El León y La Mula Consecuencias posguerra

El León y La Mula

Consecuencias posguerra

El final de la Primera Guerra Mundial dejó en claro la ineficacia del sistema político que había en ese entonces con respecto a la economía, había sobredependencia en la producción de materias primas, políticas fiscales y monetarias inadecuadas, esto provocó llevar al Estado y a la economía por nuevos rumbos.

Se paralizaron las salitreras, la producción y las exportaciones cayeron en un 50%, por lo que más de 10.000 mineros se dirigieron a Santiago, el Gobierno ofreció subsidios y compró los excedentes, a su vez, las compañías crearon la Asociación de Productores de Salitre en Chile, la cual impuso cuotas para estabilizar los precios. Gracias a esto el empleo y los precios del salitre aumentaron por un tiempo.

La producción del cobre disminuyó, pero la tendencia al alza ayudó. La producción de la Gran Minería era aproximadamente el 16% del mercado mundial. En 1925, el gobierno gravó a las compañías con un impuesto del 6%, aumentando la tasa tributaria para la minería del cobre al 12%. De esta manera, en Chile quedaban más ganancias de la Gran Minería que antes.

Los hacendados empezaron a cultivar más tierra, al principio esto se vio dificultado por las nuevas restricciones que el gobierno había impuesto a las exportaciones con el fin de impedir la escasez a nivel nacional. La producción agrícola aumentó entre 1920 y 1930 más que en la década anterior. Lo mismo con la viticultura y la ganadería, alcanzando el doble de producción y un 10% respectivamente. Todo esto era dominio absoluto de los hacendados, había un sistema de tenencia de la tierra poco equitativo, no había competencia.

Los industriales chilenos presionaron a las autoridades para modernizar las carreteras, extender el sistema ferroviario y agrandar los puertos, como también persuadieron al gobierno para que aumentase los impuestos a las importaciones, aumentando los aranceles en un 50%. La industria manufacturera creció significativamente entre 1920 y 1928.

El gobierno comenzó a pedir más préstamos, la deuda de la Moneda había aumentado en un 300% entre 1891 y 1924, con estos préstamos pagaban los salarios y pensiones de los burócratas (casi un 40%). En 1924 el Congreso aprobó un impuesto sobre la Renta que variaba según el oficio, en 1925 aprobó el impuesto Global complementario que recargaba los impuestos preexistentes, a los que ganaban menos de 10.000 pesos anuales eran eximidos, medida que ayudó a equilibrar el sistema tributario.

El primer período presidencial de Alessandri

Era un líder carismático, poseía un discurso que podía manejar a multitudes. Fue el líder electo que conservó el poder por más tiempo en la historia chilena. Durante su campaña en 1920, muchos sectores de la clase media y trabajadora se sintieron fuertemente atraídos por su personalidad, se identificaban con él y lo apoyaban.

En la votación ganó en el colegio electoral pero se encontraba atrás con el voto popular. La Unión Nacional se vio intimidada por lo que tras tres semanas de la votación, se produjo una movilización general y se movilizaron tropas al norte para enfrentarse a un ataque de Bolivia (denominada Guerra de don Ladislao) generando una distracción patriótica para la población excitada, además, la sede en Santiago de la FECH fue asaltada por una multitud incitada por los políticos de la Unión. Alessandri no se sintió intimidado.

Se creó un tribunal de honor para revisar lo votos electorales. Alessandri era el que tenia mayor derecho a ser presidente, convirtiéndose en presidente el 23 de diciembre de 1920.

Sin embargo, los antiguos usos y los hábitos parlamentarios estaban profundamente arraigados. Alessandri se vio enfrentado al obstinado obstruccionismo de los parlamentarios de la Unión Nacional en el Senado, las reglas parlamentarias seguían iguales. Su propia Alianza Liberal resultó ser menos coherente y maleable, se vio obligado a reconstituir sus gabinetes frecuentemente.

La legislación social no avanzó, las leyes laborales presentadas por Alessandri en 1921 se quedaron atrapadas rápidamente en los complejos procedimientos del Congreso.

En las elecciones de marzo de 1921, la Alianza mejoró su posición en la Cámara de Diputados. Tres años después, Alessandri dirigió una fuerte campaña en el sur para romper el predominio de la Unión en el Senado. La alianza ganó ambas cámaras. Sin embargo, esta ventaja se vio debilitada por las divisiones en el interior de la Alianza. Una parte del Partido Radical se fue en contra del presidente, acusándolo de personalismo.

Entonces, la lucha política era siempre la misma: el poder ejecutivo contra el obstructivo poder legislativo.

Para la clase trabajadora urbana, la situación empeoró después de 1920 por la seria baja que sufrió la industria del salitre. Entre diciembre de 1920 y diciembre de 1921, la producción caía mensualmente en un 60%; las exportaciones, en un 50%. En 1922, setenta oficinas habían cerrado y por lo menos 20.000 trabajadores desempleados se habían ido al sur, donde presionaban al Congreso para que aprobaran proyectos de obras públicas.

Por esto,, fueron reclutados por la FOCH (Federación Obrera de Chile) y por los seguidores de Recabarren para participar en manifestaciones y reuniones. En la pampa salitrera propiamente dicha, un enfrentamiento entre las tropas y los huelguistas ocurrido en febrero de 1921, en la oficina San Gregorio, dejó más de cuarenta muertos; un hecho que distanció aún más a la clase trabajadora de la presidencia de Alessandri.

Recabarren había sido elegido para el Congreso en 1921 como uno de los dos diputados del POS.

En 1922, el POS votó por convertirse en el Partido Comunista y por postularse como miembro del Comintern. La FOCH cayó bajo el control comunista.

Alessandri quería que se introdujera una legislación laboral que reemplaza la estructura actual de laissez-faire (“dejen hacer, dejen pasar” refiriéndose a una completa libertad en la economía)

El 1 de febrero de 1924, los partidos de la Alianza y de la Unión firmaron un acuerdo en favor de cambiar los procedimientos parlamentarios para limitar los votos de censura de la Cámara de Diputados, instituir el cierre de los debates por simple mayoría y evitar el uso de tácticas dilatorias en el caso de la legislación del presupuesto.

En diez días en septiembre de 1924, las fuerzas

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