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EL ESTADO DEL ESTADO


Enviado por   •  11 de Abril de 2015  •  1.727 Palabras (7 Páginas)  •  243 Visitas

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Se considera usualmente que existe un Estado cuando encontramos un poder organizado sobre la población de un territorio determinado. El Estado es una relación social, que vincula a múltiples grupos, actores y clases, con el fin estratégico de intervenir sobre la dominación de clases, configura un entramado social altamente conflictivo, en el que tiene expresión esta multiplicidad (desigual) de intereses, reclamos y juegos estratégicos de distintos sectores sociales. El Estado nace de la sociedad, es producto de ella en un momento determinado y justamente relacionado con la existencia de la lucha de clases.

Las clases dominadas aunque lleguen, por el ejercicio legítimo del sufragio, a ocupar cargos al interior del aparato del Estado, sean ejecutivos o deliberativos, e incluso judiciales, siempre serán una individualidad en el medio de un bloque que no es el propio. Una individualidad en el conjunto de un proyecto que no es el proyecto de las clases subalternas.

Si todo el movimiento llamado social permanece exclusivamente en los márgenes de las reivindicaciones, incluso aunque tengan carácter político y no se organiza y proyecta hacia el poder político, hacia su construcción alternativa, los alcances de su lucha quedan limitados, porque se desarrolla por fuera de la aspiración al ejercicio del poder político, por fuera de los cambios profundos y sistémicos.

Hace falta la acción política, junto con la acción social, gremial, porque lo social y lo gremial sin lo político tienen también un punto de límite del que es preciso tener conciencia: la defensa de los derechos de los trabajadores, de los desocupados, de los precarizados, sin la producción de cambio sistémico o sin transitar hacia esos cambios, sin tenerlos como horizontes, son derechos conquistados dentro de la dominación burguesa, obtenidos dentro de la legislación burguesa. Muy importantes, pero claramente no constituyen emancipación de la explotación.

Para el caso de Argentina, es importante tener en cuenta que las jornadas del 19 y 20 de diciembre tienen como antecedente la primera manifestación política en las elecciones legislativas del 14 de octubre de 2001, las cuales tuvieron lugar durante el gobierno de Fernando de la Rúa. En dichas elecciones se renovaba la cámara de senadores completa, por lo que entre los senadores electos se sortearon la duración de sus mandatos en períodos de 2, 4 y 6 años, para proseguir cada dos años con renovaciones parciales de la cámara. Dichas elecciones se destacaron por un amplio uso del voto en blanco y del voto nulo -voto bronca- como medio social de manifestar disconformidad con los dirigentes políticos.

La crisis de diciembre de 2001 en Argentina fue una crisis financiera y política generada por la restricción a la extracción de dinero en efectivo de plazos fijos, cuentas corrientes y cajas de ahorro denominada Corralito, que causaron la renuncia a la presidencia de Fernando de la Rúa el 20 de diciembre de 2001, y llevaron a una situación de caos presidencial. La mayor parte de los participantes de dichas protestas fueron autoconvocados, que no respondían a partidos políticos o movimientos sociales concretos. Su lema popular fue: "¡Que se vayan todos!". En los hechos murieron 39 personas por las fuerzas policiales y de seguridad, incluyendo 9 menores.

La crisis de 2001 quizás haya sido el peor derrumbe social de la historia argentina. No se trató, desde ya, de una mera crisis económica, sino que se puso en juego la posibilidad de la continuidad del Estado nacional como entidad con capacidad de autogobierno.

Hacia fines de aquel año, la disolución de los vínculos políticos, económicos y sociales llegó a un punto tal que no podían garantizarse las condiciones para la supervivencia “normal” de amplias franjas de la población. El colapso del aparato productivo, bancario y de las finanzas públicas fue sólo la expresión económica del derrumbe de toda la sociedad. A diferencia de un cataclismo, no fue un producto de la naturaleza, sino de la acumulación de políticas contrarias a los intereses básicos de la Nación.

Estas jornadas del 19 y 20 de diciembre sirvieron como aceleradoras de la crisis del bloque dominante, lo golpearon fuertemente, surgieron movimientos populares, se consolidaron los ya existentes (“piqueteros”), las fábricas quebradas fueron tomadas por los trabajadores para defender su fuente de trabajo.

La rebelión, se encontró con un serio límite, relacionado con la ausencia de una alternativa política que pudiera canalizar el sentimiento popular. Ante este panorama, se fue produciendo, en la práctica, un proceso de recomposición gradual de la devaluada autoridad estatal, así como diferentes intentos de pacificación del conflicto, impulsados desde arriba, desde el poder político.

El 25 de mayo de 2003 culminó el gobierno de transición encabezado por Eduardo Duhalde al asumir el cargo el electo presidente Néstor Kirchner. Este recambio significó, en términos institucionales, un punto de giro. El presidente Néstor Kirchner asume con el 22% de los votos, el ex presidente Carlos Menem , rechazado en su política durante las jornadas del 2001 obtiene, sin embargo, el 25%, pero se retira porque en el ballotage obligatorio no tenía ninguna posibilidad de triunfo. A partir del acto electoral, fue quedando cada vez más en evidencia la dicotomía y la falta de articulación de lo social y lo político.

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