¿Crees que en ese bus va un ladrón?

Hace unos días un amigo me preguntaba al señalar un bus de transmilenio:

“¿Crees que en ese bus va un ladrón?

Al menos una vez por semana escucho a mis alumnos decir que fueron atracados o que a algún conocido le pasó eso.”

¿Será posible que en todo momento estemos cerca a una persona que sólo quiere robarnos?

Para evitar cultivar la paranoia prefiero no pensar mucho en eso, pero es innegable que diariamente estamos lidiando con situaciones y comportamientos que van en contra de la ley: Ya sea el atracador de la esquina, el conductor que maneja borracho o la señora que roba cosas en los supermercados. Diariamente desconocemos las leyes.

Me preguntaba por el pequeño atracador, el ladrón de poca monta que “sólo” roba una billetera o un teléfono. Ya saben, aquel hurto menor que desencadena comentarios como: “Menos mal no le paso nada, agradezca que sólo eran cosas materiales”. ¿Qué motiva a una persona para exponerse a cometer un delito?

¿Hambre? ¿Pobreza? Creo que en muchos casos es así. ¿Resentimiento social? Me temo que muchos encuentran esa justificación. Pero también hay otro grupo de personas que lo deben hacer como una especie de forma de vida: Son aquellos que no les interesa si hacen algo malo o bueno. Me imagino que no les preocupará un castigo, ya sea porque nunca llega o porque es tan pequeño que vale la pena.

El problema de la Justicia en nosotros es muy grande. En muchos casos no aceptamos ni interiorizamos las reglas de convivencia: Es normal conducir en estado de embriaguez y así también estamos seguros que no nos pasará nada, pues nuestra justicia cojea y se cae muchas veces antes de ser efectiva.

Hace un par de noches estaba trabajando en mi apartamento. Era la medianoche y se escucharon unos ruidos metálicos. Un momento después salían varias personas de la casa del frente para investigar el ruido.

Aparentemente vieron a la persona que acababa de robar una casa cercana que se encuentra en construcción y fueron tras él.

Al cabo de unos minutos lo trajeron sujetado por sus brazos. La persona no oponía la mas mínima resistencia.

En ese momento, una persona mayor (asumo el padre de los que sujetaban al personaje) se abalanza sobre él y lo golpea. La Colores grita por la ventana para que no le peguen mas.

Ellos nos ven. Nosotros decidimos llamar a la policía.

Probablemente al personaje en cuestión lo soltarán al otro día, tal vez con una paliza incluída. Pero eso no es razón para que nosotros tomemos la justicia por nuestra cuenta.

Esa es una de las causas de la violencia en nuestro país: Ante la ausencia del estado, las personas decidieron hacer

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