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Casa Romana

ruthaydee19 de Mayo de 2012

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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SANTA MARÍA

ESCUELA DE POST GRADO

MAESTRIA EN GERENCIA EN SALUD

TEMA:

“”

CURSO :

DOCENTE :

ALUMNA :

CUSCO- PERU

2012

PRESENTACIÓN

Profesor del Cusco.

El presente trabajo monográfico ha sido realizado por su alumno. Y espero que sea para su conocimiento, el cual fue realizado basándose en textos de biblioteca e internet por lo tanto esperando que el trabajo presentado colme las expectativas del lector y que sea de su agrado.

INTRODUCCIÓN

Según la investigación nos muestra las historias y territorios dominados por los rasenos, latinos y sabelios y sobre unas colinas que se alzaban junto a la orilla izquierda del bajo Tíber, se situó a mediados del siglo VIII adC., la ciudad de Roma, oscura en sus orígenes, que en el transcurso de cinco siglos debía conquistar y reunir en una sola mano los elementos de la península de los Apeninos.

El origen de la ciudad del Tíber, es decir, Roma, que tanta celebridad alcanzó en el mundo antiguo, es difícil de encontrar entre el cúmulo de escritos y leyendas que la Antigüedad nos ha transmitido en diversas obras y el resultado de la crítica histórica es esencialmente negativo.

La investigación moderna solo puede hacer conjeturas acerca del modo como se desarrolló la primitiva historia romana y la clase de relaciones que mediaron entre los latinos romanos y los demas afines de raza, conjeturas basadas en lo siguiente:

Escasos restos de tradiciónes antiguas

Naturaleza de la cuenca del Bajo Tíber

Analogía con la historia primitiva de otras ciudades itálicos-griegas

No obstante, aparece muy aceptada la conjetura de que la rama romana de la raza latina fue el miembro más joven de las mismas y de que en esta parte de la comarca del Lacio, se desarrolló la vida municipal mucho antes que en varios puntos del centro de Italia y que de la naturaleza del propio territorio romano se desprende que solo la necesidad y la falta de otros lugares, pudieron inducir al pueblo acorralado en aquel extremo de la comarca latina, a establecer en tal sitio su residencia, limitada al Este, al Sur y al Sudoeste por la fronteras de otras comunidades latinas y por estos lados apenas tenía 2 leguas de extensión, quedando solo libres las partes de tierras del mar Tirreno, las comarcas ribereñas del Tíber.

Las importantes ventajas políticas, mercantiles y militares que la situación de la ciudad podía ofrecer a sus habitantes apenas fue apreciada hasta que en las colinas de la orilla izquierda del Tíber comenzó a florecer una ciudad, Roma y el territorio que despues ocupó la población , el sistema de montes y valles que se alzaba a 27 Kilometros a la derecha del Tíber tenía inconvenientes como que en la comarca se hallaban bosques y pantanos , pues el río Tíber procedente de los Apeninos, recibía las aguas de los riachuelos.

ÍNDICE

CARATULA

PRESENTACIÓN

INTRODUCCIÓN

CAPITULO I

INSTITUCIONES PRIMITIVAS DE ROMA

1.1. LA CASA ROMANA…………………………………………………………………….

1.1.1. LA VIVIENDA RURAL……………………………………………………………….

1.1.2. LA VIVIENDA UNIFAMILIAR………………………………………………………

1.1.3. GENS DE ROMA……………………………………………………………..

1.1.4. TEORÍAS DEL ORIGEN DE LA “GENS”……………………………………………

1.1.5. FAMILIA O GENS……………………………………………………………

1.1.6. CADA GENS CONTRIBUÍA CON DIEZ SOLDADOS DE INFANTERÍA…

1.1.7. LOS COMICIOS………………………………………………………………..

1.1.8. CIUDADANOS PLENOS, HONORARIOS Y CLIENTES………………………..

1.1.9. EL EJÉRCITO ROMANO…………………………………….

CAPITULO II

CLASES SOCIALES

2.1. CLIENTES……………………………………………………….

2.2. ESCLAVOS…………………………………………………………

2.3. LAS TRIBUS………………………………………………

2.4. EL PUEBLO…………………………………………………….

2.5. CENTURIA…………………………………………………..

2.5.1. ASAMBLEA POR CENTURIAS…………………………………………………

2.6. SENADO………………………………………………………………………….

CONCLUSIÓN

RECOMENDACIONES

ANEXOS

CAPITULO I

INSTITUCIONES PRIMITIVAS DE ROMA

1.1. LA CASA ROMANA

La casa romana heredera de la griega y la etrusca, estaba concebida hacia adentro. Las ventanas eran raras y nula la decoración exterior. En torno al atrio, patio descubierto porticado en cuyo centro hay un estanque que recogía las preciosas gotas de la lluvia, se abrían las diversas habitaciones. Al fondo entre las dos alas del atrio, estaba el tablinum, cuarto de los señores de la casa que desembocaba en una especie de huertecillo, origen del futuro peristilo en la edad republicana tardía.

La casa romana conservó el tradicional atrio durante la época imperial. Así como la casa griega se desarrollaba alrededor de un patio, y ya hemos visto que de este tipo eran las casas de Delos y Priene, la casa romana tenía el atrio, otro elemento central. El atrio era una sala cubierta, con una abertura única en el techo que se llamaba compluvium. Por allí entraba la luz, y por allí caía el agua de la lluvia; por esto, debajo del compluvium había un aljibe de poca profundidad para recoger el agua del tejado. Así el antiguo romano no dependía de nadie ni a nadie imponía su servidumbre.

La casa romana que había comenzado siendo solo un atrio, habitación común para todo y para todos, fue después aumentando sus dependencias de modo indefinido. El primer atrio se fue rodeando de cámaras por cuatro lados; después se le agregó otro atrio con nuevas habitaciones, y muchas veces también detrás de un jardín con un pórtico posterior. Así, la casa sufrió como todas las producciones del arte y de la vida, la penetración de las ideas helenísticas, y aun conservando el atrio tradicional, se transformó con el patio, los pórticos y las columnas en una casa griega. Estaba ya dotada de patio la llamada casa de Livia, en el palatino, morada de algún personaje importante de la familia imperial, acaso el propio Augusto, al caso Germánico, que se conservó después por respeto englobada en las muchas construcciones posteriores. En muchas casas de Pompeya vemos también los dos elementos: después de un pequeño vestíbulo que conduce al atrio tradicional romano, con su impluvium en el centro, se encuentra un patio con pórtico a la griega.

Los triclinia, o alcobas del atrio de las casas romanas, están decorados con mármoles, y más a menudo, por economía con estucos pintados, entre los cuales se distingue cuatro estilos. Al principio la pared, se ha decorado con revestimientos, con molduras pintadas que imitan a veces a puertas y pilastras, pero de todo figurado como sí fuera de relieve en la pared. Este procedimiento constituye el primer estilo de la decoración romana, llamado el de las incrustaciones, porque los revestimientos simulados con el fresco parecen incrustaciones de materiales más ricos que los de la pared.

El segundo estilo de decoración de las casas de Pompeya, que aparece algo posterior al de las incrustaciones, es el que se ha llamado estilo arquitectónico, porque en la pared se han figurado elementos arquitectónicos en perspectiva, pero con un aspecto del todo lógico, es decir, que tratan de dar idea precisamente de verdaderas construcciones, con columnas avanzadas que figuran destacarse del muro para producirse así un efecto de profundidad que ensanche la habitación.

Este segundo estilo deriva, evidentemente, del anterior. En las primeras casas republicanas, los revestimientos son simplicísimos, representando tan solo almohadillas de mármol más pronto avanzan los elementos arquitectónicos para figurar en la perspectiva. La decoración de la casa de Livia, en el Palatino, fluctúa entre los dos estilos: ciertas partes de esta decoración son ya del estilo arquitectónico; otras, en cambio pertenecen al primer estilo, el de las incrustaciones. Hay allí un delicioso motivo de revestimiento plano, combinado con medias pilastras, y unas guirnaldas de hojas y frutos, como las que decoraban el interior del Arca Pacis, que ya dan la impresión de relieve o de proyectarse fuera de la pared.

Pero la fantasía arquitectónica se va exagerando con el tiempo: avanzan mas las columnas, que se hacen cada vez mas realistas, y entre estos pórticos pintados se figuran paisajes bellísimos, llenos de naturalismo, o ventanas con panorama al fondo. Por fin, prosiguiendo en la misma idea, toda la pared se divide en columnas o pilastras, las cuales dejan también ver entre ellas pintorescas composiciones. En una villa imperial situada fuera de las murallas de la propia Roma, el efecto resulta todavía

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