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CONSUMACION DE LA INDEPENDENCIA


Enviado por   •  23 de Abril de 2015  •  1.649 Palabras (7 Páginas)  •  207 Visitas

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LA GUERRA DE INDEPENDENCIA

LOS CONJURADOS DEL BAJIO

El golpe de Estado dado al virrey Iturrigaray en la ciudad de México y el castigo impuesto a los sediciosos incrementaron el descontento criollo y el odio hacia los peninsulares, Los peninsulares fueron los primeros en violar la legalidad, los americanos no podían expresar sus opiniones políticas si lo hacían podían ir a la cárcel o al exilio.

En el año de 1809 y 1810 se organizó una amplia red de conjurados, Uno de sus grupos fue descubierto en la ciudad de Valladolid bajo el liderazgo de Mariano Michelena, José María Obeso y Fray Vicente de Sata María, ellos pretendían formar la junta que gobernase en ausencia de Fernando Vll.

Los conspiradores terminaron en prisión, pero esta renació en la ciudad de Querétaro, Su cuartel era la casa del corregidor don Miguel Domínguez y su esposa Josefa Ortiz.

El 11 de septiembre de 1810, el comandante de Querétaro Juan de Ochoa informó al virrey tener la certeza sobre los rumores que corrían por la ciudad, se decía que el corregidor estaba tramando algo con la conspiración y que en su casa guardaba proclamas sediciosas y que la propia doña Josefa no paraba de hablar cosas contra la nación española, se hablaba de doña Josefa como una Ana Bolena que atentaba contra el rey.

El 15 de septiembre fue descubierta la conspiración lo cual fueron aprehendidos un grupo de conjurados pero Doña Josefa tuvo tiempo de dar parte de lo ocurrido al cura Miguel Hidalgo y al capitán Ignacio Allende. El proyecto político de los conjurados era Independizar a México pero dentro de un proyecto político-militar que incluía solo las elites locales las milicias provinciales.

EL GRITO DE DOLORES (Pobre sufrió mucho Dolores)

Miguel Hidalgo, Ignacio Allende y Juan Aldama no tuvieron más remedio que armar a los fieles de la parroquia de Dolores, La decisión del cura dio un nuevo giro al proyecto criollo. Los capitanes Ignacio Allende y Juan Aldama titubearon ante la decisión de Miguel Hidalgo de convocar el pueblo a la revolución ya que estaban conscientes de lo difícil que sería controlar a la gente una vez reunida pero el cura les advirtió “Caballeros somos perdidos somos perdido aquí no hay más recurso que ir a coger gachupiles”.

Los jefes insurgentes no mencionaron la independencia, sino una supuesta lucha contra el gobierno impuesto por los franceses.

Desde agosto de 1810, Allende informo a Hidalgo que había resuelto “obrar encubriendo cuidadosamente nuestras miras, pues si el movimiento es francamente revolucionario, no sería secundado por la masa general del pueblo y si se hacía inevitable la revolución, como los indígenas eran indiferentes al verbo libertad, era necesario hacerles creer que el movimiento se llevaba a cabo únicamente para favorecer al rey Fernando Vll’’.

La insurrección popular expreso distintos intereses algunos americanos apostaban a la independencia otros inclinaban por la “autonomía”. Cada quien la interpretaba de distintas maneras pero para los indios la interpretaban como la expulsión de peninsulares.

Hidalgo a su paso por las poblaciones que visita deja algo a lo que se ha prestado poca atención la renovación de gobiernos locales (intendentes, subdelegados, justicia).

Durante los primeros meses del movimiento se notaron cambios, cambiaron las autoridades en la mayor parte del centro de la Nueva España como Guanajuato, Valladolid, Nueva Galicia, Zacatecas, San Luis Potosí y la mitad de los pueblos de la intendencia de México, En los principales centros urbanos, las elites criollas arrebataron el poder a los peninsulares, y en los pueblos indígenas sus gobernadores reconocieron a las nuevas autoridades.

Mientras las nuevas autoridades iniciaban sus actividades, los rebeldes continuaban su marcha. La compasión del mal llamado ejército de Hidalgo refleja que la mayoría no eran militares, sino familias enteras que acompañaban al caudillo. Las multitudes llegaron aproximadamente a cien mil en su tránsito hacia la ciudad de México.

LA INSURRECCIÓN SE EXTIENDE

La ciudad de Guanajuato se convirtió en la primera víctima de la revuelta. En cuanto el intendente Juan Antonio de Riaño recibió la noticia de la insurrección, decidió organizar la resistencia.

La noche del 24 de septiembre, Juan Antonio de Riaño y los miembros del ayuntamiento acordaron convertir la alhóndiga de “Granaditas” en refugio. Al encerrarse en la alhóndiga,, peninsulares y criollos convencidos de que pronto los rescataría el comandante de San Luis Potosí, Félix María Calleja, se negaron a rendir la plaza y prefirieron defenderla “ hasta derramar la última gota de su sangre”. Sin una adecuada organización militar y con toda la población en su contra, en pocas horas los europeos cayeron victimas de su propia torpeza, masacrados por el pueblo.

Los criollos no habían considerado la posibilidad de ejecutar a los europeos, sino de mantenerlos en prisión “hasta la fácil conclusión de la

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