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Boqueron


Enviado por   •  17 de Octubre de 2013  •  Tesis  •  435 Palabras (2 Páginas)  •  423 Visitas

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Conclusiones[editar • editar código]

Las pérdidas en hombres por ambas partes fueron importantes. El mayor paraguayo Antonio E. González y el historiador boliviano Querejazú Calvo coinciden en que el ejército boliviano tuvo 1000 muertos y que 20 oficiales y 446 soldados cayeron prisioneros. Por su parte el ejército paraguayo tuvo 2000 muertos para todo el mes de setiembre. Mazzacotte sostiene que 24 oficiales y 820 soldados bolivianos cayeron prisioneros en Boquerón y que las bajas fueron de 1000 muertos. Atribuye la cifra de 1513 muertos, heridos o desaparecidos para el ejército paraguayo en el periodo de junio a setiembre. La sanidad del ejército paraguayo a su vez registra 1890 hombres como muertos para igual periodo.28

La resistencia de Marzana fue ampliamente utilizada por la propaganda del comando boliviano para ocultar lo que desde el comienzo fue una derrota estratégica: la falta de preparación para enfrentar la sorpresiva ofensiva a gran escala del ejército paraguayo, que pese a sus deficiencias organizativas, de mando y logísticas, recién se frenaría cerca de Saavedra, en "Kilómetro 7", tres meses después.

La caída de Boquerón, debido al ocultamiento de lo que verdaderamente sucedía en el frente, produjo una conmoción en el pueblo boliviano. Sorprendió a todos que tras el anuncio durante 20 días de victoriosos combates y una supuesta ofensiva en preparación, todo acabara en la abrupta rendición del destacamento Marzana, la caída sucesiva de varios fortines (Yujra, Lara, Ramírez y Castillo) y la desorganizada retirada del resto de las fuerzas bolivianas hacia Arce.

La defensa de Boquerón y los repetidos ataques para romper el cerco y aprovisionarlo no obedeció a ninguna razón militar. Boqueron era un punto adelantado y aislado, ubicado a unos 8-12 km de los fortines bolivianos más cercanos, en una zona donde era difícil mantener una brecha abierta para el aprovisionamiento. Si el general Quintanilla hubiera asumido la responsabilidad de ordenar el abandono del fortín el día 19, decisión que maliciosamente Salamanca y Osorio descargaron sobre su espalda, quizás se hubieran salvado parte de las fuerzas de Marzana y de las que inutilmente se sacrificaron después para llevar recursos al fortín. Esas fuerzas, imprescindibles en ese momento, hubieran resistido con más posibilidades en la línea Yujra-Arce hasta la llegada de nuevos refuerzos.

"Boquerón fue el drama de la ilusión en su grado máximo. Ilusión de fuerzas que no existen, ilusión sobre la capacidad del adversario, ilusión sobre un Chaco que se desconoce, ilusión sobre la importancia de la intervención extranjera.[…] ilusión de quedarse con Toledo, Corrales y Boquerón, [ilusión del] estacionamiento incomprensible y fatal de contingentes militares en la retaguardia […] en espera de alguna intervención que paralizaría las hostilidades".

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