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Consumacion De La Independencia

ctmnavojoa26 de Septiembre de 2012

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Ritter

27-09-07, 11:33 PM

La Entrada del Ejército Trigarante

Juan de Dios Peza (1852-1910) no fue testigo de la entrada a México del Ejército de las Tres Garantías, pero aquí recrea ese momento de triunfo en la voz de un viejo soldado, a quien entrevistó. Peza escribió sobre todo obras de teatro y poesías. Fue periodista, maestro y diplomático.

-Me acuerdo de todo como si en este momento lo estuviera viendo-, dijo el viejo soldado. En la Cuidad de México se esperaba ya la entrada del Ejército de las Tres Garantías, y la gente se agrupó en las calles para contemplar por primera vez, tremolando libre en las manos de los guerreros, el pabellón verde, blanco y rojo.

Hacía un sol hermosísimo. Era un día claro, brillante, limpio. Parecía que el cielo y la tierra estaban tan alegres como nuestros corazones.

¡Qué hermoso, qué hermoso aquel día 27 de septiembre! Todos teníamos fe en Iturbide y en el porvenir.

Al desfilar por las calles, cada uno de nuestros batallones, cada regimiento era saludado con vivas y aplausos. Cuando pasamos los soldados del Sur, los que habíamos peleado sin tregua durante once años en las montañas, los que formábamos la legión indomable del general Vicente Guerrero, el entusiasmo del pueblo que nos recibía rayó en delirio. La gente nos arrojaba flores y nos aclamaba; las mujeres nos decían frases de ternura; y nosotros, llenos de gratitud, nos sentíamos orgullosos de nuestro pobre aspecto, de nuestros harapos, de nuestras viejas armas y de nuestra piel ennegrecida, tostada por el cielo del sur y por la pólvora de los combates.

¡Día de nuestro triunfo! Si es posible ver desde el cielo lo que pasa en la tierra, sin duda esa mañana estaban ya satisfechos y tranquilos todos los mártires de la causa de 1810, todos los héroes que, sin otro elemento que su propio esfuerzo, sin más recursos que sus convicciones, y con las solas fuerzas del derecho y la justicia, derramaron su sangre generosa.

http://www.mexicomaxico.org/zocalo/images/Trigarante1821.jpg

Bisonte

28-09-07, 11:57 AM

http://img217.imageshack.us/img217/639/heroesuy7.gif

En el “Discurso del Método” de Renee Descartes, verdadero parteaguas en la filosofía de la ciencia y piedra fundamental del moderno método científico, hay cuatro enunciados o reglas. La primera de todas consiste en no admitir jamás cosa alguna como verdadera sin conocer con evidencia que así es. En otras palabras, no es lo que nos dicen, sino la evidencia, lo que tiene valor de prueba. Y un documento genuino ciertamente constituye evidencia histórica.

El 28 de septiembre de 1821 se escribió la única y verdadera declaración de independencia mexicana que fue eficaz, es decir, que no solamente enunció la voluntad de los mexicanos de constituir una nueva nación, sino que además produjo el efecto mismo que enunciaba, haciéndonos verdaderamente libres. Desde ese día México existe como nación. Antes de ese día –y sin la intención de menospreciar a nadie ni de negar el mérito de los grandes héroes nacionales– todo se redujo a aspiraciones y buenos deseos.

Más aún, el acta del 28 de septiembre de 1821 era la culminación de un Plan de Independencia Nacional que comenzó el 24 de febrero de ese mismo año. Su génesis era inmediata: venía de los acontecimientos internacionales de 1820, la revuelta liberal de Rafael del Riego en España y los consiguientes decretos anticlericales de las Cortes.

¿Podría alguien refutar esta verdad que enuncio? ¿Podría alguien decir que México fue independiente antes del 28 de septiembre de 1821? ¿con qué evidencia?

No me interesa glorificar sino la verdad histórica. Escribo, no sobre ideología, sino sobre evidencias, documentos, pruebas. Soy un académico completamente apartidista y nada clerical.

De esta acta de 1821 se envió copia, entre otros lugares, a Cuencamé, Nazas, Mapimí, San Pedro del Gallo. San Juan de Casta (León Guzmán) Alamo de Parras (Viesca) y Parras, que era la capital del Distrito. Realmente Torreón debería construir un museo que fuera digno marco para un documento tan valioso y tan fundamental para nuestra Historia Patria.

Entre los firmantes de esa acta del 28 de septiembre de 1821 estaba el quinto marqués de Aguayo, José María de Echeverz y Valdivieso, nacido en Parras según algunos tratadistas.

Yo sé bien que muchos abominan que nuestra nación haya nacido como una monarquía, y una monarquía abiertamente pro-clerical. Yo no estaría de acuerdo con esa óptica para fundar una nación, pero puedo entender porqué la abrumadora mayoría de los mexicanos lo quería así. Puedo entender porqué a Iturbide se le consideró en su día como un instrumento de la Providencia Divina.

El hecho de que no pensemos como lo hicieron estos fundadores de la Nación Mexicana no implica que no hayan existido o que no tuvieran mérito. No tenemos derecho a borrarlos de la Historia solo porque no pensamos igual que ellos. En los Estados Unidos de Norteamérica, país que tantas personan admiran, tanto los yankees como los confederados han sido reconocidos como héroes, y sus estatuas se yerguen en todas las ciudades. ¿Nunca podremos tener en México una historia nacional incluyente?. Dr Sergio Antonio Corona Páez, Cronista D Torreon http://cronicadetorreon.blogspot.com/

Bisonte

28-09-07, 11:59 AM

Independencia y monarquía

Pese a mi admiración al maestro Francisco Peccorini Letona (a quien conocí entrevistándolo para este periódico y luego caminamos en una amistad que he de mencionar en otra ocasión) no conocía su libro La voluntad del pueblo en la emancipación de El Salvador, un estudio sobre las relaciones del pueblo con los próceres de la Independencia y en la anexión a México; una publicación de 1972 de la Dirección del Mrio. de Educación. Casualmente, estando como gerente de talleres del Hogar del Niño (hace más de 20 años atrás), en la biblioteca del mismo me encontré con esta obra, laureada internacionalmente por prestigiosas instituciones históricas de España.

El doctor Peccorini, en el preámbulo afirma que: “Nuestros próceres no hicieron nuestra Independencia, sino que se limitaron a observar los movimientos voluntarios de nuestro pueblo y dirigirlos hacia sus fines independentistas y republicanos, con prudencia y reticencias en 1811 y con dolo y violencia en 1821”. A continuación expondré algunas de las ideas más importantes que se encuentran en este serio estudio de obligado conocimiento.

No existió real unidad en el pensamiento y voluntades de los próceres y de la mayoría de la población. Esta fue manipulada (y a veces castigada) con las ideas de aquellos.

“En 1811 ni el pueblo de la Intendencia de San Salvador tuvo el menor asomo de voluntad independentista y antimonárquica, ni los organizadores de la insurrección le hablaron de esos tópicos”. Aunque “los próceres sí pretendieron desde entonces obtener la emancipación completa”. Para unos esto será más loable para los próceres, para otros lo contrario.

El pueblo y la mayoría de notables estaban ciertamente descontentos con la situación política y buscaban un cambio en el poder; principalmente se buscaba que los criollos (hijos de españoles nacidos acá) fueran rectores y actores, desplazando el excesivo dominio de la Península. Al igual que en casi toda insurrección había un fuerte descontento, a todo nivel, por los impuestos.

El concepto de monarquía era querido y respetado por la mayoría. Si bien habían quienes se rebelaban por lo que consideraban usurpación, los había que eran fieles a Fernando VII y todavía más que se acogían a la monarquía derivada del Plan de Iguala del mexicano Iturbide.

El padre Delgado a la cabeza, los próceres, después de una serie de movimientos y trapacerías que se les frustraron, hicieron uso de la fuerza bruta para imponer unas ideas que no eran para nada las de la generalidad. Confirmando la realidad actuante de las élites en la historia.

En el juramento posterior al Acta de Independencia, se jura “Por Dios Nuestro Señor, la Santa Cruz y los Santos Evangelios, de guardar y hacer guardar la Independencia; ser fiel a la MONARQUÍA AMERICANA, y observar el Gobierno que se establezca y las leyes que se sancionen”. Lo que nunca se juró, de parte de los conjurados, con la intención de cumplir, acelerando el profundo cambio -con todas las ideas de la revolución francesa-, que fue desde el comienzo su verdadera intención.

http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_opinion.asp?idCat=6342&idArt=1715565

Roberto López-Geissmann, Lic. en Ciencias Políticas y colaborador de Noticias del Salvador.

http://img454.imageshack.us/img454/5503/mexss2.gif

De Honduras, Sr. Doctor Don Manuel Ugarte: ”...México y Centroamérica, desorientados en la nueva situación política, para la cual no estaban preparados, tuvieron un imperial deslumbramiento, y Honduras, como fracción de las que luego fueron provincias unidas de Centroamérica, se unió al Plan de vuestro general Iturbide: aún guardáis bajo vuestra bandera territorios centroamericanos que se sumaron espontáneamente a vuestra República…”

De Guatemala, Sr. Doctor Don Luis Felipe Obregón: “Difícil es para mi expresaros fielmente la sinceridad con que el pueblo y el gobierno de Guatemala palpitan en un solo corazón con el Pueblo y el goberno de México, en la ocasión solemne

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