CONFLICTO ÁRABE ISRAELI
3 de Octubre de 2014
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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD ALEJANDRO DE HUMBOLDT
MATERIA: GEOGRAFIA ECONOMICA GENERAL
SECCION: DCN504CI
PROFESOR: HUGO GUEDEZ
CONFLICTO ARABE-ISRAELI
Junio, 2014
INDICE
INTRODUCCIÓN III
RESEÑA HISTÓRICA DEL CONFLICTO 1
ACTORES DEL CONFLICTO 6
FECHAS IMPORTANTES, CRONOLOGÍA Y FECHAS MÁS RESALTANTES. 13
IMPORTANCIA DE LOS RECURSOS NATURALES EN EL CONFLICTO 18
INCIDENCIAS DE CONFLICTO EN EL ESCENARIO INTERNACIONAL POLÍTICO. 20
CONCLUSION 27
INTRODUCCIÓN
En tantas ocasiones, cuando se plantea la solución al problema palestino-israelí, políticos de diversa índole o medios de comunicación acuden a simples llamados para "acabar con el terrorismo" —como una obligación de los palestinos—, a los israelíes que deberían congelar la construcción de sus colonias —lo que no suena como una obligación—, a "reiniciar la cooperación en seguridad", a "hallar un período de enfriamiento", a "construir confianza" o, como figura en las declaraciones del nuevo ministro de relaciones exteriores de Israel a finales de abril de 2009: "La solución del problema está en Irán", etc. Todos estos llamados no son sino embelecos que prolongan el conflicto pero no tocan los grandes problemas de fondo.
El texto que presentamos es descriptivo que cuenta con una secuencia cronológica y su contenido se enmarca dentro del marco geopolítico internacional del conflicto.
Se presenta en primer lugar la reseña histórica del conflicto, pasando por los actores del conflicto y las fechas más destacadas del mismo y para finalizar se señalan los recursos naturales que detonaron el conflicto y que aún lo mantienen, y para finalizar se exponen las diferentes incidencias políticas internacionales que ha tenido este conflicto a lo largo de la hitoria hasta nuestros días.
RESEÑA HISTÓRICA DEL CONFLICTO
La partición hecha en 1947 por la ONU otorgó a los judíos el 56% del territorio del Mandato y a los palestinos el 42 %. Durante la primera guerra árabe israelí (1948–1949), conflicto que iniciaron los países árabes vecinos al invadir al recién fundado Estado de Israel, éste se expandió, conquistando y anexando el 78% del Mandato, de manera que el plan de partición dejó de existir.
Esta guerra se convirtió en un punto de quiebre, en la primera gran victoria de los judíos (ellos la llamaron su guerra de independencia), en la primera gran derrota árabe y palestina, y en el trauma nacional árabe (ellos la llamaron la nakbaj, la tragedia). Para completar males, Jordania se anexó la parte que acababa de invadir durante la guerra, mostrando así intereses propios, la desunión árabe y un mínimo interés por la independencia palestina. Invadió el territorio que hoy llamamos Cisjordania, una parte del territorio en donde debería haberse fundado el Estado palestino y también la parte oriental de Jerusalén.
La Franja de Gaza quedó bajo la administración de Egipto, zona que había invadido durante la primera guerra árabe-israelí. En 1967, Israel conquistó cinco territorios a saber, Cisjordania, Gaza, Jerusalén oriental, los Altos del Golán que pertenecían a Siria y la Península del Sinaí que era egipcia. Israel prácticamente triplicó su territorio y mostró quién era la potencia militar de la región. De esta época data su alianza con los Estados Unidos. Si en un momento los británicos fueron sus protectores a partir de ahora lo fueron los estadounidenses. Israel conquistaba así la totalidad del otrora Mandato Británico.
En las zonas invadidas, Gaza y Cisjordania, se inició una administración militar israelí, la paulatina fundación de colonias, confscación de tierras palestinas, expulsiones, construcción de infraestructura exclusiva para las colonias, apropiación del agua, y se combatía a la resistencia palestina de forma brutal (Pappe 2006, 194–202). Aunque oficialmente Israel decía que la ocupación era benéfica, ya que por ejemplo, miles de palestinos de estas zonas trabajaban en Israel ganando mejores salarios que en Cisjordania y Gaza; sin embargo, en 1987 estalló la segunda revuelta palestina (1987–1993). Mejor dicho, la tesis de la "ocupación benéfca" se desvanecía ante la explosión de la revuelta: la respuesta israelí fue excesivamente violenta.
En 1988, el Consejo Nacional Palestino reunido en Argel y teniendo como telón de fondo la revuelta, reconoció la coexistencia de dos Estados basado en las Resoluciones 242 y 338 de las Naciones Unidas reconociendo así no sólo el derecho a la existencia del Estado de Israel sino, sobre todo, la soberanía judía sobre el 78% del otrora Mandato y se aceptó así que tan solo les quedaba el 22% del territorio. Vale la pena recordar que la Resolución 242 de la ONU (1967) establecía el principio del intercambio de paz por tierra o intercambio de territorios, instaba a que Israel se retirara de las zonas invadidas en 1967 y "…al reconocimiento de la soberanía, integridad territorial e independencia política de cada Estado en el área…" (Reich 1995, 101–102).
El proceso de paz que se inició con un cierto optimismo en 1991, aceptaba el principio de "paz por tierra" pero no produjo grandes resultado. Los temas más importantes, se dejaron de lado para una futura negociación sobre el llamado estatus final. Esto fue un error; por ello, la total independencia palestina no se manifestaba por ningún lado, además, empeoró la situación socio-económica, apareció la violencia religiosa islámica, los judíos contraatacaban, la mayoría de muertos, como siempre, eran del bando palestino, e Israel se retiró formalmente sólo del 40% de Cisjordania. Al mismo tiempo, construía con ahínco más colonias y más carreteras de uso exclusivo judío; construyó más colonias durante la primera década del proceso de paz que en las anteriores. La situación era espantosa en Gaza y Cisjordania.
Para salir de este impasse se celebró la conferencia de Camp David II, en donde se negociaría el estatus final. Al iniciarse la cumbre los palestinos pidieron que se aceptara como punto de partida el principio de "intercambio de territorios" de acuerdo a la Resolución 242, petición que fue rechazada.
Madeleine Albright, ministra de relaciones exteriores del entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, quien formuló que "Los palestinos no expresan claramente sus reivindicaciones y que nadie obtendrá el 100% de lo que se está planteando" (Ender-lin 2002, 189–190). Insistiendo sobre este punto, Abu Ala, negociador palestino, expresó que "para los palestinos la legitimidad internacional significaba una retirada israelí a las fronteras del 4 de junio de 1967", es decir, de acuerdo con lo redactado en la Resolución 242; a lo anterior Clinton, en un tono bastante fuerte, replicó: "Usted está obstaculizando la negociación… Usted no está presentando una contrapropuesta." (Enderlin 2002, 205). En otra ocasión, Shlomo Ben Ami, por la parte israelí, objetó que los palestinos no merecían un Estado porque no eran capaces de estar a la altura del momento histórico y porque no supieron aprovecharse de la oportunidad que se les estaba presentando (Enderlin 2002, 212). Ya en una reunión preparatoria en Estocolmo entre Shlomo Ben-Ami y Ajmad Qorei, presidente de la asamblea legislativa palestina, los israelíes habían insistido en que los palestinos deberían ser más moderados en sus peticiones y que, además, no tenían la sufciente fortaleza para que estas tuviesen éxito y, por lo tanto, deberían aceptar las propuestas de Israel (Kapeliouk 2000a, 93). Clinton y su ministra de relaciones exteriores fueron enfáticos: según ellos, Arafat debía ceder ya que los palestinos nunca cedían; no proponían nada e insistían en que ninguna de las partes obtendría el 100% de lo que solicitaba (Enderlin 2002, 190, 253–254). Clinton sin embargo, había abierto las sesiones hablando de soluciones equitativas para ambas partes (Enderlin 2002, 183). Esta fue la posición que los norteamericanos en numerosas ocasiones han calificado de "intercesora".
El problema de las fronteras y soberanía del Estado palestino no quedaba resuelto. El 10% de Cisjordania que consistiría en dos bloques de colonias judías se anexaría a Israel y el 10% a lo largo del río Jordán quedaría alquilado durante 20 años también a Israel, por "razones de seguridad" (Gresh 2002, 148), de tal manera que el Estado palestino no tendría una frontera con Jordania, ni acceso al Mar Muerto y la frontera con este país estaría controlada por Israel. Es decir, el Estado quedaría rodeado por Israel en su totalidad. Israel tendría cinco posiciones en Cisjordania unidas entre ellas por carretera que en caso de urgencia serían controladas por los judíos (Enderlin 2002, 210). Con la anexión de los bloques de colonias, el Estado palestino quedaría prácticamente dividido en cuatro partes, cortadas por bloques de colonias israelíes y carreteras de uso exclusivo que impedirían un Estado con un territorio contiguo, viable, en donde no existiera el control de fronteras a mano de terceros.
Es decir, del 22% restante en el que Yasser Arafat, presidente
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