¿BARBARIE CULTURAL O EVOLUCIÓN?

¿BARBARIE CULTURAL O EVOLUCIÓN?

Existe una delgada línea, basada en perspectivas, que diferencia a una barbarie cultural de la evolución del arte. A través del tiempo, muchos monumentos y obras han sufrido demoliciones, modificaciones o readaptaciones, pero ¿hasta qué punto la restauración de obras de valor histórico se torna perjudicial para nuestro patrimonio cultural?

Tulancingo de Bravo, Hidalgo, es una ciudad que tiene sus tempranos orígenes en la cultura Tolteca; cerca del año 645 a.C. Posteriormente, en 1525, es colonizada por los españoles y es testigo de la llegada de los religiosos franciscanos un año después. Desde entonces, esta ciudad, muy cercana a la capital del estado, ha jugado un papel importante en la historia, política y cultural de México, sobre todo por el lugar estratégico en el que se encuentra. [pic 1]

Gracias a su riqueza cultural, aún existen edificios de inimaginable valor histórico como es la catedral dedicada a San Juan Bautista, que actualmente se distingue por su transición entre el estilo barroco y el neoclásico, o la Hacienda de Exquitlán, construida desde 1868 con influencias neoclásicas francesas y decoraciones bajo el estilo Art-Nouveau.

La hacienda de Exquitlán, que se ubica a las afueras de Tulancingo con dirección al municipio de Cuautepec de Hinojosa, fue construida por orden del señor Pánfilo García Otamendi, un adinerado caudillo a quien le llegaron a pertenecer 100 haciendas de la región. Terminada en 1908, con un estilo neoclásico francés impresionantemente lujoso, con esculturas como un Neptuno elaborado en Paris y decoraciones de yeso pertenecientes al estilo Art-Nouveau, la hacienda comenzó un proceso de restauración por los actuales dueños, desde hace cinco años, con el fin de transformarla en un jardín de eventos. Esto la convierte en protagonista del debate sobre las modificaciones o readaptaciones que se hacen a monumentos con gran valor artístico e histórico. ¿El modificar la estructura original convierte este acto en una barbarie cultural? o, ¿es indispensable su restauración para la preservación de monumentos, aunque se afecte de alguna forma su estado inicial?[pic 2]

Una barbarie cultural, por definición, se refiere a la destrucción de algún patrimonio cultural o histórico, que deriva de una actitud poco ética y con afán de causar daño a la sociedad. Por ejemplo, algunas de las situaciones en las que se cometen estas barbaries es durante las guerras; en donde se pretende imponer la nueva ideología de un gobierno, derivando así en la demolición de elementos históricos o de valor cultural.

Sin embargo, cuando una propiedad como esta hacienda es transformada, apegándose a la esencia original, más bien se hace con afán de preservar la historia que viene consigo, readaptándolo con una nueva función para la sociedad, sin importar cuál sea el nuevo papel que se desempeñe en ella.[pic 3]

Por ejemplo, muchos de los edificios antiguos, actualmente se conservan gracias a la readaptación que se les dan en su nuevo entorno; convirtiéndolos, por ejemplo, en un nuevo museo, un restaurante, hotel, edificio de gobierno o cualquier otro que permita su reintegración a una sociedad transformada y modernizada. 

Por otro lado, debemos tener en cuenta que no siempre es posible una reparación idéntica de las obras, sobre todo cuando éstas han sido víctimas del paso del tiempo y de la preocupante apatía que se tiene por preservar el patrimonio cultural, particularmente en México. No obstante, se debe buscar que estos espacios sean reintegrados al nuevo entorno conservando su esencia. Es decir, ¿qué pasaría con la Basílica de San Pedro, por ejemplo, si se le fuesen retiradas ornamentaciones de la cúpula central? Esto afectaría, evidentemente, la identidad de esta invaluable joya arquitectónica y, de cierta forma, dañaría el patrimonio de una sociedad.

...