Democracia

INTRODUCCIÓN

Hablar de historia es sumergirnos en un mundo con una inmensidad de perspectivas, y entenderla, interpretarla y desmenuzarla es una de las grandes metas del ser humano, pues para entender este presente en el que vivimos es necesario que conozcamos nuestros orígenes, pues los hechos históricos que se han desarrollado, son trascendentales para el devenir de nuestros días.

Desde su inicio como un grupo de oscuras colonias acunadas en la costa del océano Atlántico, Estados Unidos ha tenido una notable transformación. Un analista político lo ha llamado “la primera nación universal”. En su población de 300 millones de habitantes están representados casi todos los grupos étnicos y nacionalidades de la Tierra. Es una nación donde el ritmo y la magnitud del cambio –económico, tecnológico, cultural, demográfico y social– se incrementan sin cesar. (Zinn, 1980)

Lo que ocurre en Estados Unidos es a menudo el primer indicio de una modernización y un cambio que inevitablemente llevan a otras naciones y sociedades a un mundo cada día más interdependiente e interconectado. Sin embargo, Estados Unidos conserva también un sentido de continuidad. Posee valores esenciales que se remontan a la fecha de su fundación como nación a fines del siglo XVIII. Algunos de ellos son la fe en la libertad individual y el gobierno democrático, y el compromiso con la oportunidad económica y el progreso para todos. Éste es el legado de una historia rica y turbulenta. La tarea constante de Estados Unidos consiste en asegurarse de que sus valores de libertad, democracia y oportunidad estén protegidos y florezcan durante todo el siglo XXI.

HISTORIA DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

Para hablar de la gran evolución que han sufrido los Estados Unidos de América, lo que les ha implicado ser la primera potencia mundial, es necesario atender a los orígenes de la población americana (refiriéndonos al continente americano propiamente dicho). Los primeros americanos cruzaron ese puente desde Asia y se cree que permanecieron miles de años en lo que hoy es Alaska. Después emigraron al sur, internándose en lo que más tarde sería Estados Unidos. Los primeros exploradores buscaban una ruta marítima al Asia. Otros –sobre todo británicos, holandeses, franceses y españoles– llegaron después para tomar posesión de las tierras y las riquezas de lo que ellos llamaban “el Nuevo Mundo”. El primer asentamiento europeo permanente en lo que habría de ser Estados Unidos fue establecido por los españoles a mediados del siglo XVI en St. Augustine, en la Florida. Sin embargo, éste no intervino en la formación de la nueva nación. Ese proceso ocurrió en asentamientos mucho más septentrionales a lo largo de la costa del Atlántico: en Virginia, Massachusetts, Nueva York y las otras 10 regiones colonizadas por una creciente marea de inmigrantes llegados de Europa.

“Al mezclarse todo este mosaico de diversas culturas, por supuesto que hubo un gran choque con los nativos, las relaciones entre los colonizadores y los norteamericanos nativos, a quienes aquéllos llamaban indios, eran una incómoda mezcla de colaboración y conflicto. En algunas áreas hubo comercio y cierta interacción social, pero en general, a medida que los nuevos asentamientos se expandieron, los nativos fueron obligados a emigrar, muchas veces sólo después de ser derrotados en combate.” (Zinn, 1980)

La creación de las colonias no fue patrocinada por el gobierno británico, sino directamente por grupos privados. Todas, salvo Georgia, surgieron como compañías de accionistas o como propiedades otorgadas por el rey. Algunas fueron gobernadas con rigor por los dirigentes de esas compañías, pero a su debido tiempo todas desarrollaron un sistema de gobierno participativo, basado en la tradición y el precedente jurídico británicos.

Los conflictos bélicos entre Gran Bretaña y otras naciones acarrearon problemas económicos, por lo que fue necesario aumentar los impuestos en las trece colonias, suceso que indignó a los colonos, principalmente por el impuesto al tabaco y por la emisión de la Ley del Timbre, todo esto inició el camino hacia la independencia estadounidense, con Thomas Jefferson al frente y firmando la Declaración de Independencia el 4 de julio de 1776, aunque solo implicó la parte escrita, pues consiguieron la dependencia hasta que Francia los reconoció por cuestiones geopolíticas y no ideológicas en 1778 pues quería debilitar el poder de Gran Bretaña, finalmente con el Tratado de París se reconoce su independencia, basada sobre todo en una ideología humanista y basada en las libertades de cada individuo y su desarrollo como tal.

Es así como surge Estados Unidos de América como una nueva nación, con fines expansivos y de progreso, aunque esto le acarreo conflictos internos que sumió al país en una guerra civil, dividió al país, se cree que fue en este momento que surgieron los primeros partidos políticos.

En lo que respecta a los años siguientes y una vez superados sus conflictos internos, E.U. obtuvo un progreso en su máximo esplendor, en esta época progresista fue también que un gran número de personas de todo el mundo llegó a Estados Unidos. Casi 19 millones de inmigrantes arribaron entre 1890 y 1921. Los primeros inmigrantes habían sido sobre todo europeos del norte y el oeste, y algunos chinos. Los nuevos inmigrantes llegaron de Italia, Rusia, Polonia, Grecia, los Balcanes, Canadá, México y Japón.

Hasta antes de la Primera Guerra Mundial, gozó de una época de bonanza y avances científicos innumerables, era un país aislado, sumergido en sus propios progresos, hasta que se desató la guerra a la que se unió al morir estadounidenses en la embarcación denominada Lusitania, finalmente el presidente Woodrow Wilson negoció el final del conflicto pero no evitó el descontento social, mismo que acarrearía grandes problemas al país y culminaría con la denominada Gran Depresión del 29, que significó una recesión en el país y acarreó consigo

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