ENSAYO AMOR A LA CARTA

COMENTARIO DE PELÍCULA: “AMOR A LA CARTA”

Alejandro González Ortega

“La cocina es alquimia de amor” (Guy de Maupassant)

Creo que es una película con gran relación a la asignatura, ya que aunque el tema central no es el gusto por los alimentos, ni los métodos desarrollados al cocinar, si se relata la importancia de un buen comer para la vida cotidiana, y la presencia de manifestaciones culturales a través de la comida.

La historia gira en torno de los “dabba”, uno de los oficios característicos del lugar, hombres que recorren la ciudad montados en bicicletas u tren, para llevar de un lado a otro la comida preparada por las esposas, a los trabajos de los maridos. Aquí podemos observar la relevancia que toma la comida hogareña y de diario dentro del estilo de vida en este país, así como el paternalismo innegable en la vida matrimonial, donde el hombre sale a trabajar, mientras la mujer se dedica a cocinar y otras labores domésticas, tanto así; que se desarrolla todo un sistema de reparto único y originario de este lugar.

“El cocinero no es una persona aislada, que vive y trabaja sólo para dar de comer a sus huéspedes. Un cocinero se convierte en artista cuando tiene cosas que decir a través de sus platos, como un pintor en un cuadro” (Joan Miró, 1975)

Ila, es una mujer casada, que se siente sola y desea recuperar el amor y el interés de su marido. Así, emprende la misión de conquistar su amor a través del sabor de su comida. Este aspecto de la película nos muestra la importancia que toma la cocina muchas veces para el buen funcionamiento de una relación de pareja, si esta es agradable, la relación será agradable, si es mala, lo mismo pasara con esta, así como la búsqueda de agradables sensaciones al consumirla, reflejadas en el esmero de las preparaciones, provocando un disfrute en boca más allá de la satisfacción de una necesidad.

La historia de la película se desencadena cuando el orden se rompe y uno de los “dabba” confunde las viandas que prepara Ila y no se las entrega a su marido, sino a otro señor (Fernández) empleado de oficina.

Fernández recibe con agrado sus nuevos guisos, en ellos degusta los más deliciosos platillos que ha comido, cuyo aroma, sabor y apariencia distan considerablemente de su habitual menú. Es por esto, que pronto toma la decisión de enviar notas en las latas de regreso, notas que comenzarán una relación basada en las cartas que se intercambian entre el pan y los guisos del contenedor, los sabores llenos de esperanzas y las expectativas que Ila cocina a diario para su desconocido degustador. El punto a destacar en esta parte es el hombre como ser social y la comida como medio social, ya que aún sin tener un

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