EL HOMBRE EN AMÉRICA Y MESOAMÉRICA
cachotitan1969Examen9 de Septiembre de 2020
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COLEGIO DR. RIO DE LA LOZA
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APUNTES
HISTORIA DE MÉXICO I
ÍNDICE
UNIDAD I. HISTORIA PREHISPÁNICA DE MÉXICO
Tema 1. El hombre en América y Mesoamérica 4
Tema 2. Horizontes culturales de Mesoamérica 9
Tema 3. Áreas culturales y sociedades antiguas de Mesoamérica 16
UNIDAD II. CONQUISTA Y COLONIZACIÓN DE MÉXICO
Tema 1. Expansión de los europeos en América 32
Tema 2. La conquista de México 37
Tema 3. La colonización de México 42
UNIDAD III. LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO
Tema 1. Causas externas e internas de la independencia 48
Tema 2. Desarrollo de la lucha de independencia 51
Tema 3. Triunfo del liberalismo mexicano 57
Obras consultadas 62
HISTORIA DE MÉXICO I
UNIDAD I. HISTORIA PREHISPÁNICA DE MÉXICO.
TEMA 1 EL HOMBRE EN AMÉRICA Y MESOAMÉRICA.
Estiman los geólogos que nuestro planeta tiene una antigüedad cercana a los cuatro mil quinientos millones de años. Estos años se han dividido para su estudio en grandes períodos o eras:
- Primaria, Paleozoica o la era de los peces;
- Secundaria, Mesozoica o era de los reptiles;
- Terciaria, Cenozoica o era de los mamíferos y
- Cuaternaria en la que vivimos y en la que aparece el hombre.
Durante esas eras de millones de años apareció la vida en la Tierra; además, ésta adquirió -debido a diferentes convulsiones geológicas y largas transformaciones-, la conformación oro hidrográfica que tiene en la actualidad. Uno de los fenómenos más recientes que la Tierra ha experimentado es el de las glaciaciones o enfriamiento originado por los movimientos orogénicos, la actividad volcánica y fuertes desplazamientos de la corteza terrestre. Las glaciaciones consisten en un enfriamiento paulatino y exagerado de los casquetes polares, que se extienden mucho más de lo normal. Después de cierto tiempo de enfriamiento viene un período de recuperación del calor durante el cual el hielo concentrado se deshace y al escurrir, arrastra materiales pétreos en grandes cantidades. Las huellas dejadas por estos escurrimientos son las que han permitido a los geólogos determinar su duración y antigüedad. El conocimiento de las glaciaciones nos permite saber qué tipo de plantas y animales existían cuando apareció el hombre sobre la faz de la tierra.
América continente ininterrumpido, colocado de norte a sur, sufrió como los otros continentes los efectos de las glaciaciones, entre los que se cuentan la desaparición de muchas especies de vegetales y animales, principalmente de las más primitivas. Posee diversos y ricos recursos naturales.
Su geografía facilita en ocasiones la comunicación de una región a otra, pero en otras las dificulta. En el extremo norte de una gran península, la de Alaska (con sus derivaciones e islas que continúan hacia el oeste), se aproxima al continente asiático, el cual, a su vez en el noreste, se alarga avecindándose en las tierras americanas.
El hombre americano de acuerdo con investigaciones de destacados antropólogos, no es originario de nuestro continente, sino que procede de Asia. Su paso a América debió ocurrir, según unos científicos, durante la glaciación Wurm- Wisconsin. En ese momento el estrecho de Behring que separa Asia de América se volvió transitable gracias al descenso del nivel del océano. Así, en distintos momentos de ese largo período grupos más o menos amplios de hombres que habitaban el extremo noreste de Asia se desplazaron hacia las tierras americanas y penetraron en nuestro continente. Los glaciólogos han comprobado que algunas regiones de Alaska no estuvieron totalmente cubiertas por los hielos, lo que facilitó el paso de los emigrantes. Estos grupos de asiáticos se trasladaron a pie o en canoas y en núcleos separados, pues la distancia entre ambos continentes en esa región es muy corta.
Una vez en nuestro continente, los primeros pobladores buscaron las tierras que les permitieran subsistir, tanto por el clima como por los recursos vegetales y animales que les sirvieran como alimento. Larga y dilatada peregrinación fue la de los primeros pobladores. Se asentaban durante algún tiempo en sitios favorables para la recolección de frutos y granos, así como para la caza y la pesca. Desde Alaska, siguen las montañas Rocallosas a través de Canadá y Estados Unidos y siguiendo los caminos naturales llegaron a las costas de California. Otros se dirigieron hacia el oriente, se acercaron a las grandes planicies y ríos de Norteamérica y bajaron hacia la costa del Golfo de México y más allá.
Paul Rivet antropólogo especialista en el tema, director-fundador del Museo del Hombre de París, encabeza la teoría del origen múltiple y señala que el hombre del continente asiático pasó en distintos momentos y en pequeños grupos a través de Polinesia y llegó a los litorales de California y de América del Sur.
El paso de estos emigrantes explica las afinidades antropológicas, lingüísticas y etnológicas que se encuentran entre pueblos polinésicos y americanos.
Acerca del origen del hombre en América hay autores que sostienen por análisis e interpretaciones diversas, que llegó de África. En esta línea se originó una teoría que ya no se sostiene; pero en su momento fue aprobada por algunos antropólogos, esta es la teoría del origen autóctono, presentada por Florencio Ameghino, paleontólogo argentino, que sostuvo que a partir de hallazgos óseos del llamado Homo Pampaneus, se fecharon de manera anterior al Homo Sapiens americano, lo que creó la teoría del Origen Autóctono.
También hay que señalar que cortas migraciones del hombre de origen caucásico, es decir europeos, que desde Escocia llegaron a Norteamérica. Sin desconsiderar estas posibilidades, si hay que insistir en que el poblamiento de América se realizó mediante el contacto que se estableció desde hace 30-35 mil años por el estrecho de Behring.
En 1943 Paul Kirchhoff, investigador de la UNAM, presentó los lineamientos generales de lo que llamó Mesoamérica. La adopción del término fue inmediata y continúa vigente (aunque ha sido motivo de amplias discusiones dentro de comunidad académica); posteriormente, también propuso las categorías de Aridoamérica y Oasisamérica. Estos tres conceptos se utilizaron para delimitar y caracterizar grandes áreas culturales y pueden entenderse como la conjunción de determinado tipo de sociedades con sus propias características dentro de un tiempo determinado y un espacio que tuvo variaciones a lo largo de ese tiempo.
Mesoamérica se ubica geográficamente en la zona norte y central de México, el istmo de Tehuantepec, la península de Yucatán; Guatemala, Belice, El Salvador y la costa pacífica de Honduras, Nicaragua y Costa Rica.
En estas zonas existieron las condiciones climáticas, de desarrollo y capacidad de sus habitantes para construir ciudades, tener una vida sedentaria y desarrollar las grandes expresiones culturales que hasta ahora nos siguen asombrando por su vigencia y conocimiento. De estas culturas seguramente los habitantes de la región han heredado algunas características en su forma de ver el mundo, en la alimentación y desde luego en la arquitectura y desarrollo científico. Aquí tendrán su evolución culturas como la olmeca, la maya, la mexica o azteca, la teotihuacana, la tolteca, la mixteca, la zapoteca y otras más.
La orografía de Mesoamérica era, por esa época, diversa; volcanes cubiertos de nieve, bosques de lluvias tropicales y áridas mesetas en el centro de México. La tierra pudo ser muy fértil, ya que había grades ríos y bosques. Lo anterior supuso para sus pobladores la posibilidad de contar con plantas y animales diversos que fueron fuentes de abundantes alimentos, además de propiciar un intenso intercambio comercial entre distintas zonas y, por lo mismo, frecuentes luchas por dominar los territorios más ricos y, una vez conquistados, asegurar la presencia de los vencedores mediante la fundación de asentamientos permanentes y sistemas productivos de importancia.
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