Ciudadania Romana

INTRODUCCION

La ciudadanía es una característica jurídica que se nos da a las personas en México cuando cumplimos 18 años, la cual nos da la posibilidad de ejercer nuevos derechos que las personas no ciudadanas no pueden ejercer.

En la antigua Roma también existía la ciudadanía, característica que también otorgaba ciertos derechos que las personas sin ciudadanía no podían ejercer.

En este ensayo vamos a marcar las diferencias entre la ciudadanía romana de aquel entonces y nuestra ciudadanía actual además de verificar si existen algunas similitudes.

CUERPO

La persona que era un ciudadano romano se le denominaba civis romanus y era toda persona que gozaba de ser una persona libre de nacimiento (ingenua), que ejercía la potestad (sui iuris) y tenía todos los derechos contemplados en el IUS CIVITATIS.

En México, las personas adquirimos la ciudadanía al cumplir los 18 años y nos permite votar, ser votados, contraer matrimonio, y celebrar actos de comercio y compra-venta.

Nosotros no perdemos la ciudadanía más que con la muerte, y solo la podemos obtener mediante nacimiento o naturalización.

En roma las cosas no eran tan diferentes. Los ciudadanos romanos gozaban de privilegios públicos y privados.

Entre los privilegios privados estaban el IUS CONUBII que es el derecho al matrimonio legal, lo que en México conocemos como el matrimonio civil; también tenían el IUS COMERCII el cual le daba la facultad de celebrar negocios jurídicos como los testamentos y la emancipación; y el IUS ACTIONIS, el cual les daba el derecho de participar en los juicios como una de las partes.

Los privilegios públicos eran los siguientes:

1. El IUS SU FRAGII que les daba el derecho a votar en las asambleas.

2. El IUS HONORUM que le daba el derecho a ser votados para obtener alguna magistratura.

3. El PROVOCATIO AD POPULUM que le daba el derecho a apelar contra la sentencia de un magistrado

4. El derecho a participar en el ejército.

Como se puede observar, los privilegios de la ciudadanía son muy similares en México y la antigua Roma.

En Roma la ciudadanía si se podía perder por otras situaciones ajenas a la muerte, por ejemplo al sufrir una capitis deminutio, al volverte un esclavo, por adquirir otra ciudadanía (al migrar a otra tierra) o por deportación.

Para conseguir la ciudadanía en Roma existían diversas formas.

1. Por nacimiento: Si se es un hijo de un matrimonio legal y de ciudadanos, eres un ciudadano, sin importar la edad como ahora.

2. Al habitar en el territorio de Roma, ya sea en la ciudad de Roma o en alguna de las colonias.

Los extranjeros, al igual que en la actualidad mexicana, no gozaban de la ciudadanía, pero si tenían acceso a la justicia por medio del pretor peregrinum.

En Roma los ciudadanos también tenían el estatus de SUI IURIS el cual les da la facultad de las potestad, es decir, ellos eran los de mayor jerarquía en la familia, eran los páter familia, aquellos que no estaban sujetos a nadie y que podían representar de manera legal a los miembros de su familia de menor estatus conocidos como ALIENI IURIS.

Ser un ciudadano en Roma además de otorgar derechos, otorgaba un gran estatus social, generaba respeto.

En México debido a la época y a la igualdad en el otorgamiento de derechos, la ciudadanía solo otorga derechos y la facultad de hacerlos cumplir.

Al hacer la comparación de la ciudadanía nos damos cuenta de que el concepto no ha cambiado mucho, salvo en la manera de extinguirlo, y la edad ahora si es un factor para conseguir la ciudadanía, pues los beneficios son casi los mismos.

CONCLUSION

La ciudadanía es una característica de las personas que les otorgaba la facultad de participar

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