Egipto

El primer gran monumento funerario egipcio es el de Zoser (Tercera Dinastía), diseñado por Imhotep. El monumento funerario de Zoser en realidad es una pequeña ciudad encerrada en un recinto rectangular. El centro del recinto es una gran pirámide escalonada formada por la superposición de mastabas (pirámides truncadas). En esta pirámide se encuentra la cámara funeraria y a su alrededor están el templo funerario y la avenida de columnas cubierta, además de otros edificios anexos. Los monumentos funerarios privados se agrupaban formando grandes necrópolis alrededor de las tumbas de los faraones.

Las pirámides escalonadas serán sustituidas por pirámides lisas en los monumentos funerarios de la Quinta Dinastía (Keops, Kefren y Micerino). Fue en el Imperio Nuevo cuando se separaron los templos funerarios de las tumbas, que se agrupan en el Valle de los Reyes, formando hipogeos.

El lugar más importante del monumento fúnebre es la cámara funeraria, con el sarcófago, el ka (un doble) y adornada con pinturas y relieves que representan todo lo que el difunto puede necesitar.

Las pirámides, según Champollion, suponen una experiencia extraña para el visitante: "Todo el mundo se sorprenderá, como me pasó a mí, por la impresión de que este prodigioso monumento disminuye a medida que nos acercamos a él". Sin embargo, son posiblemente los monumentos más atractivos, impresionantes y misteriosos de los creados por el hombre.

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