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BIOGRAFÍA ENRIQUE VIII


Enviado por   •  27 de Abril de 2015  •  5.637 Palabras (23 Páginas)  •  204 Visitas

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BIOGRAFÍA ENRIQUE VIII (1509-1547) heredó el trono a la muerte de su hermano, el príncipe Arturo, casado con Catalina de Aragón , hija de los Reyes Católicos. Era joven, bien parecido, de presencia atlética y muy inteligente; pero a la vez era egoísta, duro y cruel. Contrajo matrimonio con Catalina, viuda de su hermano. Dueño de un país tranquilo y próspero, todo hacía suponer que su reinado sería feliz.

Años después se enamoró perdidamente de una dama irlandesa, Ana Bolena, y pretendió obtener el divorcio. Ante la negativa del Papa, rompió las relaciones con Roma, repudió a Catalina de Aragón y se casó con Ana Bolena. A los tres años Ana era decapitada por coqueta. Todavía Enrique VIII contrajo cuatro nuevos matrimonios: con Juana Seymur, con Ana de Cleves, con Catalina Howard y con Catalina Parr, la única que le sobrevivió.

Por haber roto públicamente con Roma fue excomulgado por el papa Clemente VII, pero el monarca hizo promulgar el Acta de Supremacía que le constituían en jefe supremo de la Iglesia Anglicana. Definió el dogma a su capricho e impuso la pena de muerte, que aplicó cruelmente contra los católicos fieles a Roma.

A su muerte, subió al trono su hijo Eduardo VI (1547-1553). Durante su reinado llegaron a Inglaterra gran número de luteranos que afianzaron el anglicanismo y contribuyeron a darle forma, aunque subsistía una gran masa de población católica.

A la muerte de Eduardo VI fue reconocida como soberana la hija de Enrique VIII, María Tudor (1553-1558). Como era católica, dictó una serie de leyes prohibiendo o persiguiendo el culto protestante. Esta reina estaba casada con Felipe II de España y era tan ardientemente católica como él. Cuando murió la reina María Tudor, le sucedió su hermanastra, la hija de Enrique VIII y Ana Bolena, Isabel I (1558-1603), mujer de pocos escrúpulos, áspera e insensible, pero sagaz y calculadora. Era ardiente anglicana y durante su reinado mantuvo la misma trayectoria política sin tener en cuenta obstáculo alguno: proteger la corona y procurar la prosperidad de Inglaterra manteniéndola apartada de las luchas que se desarrollaban en el Continente.

Completó la Reforma anglicana y persiguió con la misma dureza y crueldad a los católicos que a los calvinistas. Expropiadas las iglesias católicas, los sacerdotes tuvieron que celebrar la misa secretamente. Por esta razón fue la gran enemiga de Felipe II. Protegió a los protestantes, enemigos de España, y alentó las sublevaciones de los Países Bajos. Gracias a ella,Inglaterra fijó los cimientos de su grandeza y poderío. Bajo su protección y dirección, los piratas ingleses asolaban las colonias del Nuevo Mundo y se apoderaban de las naves que, cargadas de riquezas, regresaban a España. El más famoso de todos fue Francis Drake, el segundo navegante que dio la vuelta al mundo.

María Estuardo (1542-1587), hija de Jacobo V de Escocia, se educó en la Corte francesa, pues estaba destinada a ser la mujer del príncipe Francisco II. En 1560 murió su esposo, Francisco II, rey de Francia, y como sus padres habían fallecido también regresó a Escocia para ser coronada reina.

En su patria existía un gran ambiente de lucha religiosa. Juan Knox, discípulo de Calvino, propagaba la doctrina protestante, el Parlamento había adoptado las doctrinas presbiterianas y los católicos eran perseguidos, los prelados habían sido expulsados del reino y las turbas, enardecidas, destruían las imágenes y saqueaban las iglesias y conventos. El mayor deseo de María Estuardo era restablecer la religión católica en Escocia. Casó con su primo, el lord católico Enrique Darnley, hombre vicioso y de malas costumbres, que murió en circunstancias misteriosas. La voz popular atribuyó el asesinato al conde de Bothwell, íntimo de la reina. En el colmo de la irreflexión, María Estuardo contrajo matrimonio con el conde a los tres meses de haber enviudado.

Toda Escocia se conmovió por el hecho y consideró a María cómplice del asesinato. Los protestantes tomaron las armas, Bothwell huyó a Dinamarca y María Estuardo fue encarcelada, viéndose obligada a abdicar en favor de su hijo Jacobo.

Cuando pudo huir de su encierro, se refugió en Inglaterra bajo la "cariñosa protección" brindada por Isabel. Ésta, envidiosa de la belleza y talento de María Estuardo, la encarceló sin hacer caso a los reclamos de las cortes de España y Francia. Luego de 19 años de cautiverio, Isabel ordenó abrirle proceso, y acusándola de complicidad en una conjura la hizo decapitar en una sala del castillo de Fotheringay.

La política matrimonial de Enrique VIII -regida por su carácter pasional, la aspiración de tener un varón como heredero y las alianzas internacionales- marcó su reinado y condujo a la creación de la Iglesia anglicana. El rey se divorció de dos esposas, Catalina de Aragón y Ana de Heves, primera y cuarta, respectivamente. Ordenó decapitar a la segunda y a la quinta, Ana Bolena y Catalina Howard, a quienes acusó de adulterio, Juana Seymour, la tercera, murió al nacer Eduardo VI. Catalina Parr, la sexta, logró sobrevivirlo. En este marco de inestabilidad familiar también influyeron las facciones proespañola y profrancesa, que buscaban incidir en la política nacional inglesa.

Isabel I de Inglaterra

El reinado de Isabel I de Inglaterra, prototipo del monarca autoritario del Quinientos, tiene un interés histórico de primera magnitud por cuanto fue fundamento de la grandeza de Inglaterra y sentó las bases de la preponderancia británica en Europa, que alcanzaría su cenit en los siglos XVIII y XIX. Pero la protagonista de esta edad de oro, que conocemos con el nombre de "era isabelina", se destaca ante nosotros por su no menos singular vida privada, llena de enigmas, momentos dramáticos, peligros y extravagancias. Isabel I, soberana de un carácter y un talento arrolladores, sintió una aversión casi patológica por el matrimonio y quiso ser recordada como la "Reina Virgen", aunque de sus múltiples virtudes fuese la virginidad la única absolutamente cuestionable.

Tras repudiar a la primera de sus seis esposas, la devota española Catalina de Aragón, en 1533 el rey Enrique VIII de Inglaterra contrajo matrimonio con su amante, la altiva y ambiciosa Ana Bolena, que se hallaba en avanzado estado de gestación. Este esperado vástago, debía resolver el problema derivado de la falta de descendencia masculina del monarca, a quien Catalina sólo había dado una hija, María, que andando el tiempo reinaría como Maria I. Aunque el nuevo matrimonio no había sido reconocido por la Iglesia de Roma y Enrique VIII acababa de ser excomulgado por su pecaminosa rebeldía, el próximo y ansiado alumbramiento del príncipe llenó de alegría todos los corazones y el del

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