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Dictadores Richard Overy


Enviado por   •  24 de Abril de 2014  •  2.600 Palabras (11 Páginas)  •  523 Visitas

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El importante historiador y catedrático Richard Overy es el autor de un análisis comparativo de las dos dictadura europeas de Hitler y Stalin: Dictadores, La Alemania de Hitler y la Unión Soviética de Stalin (Barcelona, Tusquets, 2006). Es un libro bastante denso con una gran cantidad de datos históricos, en consonancia con el gran saber de su autor sobre la primera mitad del siglo XX. Estos datos históricos los trata con bastante objetividad ya que no da sus juicios de valor sobre ellos o sobre las diferentes personalidades que menciona a lo largo del libro. Sí que es cierto que en algunos temas donde hay diversidad de opiniones el autor se posicione o muestre su opinión (por ejemplo el caso de las diferentes fuentes de poder en los regímenes de lo que se hablará más adelante) pero siempre apoyándose en los datos históricos que den base a esta opinión. También cabe destacar que el libro se hace un poco pesado en ocasiones debido al gran contenido histórico que aporta aunque Overy lo ameniza introduciendo numerosas citas de las personas de las que está hablando así como una serie de anécdotas que facilitan y ayudan a la lectura y comprensión del lector y que sirven de apoyo para los argumentos o temas de los que está hablando. Es una obra larga, consta de 891 páginas entre sus 15 capítulos e índice publicada originalmente en el 2004 en inglés y traducida posteriormente al español. La intención de este libro la explica muy bien el propio autor en el introducción que hace él mismo y donde deja muy claras sus intenciones (“Dictadores se ha escrito con dos propósitos: en primer lugar, proporcionar un fundamento empírico para construir sobre él todo análisis de las similitudes y las diferencias entre los dos sistemas; en segundo lugar, escribir una historia "operacional" comparada de los dos sistemas, al objeto de responder a las importantes preguntas históricas sobre cómo funcionaba realmente la dictadura personal. La respuesta a esta pregunta es fundamental para comprender cómo surgieron las dos dictaduras y qué las mantuvo vivas hasta la muerte de los dos dictadores”).

La trayectoria profesional de Overy avala este libro ya que es considerado uno de los historiadores más eminentes del Reino Unido además de profesor de Historia en la Universidad de Éxeter. Ha escrito más de diez títulos relacionados con los orígenes y el desarrollo de la segunda guerra mundial. En la actualidad se le considera el mayor experto en la historia de Alemania entre 1900 y 1945 y es sin duda uno de los autores clave dentro de la historiografía del siglo XX.

Ya ha quedado claro que este libro gira en torno a las figuras de Hitler y Stalin, dos de los personajes más importantes de la Europa de la primera mitad del siglo XX y hace todo un recorrido por la historia de ambas dictaduras tratando todos los aspectos concernientes a ellas aunque haciendo hincapié en unos más que en otros. Trata temas como la llegada al poder de ambos líderes, el estado de terror que implantan, la intención que tenían de la construcción de una utopía, sus políticas social y económicas, sus posiciones ante las naciones y las razas entre otros muchos temas.

Este comentario se va a centrar sobre todo el cómo ambos dictadores llegaron al poder, sus similitudes con el príncipe nuevo que nos presenta Maquiavelo en su libro El príncipe y sobre el concepto de totalitarismo que aborda el autor en uno de los capítulos del libro.

Primero de lo que se habla es de la personalidad de ambos, de su biografía y de su camino hacia la dictadura. El autor afirma que tanto la personalidad de Stalin y la de Hitler distaban mucho de ser iguales. Es cierto que tenían aspectos en común destacando algunos como que sufrían malos tratos de pequeños por parte de sus padres, estaban unidos a sus madres, se declararon en contra de la educación religiosa , ambos empezaron como terroristas su carrera en lo más bajo de la política o que ambos estuvieron encarcelados por sus creencias políticas. Pero estas características las compartían otros muchos europeos de la primera mitad del siglo XX por lo tanto no suponen un gran parecido entre estos dictadores ni sirven para fundamentar su posterior personalidad malvada o mezquina.

Posterior a esto el autor comienza hablando de Stalin. Comienza diciendo que Stalin fue un hombre de muchas caras que fueron cambiando a lo largo del tiempo. Su verdadero nombre era Iosiv Dzhugashvili y tuvo unos orígenes humildes y sin privilegios. Durante su adolescencia se vio atraído por el marxismo y las sencillas lecciones de la luchas de clases por lo que se unió al Partido Socialdemócrata y posteriormente a la facción bolchevique capitaneada por Lenin. Fue un gran defensor de la revolución social y de la Revolución rusa de 1917 (“Nadie ha dudada jamás de que fuera un revolucionario comprometido, que durante todo 1917, consideró que la revolución consistía en traspasar el poder a los hombres y mujeres y destruir por completo la sociedad privilegiada que los explotaba” p.46). Esta gran defensa de la revolución y hacer todo lo posible para que triunfase sería uno de los argumentos fundamentales para “defender” su dictadura personal. Poco a poco se fue convirtiendo en una pieza fundamental del partido (Lenin en su testamento afirmó que el camarada Stalin era un peligro para el propio partido ya que estaba consiguiendo aunar mucho poder bajo una misma persona, testamento que nunca saldría a la luz debido a la gran influencia que ya tenía Stalin) hasta llegar a ser en 1922 secretario general del partido. Pero fue durante los años 1924 a 1929 cuando, aprovechando este puesto eliminó a todos los pesos pesados del partido argumento que todos ellos eran unos faccionarios que debilitaban la revolución y alzándose él como único defensor incondicional de ella anteponiendo los intereses del partido y la revolución a los suyos. Así, teniendo una importantísima influencia dentro del partido y ya nombrando cargos a su favor que favorecían la proletarización del este y el apoyo incondicional hacia su persona, consiguió alzarse en poder, controlándolo todo y llegando así a la dictadura personal.

Adolf Hitler tuvo unos orígenes también humildes (ambos dictadores utilizarían esta característica suya para llegar a la población en general). Durante su adolescencia ya mostraba interés político y por el nacionalismo pangermánico pero fue después de haberse enterado de la primera guerra mundial, de haberse alistado y de la posterior derrota de Alemania cuando comenzó a defender tan fervientemente ese nacionalista extremo y la política racial. Se tomó la derrota como una humillación para Alemania y para él mismo. En 1919 se unió a un pequeño partido político de carácter nacionalista radical que en 1920 pasaría a ser el Partido Nacionalsocialista Alemán de los

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