Campaña De Hidalgo

Campaña de Hidalgo

A partir de Dolores, el movimiento encabezado por Miguel Hidalgo se movía por varios puntos del Bajío. En Atotonilco tomaron el estandarte de la Virgen de Guadalupe, que es considerado emblema del movimiento.

En el Oriente de Guanajuato se unieron al contingente mineros y peones de haciendas aledañas mal armadas y entrenadas. Cuando llegaron a Celaya el 21 de septiembre de 1810, los insurgentes podrían haber sumado veinte mil hombres, tras este episodio Hidalgo fue proclamado “Capitán General De América” por encima de Allende que tuvo el rango de teniente general. Después de apoderarse de Salamanca, Irapuato y Silao; el ejército insurgente llegó a Guanajuato el 28 de Septiembre. El movimiento de Hidalgo fue mal visto por las clases medias y altas, pues los líderes eran incapaces de contener a su tropa.

El apoyo de los insurgentes en Guanajuato era evidente. El intendente Riaño se resguardo con su tropa en la Alhóndiga de Granaditas y envió cartas solicitando apoyo militar al Virrey Venegas. La ayuda no llegó por su lado Hidalgo, antiguo amigo de Riaño solicito la capitulación del intendente pero este se negó y fue uno de los primeros en morir. La ciudad fue saqueada hasta que Hidalgo emitió condena a muerte para los responsables.

En respuesta al avance de los insurgentes el Virrey Venegas publicó un cartel ofreciendo una recompensa de diez mil pesos por las cabezas de los líderes de la insurrección. Felix María Calleja y Roque Abarca se pusieron en marcha para cercar la rebelión.

El 13 de Octubre de 1810 Bernardo de Prado y Ovejero ratificó la excomunión y la hizo extensiva a todo aquel que aprobó la sedición recibiendo beneficios, ayudó a los insurgentes a que mantuvieran comunicación con ellos.

Por lo tanto Hidalgo inició el avance por otras ciudades del Bajío el 8 de Octubre de 1810. A su paso sumaron más personas y llegó a tener reclutados hasta sesenta mil hombres. Los insurgentes se dirigieron a Michoacán (Valladolid) fue tomada pacíficamente el 17 de Octubre en Acámbaro, Hidalgo recibió el grado de generalísimo de América y Allende de capitán general.

Los insurgentes avanzaron hacía el valle de México. Para hacer frente a la rebelión, el destacamento de Torcuato Trujillo realizó reconocimientos en el área del Ixtlahuaca. El 30 de octubre de 1810 los insurgentes derrotaron a los españoles en el monte de las Cruces, gracias a la estrategia de Abasolo, Jiménez y Allende. Al terminar la batalla, los insurgentes apoderaron de armas municiones del ejército realista cuyos remanente-incluyendo a Iturbide huyeron a la ciudad de México. En el camino a Valladolid los realistas comandados por Felix María Calleja atacaron a los insurgentes a Aculco.

La derrota de estos últimos debilitó al contingente por las deserciones por la toma de prisioneros y la pérdida de armamentos. Por su parte los insurgentes se dividieron en dos contingentes, Allende marchó con la mayoría a Guanajuato y al resto siguió a Hidalgo hacía Valladolid. Teniendo en cuenta la situación los insurgentes se dividieron y el grueso de las tropas se volvió – con Allende en la cabeza – rumbo a Guanajuato.

Hidalgo se dirigió a hacía Guadalajara, y no a Guanajuato, como había acordado con Allende. En Guanajuato, Allende fue derrotado por Calleja y Flon. Algunos habitantes de la ciudad asesinaron a ciento treinta y ocho españoles presos ante inminente llegada de los realistas, que habían amenazado con pena de muerte a quien hubiera apoyado a los insurgentes. Este desencadenó una matanza ordenado por Calleja. Allende pudo escapar de la masacre y se reunió en San Luis Potosí con Abasolo y Aldama. Más tarde todos ellos se reunían con Hidalgo.

La intención de Hidalgo era conformar un órgano de gobierno. Con tal propósito nombró a Ignacio López Rayón como ministerio de estado y a José María

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