituyen algunos de los fragmentos más preciosos del arte prehispánico de México. Destacan especialmente los motivos de guerreros y cautivos, en los que pueden observarse la importancia de los conflictos bélicos en la sociedad. Cabe mencionar los diseños denominados ‘danzantes’, que presentan personajes en actitud de sacrificio y sometimiento.
La arquitectura del período final de esta cultura se caracteriza por una profusa decoración tipo mosaico, tableros y grecas. Los zapotecas desarrollaron un calendario y un sistema logofonético de escritura que utilizaba un carácter individual para representar cada sílaba del lenguaje, el logro más importante de esta cultura. Este sistema de escritura perduró durante más de mil años en Mesoamérica. Como en casi todas las culturas, la escritura sólo estaba al alcance de unos pocos, y se llevaba a cabo en los más diversos materiales, como hueso, concha, cerámica y piedra. Se piensa también que debieron haber escrito en materiales perecederos como madera, tejidos de algodón, papel o pieles. Esta escritura consistía en glifos que narran sucesos históricos y fechas. Probablemente fueron muy usados por las clases dominantes para llevar un registro vigente de sus hechos, así como para controlar los bienes y contar con una memoria de las guerras.
Los mixtecos
fueron influidos culturalmente por sus vecinos más civilizados: los olmecas, los zapotecas y los teotihuacanos, logrando asimilar todos esos rasgos culturales que más tarde transmitieron a los pueblos del centro de Mesoamérica.
La cultura mixteca se destacó en la elaboración de códices en donde se narran hechos de la vida de los reyes, sacerdotes y dioses; sus conquistas, la construcción de sus ciudades y cómo fueron vencidos por los mexicas. Los códices se elaboraban uniendo tiras de papel de piel de venado, doblado como acordeón o sobre tela.
Los mixtecas fueron excelentes artistas. Su orfebrería es una de las más bellas y detalladas. Trabajaron la plata, el cobre y el oro en joyería, orejeras, y placas para los labios. También fabricaron cuchillos de obsidiana, y collares con cuentas.
Al principio su cerámica fue tosca y burda, realizada con barro gris mal pulido. Con el paso del tiempo ésta llegó a ser una de las más hermosas, elaborada con barro delgado de color rojizo o café y decorada con colores brillantes. Las piezas de cerámica de los mixtecas representaban la vida diaria o algún motivo religioso.
Los toltecas
La escultura y el relieve están muy ligados a la arquitectura; destaca el Chac Mool, una gran figura sentada en forma reclinada, sosteniendo en el vientre un recipiente y con la cabeza mirando hacia un costado.
También realizadas en piedra destacan esculturas que muestran escenas militares y de sacrificios humanos. Un ejemplo de ello es el coatepantli, un friso labrado en piedra que muestra una sucesión de serpientes que persiguen y devoran esqueletos. Otro elemento arquitectónico tolteca fue el tzompantli, o altar de cráneos, una plataforma baja, cercana a la pirámide principal, provista de soportes para apilar o ensartar las cabezas cercenadas de los sacrificados. El arte tolteca muestra una faceta de vigor en las formas que anuncian el predominio del guerrero sobre el sacerdote, una visión que se mantendría a lo largo del horizonte posclásico mesoamericano.
Es importante también, su cerámica. El estilo cerámico tolteca más antiguo y que antecede a la fundación de
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