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El Pequeño Dictador.


Enviado por   •  29 de Abril de 2014  •  2.006 Palabras (9 Páginas)  •  160 Visitas

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EL PEQUEÑO DICTADOR. CUANDO LOS PADRES SON LAS VÍCTIMAS

El niño en muchos hogares se ha convertido en el dominador de la casa, se ve lo que el

quiere en la televisión, se entra y se sale a la calle si así a él le interesa, se come a gusto de sus

apetencias.

Cualquier cambio que implique su pérdida de poder, su dominio, conlleva tensiones en la

vida familiar, el niño se vive como difícil, se deprime o se vuelve agresivo. Las pataletas, los

llantos, sabe que le sirven para conseguir su objetivo.

Son niños caprichosos, consentidos, sin normas, sin límites, que imponen sus deseos

ante unos padres que no saben decir no.

Hacen rabiar a sus padres, molestan a quien tienen a su alrededor, quieren ser

constantemente el centro de atención, que se les oiga solo a ellos. Son niños desobedientes,

desafiantes.

No toleran los fracasos, no aceptan la frustración. Echan la culpa a los demás de las

consecuencias de sus actos.

La dureza emocional crece, la tiranía se aprende, si no se le pone límites.

Hay niños de 7 años y menos que dan puntapiés a las madres y éstas dicen «no se

hace» mientras sonríen: o que estrellan en el suelo el bocadillo que le han preparado y

posteriormente le compran un bollo.

Recordemos esos niños que todos hemos padecido y que se nos hacen insufribles por

culpa de unos padres que no ponen coto a sus desmanes.

La tiranía se expone en las denuncias de los padres contra algún hijo, por estimar que el

estado de agresividad y violencia ejercido por este o esta, afectaba ostensiblemente al entorno

familiar. Otro hecho reiterado es el de las fugas del domicilio y el consecuente absentismo

escolar con conductas cercanas al conflicto social. En otros casos, el hijo o hija entra en contacto

con la droga y es a partir de ahí donde se muestra agresivo/a, a veces con los hermanos. Otros

casos son los hijos que utilizan a sus padres como “cajeros automáticos”, o con chantajes, o

manifestando un gran desapego hacia sus progenitores, transmitiendo que profundamente no se

les quiere.

Características de quien violenta a sus padres

Resulta inviable apuntar una estadística cuantificadora fiable, dada la más que

incalculable pero segura amplia cifra de conductas de este tipo no denunciadas, y que sólo se

interviene judicialmente en aquellas en que hay constancia de secuelas físicas de agresión. 2

Genéricamente no son adolescentes delincuentes. La mayoría de ellos no llegan a

agredir a los padres. En muchas ocasiones han abandonado de hecho los estudios. No tienen

obligaciones, ni participación en actividades o relaciones interactivas.

Respecto al perfil, se trata de un menor varón (uno de cada diez son chicas) de 12 a 18

años (con una mayor prevalencia del grupo 15-17) que arremete primordialmente contra la

madre. Adolecen hasta del intento de comprender qué piensa y siente su interlocutor “domado”.

Poseen escasa capacidad de introspección y autodominio:«me da el punto/la vena...».

Los tipos caben diferenciarse en:

.- Hedonistas-Nihilistas, el más amplio en número. Su principio es “primero yo y luego

yo”. Unos utilizan la casa como hotel (los fines de semana los pasan fuera), entienden que la

obligación de los padres es alimentarles, lavarles la ropa, dejarles vivir y subvencionarles todas

sus necesidades o, mejor dicho, demandas. El no cumplimiento de sus exigencias supone el

inicio de un altercado que acaba en agresión. En gran número no realizan ninguna actividad

educativa o formativa, se levantan a las 13 horas, comen, descansan con una reparadora siesta

y “a dar vueltas con los colegas”. Se implican con grupos de iguales de conductas poco

aconsejables. En síntesis y literalmente, hacen lo que quieren, llevan a dormir a quien desean a

casa, llaman al cerrajero y cambian la cerradura dejando a los padres fuera, etc.; en fin, un

despotismo nada ilustrado.

.- Patológicos, bien sea por una relación amor-odio madre-hijo, con equívocos, más allá

de los celos edípicos, en algún caso con relaciones incestuosas. Otro determinante es la

dependencia de la droga, que impele al menor a robar en casa desde dinero para comprar

sustancias psicotrópicas de diseño, hasta la cadena musical para adquirir otros tóxicos como

inhalantes volátiles tipo pegamento con tolueno.

.- Violencia Aprendida como aprendizaje vicario desde la observación, ya sea porque el

padre (por ejemplo, alcohólico) también pega a la madre para conseguir su líquido elemento; o

como efecto boomerang por haber sufrido con anterioridad el maltrato en su propio cuerpo, la

incontinencia pulsional de padres sin equilibrio ni pautas educativas coherentes y estables;

cuando su edad y físico lo permiten “imponen su ley” como la han interiorizado.

.- Se aprecian bastantes casos en hijos de padres separados. Bien por el proceso, que

en ocasiones se formula de tal manera que resulta muy dañino para los hijos, o porque el padre

varón en el régimen de visitas le indica al hijo que su ex (se caracteriza por ser tonta, caprichosa,

estúpida...) y que él como hijo haría bien en imponerse, tener más libertad.... (o lo que es lo

mismo encanalla a su hijo contra su ex, que no olvidemos es la madre del hijo). En muchas

ocasiones el padre varón ve al hijo los fines de semana en tiempos de cine, restaurantes, etc., 3

mientras que la madre tiene que bregar con el aseo personal del hijo, arreglo de la habitación,

estudio, etc.

La convivencia con la nueva pareja del padre o de la madre ocasiona a veces grandes

disturbios en los hijos que rebotados de una casa a otra acaban agrediendo a la parte más débil.

.- Un porcentaje significativo de chavales son niños adoptados o acogidos por familias

que no son biológicamente las suyas. Pareciera que ese sentimiento de no pertenencia al 100%,

de no vinculación sanguínea, permite al joven exigir más, demandar, al tiempo de unos padres

que no se atreven a emplear todos los mecanismos de sanción para ganarse el respeto,

mostrándose en ocasiones excesivamente condescendientes.

Todos los tipos tienen nexos de confluencia, tales como los desajustes familiares, la

...

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