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El Imperio hispánico

yully19769 de Octubre de 2014

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El Imperio hispánico

Felipe II (1527-1598) fue coronado rey tras la abdicación de su padre, el emperador Carlos V , en 1556. Salvo el archiducado de Austria y el Imperio alemán, que pasaron a su tío Fernando (1558-1564), el nuevo rey reunió en sus manos un vasto Imperio que convirtió a España en el poder hegemónico de Europa en la segunda mitad del siglo XVI:

España, y especialmente Castilla, su región más rica, constituían la base de su poder.

Los estados patrimoniales de Carlos V comprendían los Países Bajos, el Franco Condado, el Milanesado, Nápoles, Sicilia y Cerdeña.

En África heredó las plazas de Orán, el peñón de Vélez de la Gomera, Alcazarquivir, Melilla y Tánger.

En América sus dominios se extendían desde California y Florida hasta el estrecho de Magallanes.

En Asia, Filipinas y varias islas del Pacífico.

En 1581 logró la unidad ibérica al ser coronado rey de Portugal.

La inmensidad del Imperio, que con las colonias ultramarinas portuguesas adquirió un carácter universal, supuso una enorme responsabilidad para Felipe II, cuya actitud enérgica como campeón de la Contrarreforma (ver t29) le convirtió en una figura histórica muy controvertida.

Los conflictos

En 1565 los turcos se apoderaron de Malta y en 1570 conquistaron Chipre y Túnez. Felipe II formó la Liga Santa con el Papa Pío V (1566-1572) y Venecia, y organizó una poderosa flota que, al mando de Juan de Austria (1545-1578), derrotó a los otomanos en la batalla de Lepanto (1571). Acababa así la hegemonía turca en el Mediterráneo.

Felipe II venció a Enrique II de Francia (1547-1559) en la batalla de San Quintín (1557) y en las ocho guerras de religión francesas (1562- 1594) apoyó al bando católico frente a los hugonotes, dirigidos por Enrique de Navarra (futuro Enrique IV, 1589-1610). Las guerras entre ambos países concluyeron con la paz de Vervins (1598).

En 1566 los Países Bajos, dirigidos por Guillermo de Orange (1533-1584), se sublevaron contra el dominio español, arrastrando a las masas populares convertidas al calvinismo. La represión efectuada por el duque de Alba (1508-1582) entre 1567 y 1573 dio lugar a la leyenda negra sobre España. En 1581 las provincias del Norte declararon su independencia.

En 1588 Felipe II organizó la Armada Invencible con la intención de invadir Inglaterra, cuya reina, Isabel I (1558-1603), estaba apoyando a los protestantes holandeses. La resistencia de la flota inglesa y el desastre causado por una tempestad dieron lugar a la derrota española.

Los problemas de España

La aspiración de Felipe II de mantener la hegemonía en Europa descansó sobre todo en los impuestos que se recaudaban en Castilla, cuya economía se basaba en la lana de las ovejas merinas, la industria del paño y el comercio, desarrollado especialmente en las ferias castellanas.

Sin embargo, una serie de problemas sumieron a España en una profunda crisis económica:

La escasa población en comparación con otros países europeos, como consecuencia de las guerras y la emigración a América.

La gran cantidad de oro y plata traída de América, que provocó una gran elevación de los precios de los productos.

Las tres bancarrotas sucesivas del Estado, en 1557, 1575 y 1597, como consecuencia del esfuerzo para financiar las guerras contra Francia, el Imperio otomano e Inglaterra.

Otros problemas internos fueron:

La guerra de las Alpujarras (1568-1671) contra los moriscos de Abén Humeya, cuya rebelión fue sofocada por Juan de Austria.

El motín de Zaragoza en defensa de Antonio Pérez (1540-1611), ex secretario del rey acusado de espionaje, que se había acogido a la protección de las leyes aragonesas.

Fechas clave

1557 El ejército español vence a las tropas francesas en San Quintín.

1558 Comienza el reinado de Isabel I de Inglaterra, rival de Felipe II.

1560 Comienza el reinado de Carlos IX de Francia, bajo la regencia de Catalina de Médicis.

1561 Felipe II traslada su Corte a Madrid.

1562 Comienzan las guerras de religión en Francia.

1563 Termina el Concilio de Trento.

1568 Rebelión de los moriscos granadinos en las Alpujarras, dirigidos por Abén Humeya.

1571 Juan de Austria obtiene la victoria naval de Lepanto frente a la flota turca.

1572 Noche de San Bartolomé (24 de agosto): matanza de hugonotes en París.

1578 Unión de Arras: las provincias del Sur de los Países Bajos vuelven a la obediencia de España.

1579 Unión de Utrecht: las provincias del Norte de los Países Bajos proclaman su lucha por la independencia.

1581 En las Cortes de Tomar, los portugueses juran a Felipe II como rey. Los Países Bajos proclaman su independencia.

1588 Desastre de la Armada Invencible.

1594 Enrique de Borbón se convierte al catolicismo y es proclamado rey de Francia.

1598 Paz de Vervins: fin de las guerras de religión y tolerancia religiosa en Francia. Felipe II muere en El Escorial

INTRODUCCIÓN.

Los sectores de poder constituyen un sistema dinámico, siempre en busca de nuevos espacios que ocupar, a costa de otro(s) sector(es) o de las clases dominadas. Esto no constituye para ellos una revolución, más que nada constituye un reacomodo de las fuerzas dentro de las mismas clases hegemónicas. Para los sectores dominados puede constituir una revolución por la afectación a la vida diaria, pero al final, el agua vuelve a su cauce: los de arriba quedan arriba y los de abajo siguen así.

La ideología no es un conjunto de doctrinas, sino que más bien significa la forma en que el ser humano desempeña su papel en la sociedad-clase, los valores, ideas e imágenes que lo anclan a sus funciones sociales, de tal forma que evitan que alcance un conocimiento total de la sociedad.

A lo largo de la historia del pensamiento político del siglo XX, el concepto de hegemonía surge como una respuesta a una crisis que pone en cuestión las categorías tradicionales del marxismo para explicar la contingencia. La reformulación del marxismo en torno a una teoría de la hegemonía requiere por una parte determinar cuáles son las posicionalidades de cuya articulación depende una transformación histórica o la constitución de una nueva hegemonía y, por otra, entender dichas articulaciones como formas históricas concretas y sobre determinadas, y no como etapas predeterminadas, o relaciones necesarias, resultado del despliegue de leyes de la historia.

HEGEMONIA.

El concepto de Hegemonía, en la definición tradicional, refiere a la dirección política o dominación especialmente en las relaciones entre los Estados. El marxismo amplió esta definición a la dirección o dominación entre las clases sociales, y es Antonio Gramsci, quien profundiza el desarrollo de este concepto, tanto que puede considerarse un punto crítico en el desarrollo no solo de su obra sino de toda la teoría cultural marxista.

Se denomina hegemonía al dominio de una entidad sobre otras de igual tipo. Se puede aplicar a diversas situaciones con el mismo significado: un bloque de naciones puede tener hegemonía gracias a su mayor potencial económico, militar o político, y ejerce esa hegemonía sobre otras poblaciones, aunque estas no la deseen.

PENSAMIENTO ANTIHEGEMONICO.

Se propone la filosofía antihegemónica como una práctica de la filosofía que no reconoce el uso de la fuerza y del poder compulsivo y/o violento que posee la racionalidad política capitalista, para inculcar sistemas de representaciones sociales, culturales, políticos, éticos, etc., con un alto grado de adhesión y adaptabilidad, poco reflexivos y muy doctrinantes. Este nuevo modo de la praxis filosófica puede ser considera antihegemónica, porque carece de confianza en cualquier relación o estructura de dominación entre colectivos e individuos donde una elite o clase superior ejerce su dominancia sobre otros muchos que suelen ser la mayoría. Es una filosofía que propicia la denuncia de formas represivas, directas e indirectas, del poder; asociadas a conceptos y creencias universalistas que limitan el desarrollo de las conciencias sociales. De igual manera, cuestiona la falsa realidad de los consensos ideológicos que permiten mantener en la oscuridad, los innegables conflictos por los que atraviesa la ciudadanía y la crisis de legitimidad democrática que se vive en las sociedades y Estados de América Latina. Se trata, sobre todo, de una filosofía que dota de una actividad política deliberativa al colectivo social subordinado y/o dominado. Enseña a comprender críticamente que sólo a través de sus praxis sociales emancipadoras es que los ciudadanos pueden hacer posible el desarrollo de una conciencia política y de clase, que les permita realizar públicamente la crítica a una racionalidad política que se presenta como omnicomprensiva y trascendente. La filosofía antihegemónica es la negación-superación de un modelo de vida social basado en la coacción y/o represión, a las amalgamas ideológicas de los sistemas de alianza que propicia el status quo para sembrar la idea de que la convivencia social siempre responde en términos de adhesión y fidelidad incuestionable al orden de la reproducción de la sociedad capitalista.

PODER Y HEGEMONIA.

Para entender el poder moderno como consenso, tenemos que imaginar el contexto social dividido en dos grandes campos, cada cual intentando conquistar el otro en aras de crear un campo totalmente unificado y homogéneo. El poder hegemónico,

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