EL IMPERIO DEL TERROR
aazuliitha29 de Agosto de 2012
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EL IMPERIO DEL TERROR
Breve historia del dominio yanqui.
Juan Miguel Zunzunegui
AGRADECIMIENTOS.
Este libro fue posible gracias al tiempo de lectura, investigación y trabajo que pude dedicarle en la soledad de Madrid, para lo cual conté con el apoyo de muchas personas en diversos aspectos.
Gracias a Samuel, Lupa, familia del Río (Jorge, Xavier y Xavier), Juan Carlos, Diana, Pedro, Leonardo, Olga, Ceci, Tere y todos los que colaboraron económicamente con su granito o granote de arena. Principalmente gracias mi tío Paco y mi tía Susana y a mi tío Vicente y mi tía Margarita
Gracias a los que hicieron que mi estancia en Madrid, lejos de los seres queridos, fuera agradable: Maribel, José Luis, María, Saúl y Ruth.
Gracias al maestro Alejandro Salgó por compartir sus inmensos conocimientos sobre Medio Oriente conmigo y lograr que me apasionara tan interesante tema.
Gracias a mis papás y mis hermanas por el apoyo incondicional, sobre todo a mi mamá, cuyo apoyo fue más que moral.
Gracias a Pura Idea y Asociados y a Editorial Infinito, principalmente Marcial Díaz y Gabo
Gracias a Maricarmen Abad por su interés y apoyo incondicional en este proyecto. Gracias a los que se tomaron la molestia de criticar y corregir este libro, principalmente a Xavier y Raquel.
Desde luego, gracias a Plaza y Valdés por creer en este proyecto e impulsarlo y colaborar así en la denuncia de una de tantas injusticias de las que vive este mundo.
CONTENIDO
Introducción.
1. ¿Qué haremos esta noche?... Lo mismo que todas las noches: tratar de conquistar el mundo.
2. Orden y desorden mundial. Vamos a ver quién manda.
3. Estados Unidos.., ¡A escena!
4. Mi querido enemigo. El lado oscuro de la fuerza.
5. Una partida de Ajedrez sin torres.
6. Petróleo e imperialismo. Los yanquis juegan al Monopoly.
7. Vamos sobre Afganistán… Que ya está acostumbrado.
8. Nuestro amigo Osama, el oleoducto y la crisis de Argentina.
9. Septiembre 11: el fraude más grande de la historia.
10. Hágalo usted mismo ¿Cómo tirar unas torres gemelas?
11. El Pentágono y el avión fantasma.
12. Aviones a control remoto.
13. Cuando un atentado genera millones.
14. Negociando con el enemigo.
15. El imperio del terror. ¿Y dónde está el terrorista?
16. ¿Quién es quién? La pandilla que gobierna el mundo.
17. Últimas reflexiones ¿Yo no puedo salvar al mundo?
Epílogo: embargo a Estados Unidos.
INTRODUCCIÓN
En lo personal me parece increíble que aún haya gente que crea que un puñado de musulmanes es capaz de cometer un atentado contra el país más poderoso del mundo; un país que rastrea todo el planeta vía satélite y que no se da cuenta de que alguien planea atacar sus más grandes e importantes edificios.
También es indignante que utilicen esto para hacer la guerra a quien sea por los intereses más mezquinos: el control del petróleo. Más indignante aún es que para ello manchen una religión pacífica practicada por mil doscientos millones de personas y que aprovechen la ignorancia y dependencia que de los medios de comunicación tiene el hombre occidental para presentarla como fanática e intolerante; que se aprovechen del terrible desconocimiento que en occidente tenemos acerca de una cultura rica y milenaria para hacerla parecer como retrasada y peligrosa para el mundo. Ello sin mencionar lo indignante que resulta que la gente llore ante la vista de la caída de dos edificios, sede de multimillonarias empresas y permanezca indiferente a la muerte de millones cada día por todo el planeta.
Este libro surgió de la necesidad interna de denunciar la injusticia, la infamia y la mentira que envuelven a varios eventos de la historia bélica estadounidense, especialmente al 11 de septiembre. A los pocos días de la tragedia ya escuchaba a muchas personas manifestar arriesgadas y coloquiales teorías, sin fundamento alguno, en las que se mencionaba que el gobierno de Estados Unidos había permitido el atentado o que incluso lo había planeado; poco a poco esos rumores eran más socorridos, pero alimentados por la simple intuición que hace pensar que el principal sospechoso de un crimen es aquel que resulta más beneficiado. Y me pregunto quién salió más beneficiado de este atentado: ¿Estados Unidos o los musulmanes?
A los rumores infundados se fueron agregando datos que se podían y se pueden corroborar en libros y periódicos: la relación entre los Bush y los Bin Laden, la participación de los segundos en las empresas de los primeros, la participación de Osama en la CIA y demás informes que alborotaban más las sospechas.
Finalmente fue necesario investigar a fondo para aclarar dudas y descubrir todos los vínculos entre los Bush y los Bin Laden, los dos clanes más poderosos de la historia actual. Repasando un poco de historia uno puede verificar que Estados Unidos ha entrado en varias guerras tras fingir ataques y que en todas ha obtenido grandes beneficios. Hilvanando los hechos históricos se puede ver como este país actúa siempre persiguiendo el gran objetivo que tiene desde que nació como patria independiente, por fantasioso que parezca: establecer el nuevo orden mundial, o lo que es lo mismo, dominar el mundo.
En el presente libro, además de los testimonios de una infamia como la del 11 de septiembre, haré un breve repaso de la historia de las guerras a las que Estados Unidos ha entrado tomando como pretexto un aparente atentado contra ellos y de las que ha sacado provecho; se hará un análisis de todo el contexto y pasado de Medio Oriente, que explica las inquietudes estadounidenses en la región; las intrigas por el petróleo; los fraudes en
torno al 11 de septiembre y el nuevo orden mundial basado en el dominio planetario por parte de Estados Unidos. Finalmente, hablaremos de la cultura del terror que el gobierno de Estados Unidos trata de imponer alrededor del planeta.
Para los Estados Unidos la guerra es sólo una simple herramienta más; no ésta, todas las guerras, todas en las que ha participado con o sin ejército. El imperio norteamericano tiene un proyecto a largo plazo, lo tiene desde que nació como país y es, como ya se dijo, adueñarse del mundo.
Expliquémoslo por partes antes de levantar pasiones. No olvidar como punto de partida que a fin de cuentas los norteamericanos son los hijos de los ingleses; sus herederos naturales y que por lo tanto desean superar las hazañas imperialistas de su madre patria, así como Bush II arde en deseos de superar a su progenitor en sus esfuerzos bélicos.
En el siglo XIX Inglaterra poseía un imperio que abarcaba una cuarta parte del mundo; se extendía por todo el orbe y no había un solo país que de alguna forma no tuviera frontera con el imperio británico. Hago hincapié: los yanquis son los hijos de los ingleses y tienen por lo tanto la misión divina (establecida según ellos en su destino manifiesto) de seguir los pasos de su cansada madre patria.
El destino manifiesto de los yanquis, que los autoriza a expandirse por el mundo para imponer su cultura, viene desde el siglo XVIII. Recién independizados de Inglaterra, los estadounidenses pusieron su mira en México y de paso en todo el continente, al que veían como su zona de expansión natural. Los estadounidenses siempre han sido imperialistas. Lo dijo el presidente Jefferson: “Nuestra Confederación debe ser vista como el nido desde el que debe poblarse toda América, el norte y el sur...” No olvidemos que en el siglo XIX se apoderaron de Alaska, Hawai, Cuba, Puerto Rico, Panamá y desde luego, la mitad del territorio mexicano.
Claro que eran tiempos distintos; la costumbre aceptada era hacer la guerra y expandirse territorialmente. Hoy casi no es necesario desempolvar al ejército; el imperialismo es económico, pero sigue siendo imperialismo. Ante la lamentable escasez de memoria histórica es importante recordar que los Estados Unidos arrebataron Cuba a la mala a los españoles, al declararles la guerra tras la misteriosa explosión del Maine; es importante recordar que no estaban invitados a la Primera Guerra Mundial pero se colaron tras la extraña y poco explicable explosión del Lusitania; no tenían un motivo de peso para entrar en la Segunda, pero se incorporaron al permitir el totalmente predecible ataque a Pearl Harbor. Importante es recordar también que los roces con Japón eran derivados del intento norteamericano de apoderarse del Pacífico norte y del Asia Pacífico, otra zona natural de expansión según su destino manifiesto.
Ahora que terminaron las épocas de imperialismo (en teoría) y en vista de lo caro que resultó a las grandes potencias europeas mantener territorios lejos del país, la dominación mundial se busca a través de la economía. Desde el plan Marshall para reconstruir Europa tras la Segunda Guerra eran evidentes las intenciones del Tío Sam, y Rusia, el único en no aceptar las condiciones se convirtió en el malo del cuento. Fue así como la segunda mitad del siglo XX se caracterizó por una guerra fría contra el comunismo, por la simple razón de
que le llevaban la contra a los yanquis y de que los países comunistas no son mercado, y eso es muy mal negocio.
Ahora sabemos que los rusos (antes el Imperio del Mal) no son, y no eran una amenaza; eran sólo el enemigo siempre necesario, lugar que ahora ocupan los árabes bajo un nombre similar: el Eje del Mal. Seguramente es coincidencia que las reservas petroleras más importantes, que darían al mundo energía durante 80 años más, estén en Irak. No,
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