El Maximato
sherif17 de Diciembre de 2011
8.496 Palabras (34 Páginas)3.242 Visitas
EL MAXIMATO: EL PARTIDO DEL HOMBRE FUERTE, 1929-1934
RICARDO POZAS
________________________________________
A Eduardo Blanquel
Durante el periodo comprendido entre la salida de Calles de la presidencia y el ascenso de Cárdenas tuvieron lugar tres gobiernos, dos de ellos interinos y un tercero producto de una elección. Paralelamente se consolidó el primer instrumento político de cohesión vinculado al Estado: el Partido Nacional Revolucionario (PNR), y el general Calles se convirtió en el "Jefe Máximo" de los revolucionarios, cubriendo con su función en el ejercicio del poder una fase de tránsito entre el caudillo político-militar y el partido de masas.
El licenciado Emilio Portes Gil desempeñó el cargo de presidente interino del 14 de diciembre de 1928 hasta marzo de 1930.[ 1 ] Este personaje surgió como alternativa política conciliatoria al caos provocado por la muerte de Obregón. En los catorce meses de su gobierno se desarrolló la pugna entre los obregonistas y los callistas (de viejo y nuevo cuño), que derivó en la liquidación de los primeros.
En lo que toca al conflicto con la Iglesia Católica, surgido durante el gobierno de Calles, Portes Gil promovió el restablecimiento de las conversaciones con el delegado apostólico, monseñor Leopoldo Ruiz y Flores, arzobispo de Morelia y, con la abierta colaboración del embajador norteamericano Morrow, el 27 de junio de 1929 se reanudaron los servicios religiosos suspendidos desde julio de 1926. El acuerdo suscrito entre el clero y el Estado se asentaba en un punto central: el reconocimiento a la jerarquía eclesiástica para designar los sacerdotes que debían registrarse y el respeto a la organización interna de la Iglesia. El acuerdo oficial se suscribió el 21 de junio de 1929.[ 2 ]
La paz procurada por el gobierno era indispensable y funcional al verse en la posibilidad de ser rebasado por una coyuntura que concatenó la escisión del grupo gobernante cohesionado por Obregón, que procreó una asonada militar, la imposición al grupo dirigido por Calles de un candidato a la presidencia sin prestigio político-militar, la presencia de una oposición en la campaña presidencial, ampliamente legitimada en los sectores medios urbanos, encabezada por José Vasconcelos, el inicio del "gran crack" y su incidencia en las condiciones de vida del pueblo en general y el desmoronamiento de la CROM, principal instrumento de contención y control de bases sociales. En este contexto, el discurso ideológico antirreligioso, con una población de acendrada tradición católica, que tenía que echarse a cuestas la cruz de la crisis, resultaba políticamente inadecuado.
El vacío dejado por Obregón en el liderazgo político-militar replanteó al grupo gobernante el problema de la dirección política. La ausencia evidente de un caudillo superior a los existentes condujo a la necesidad de su convivencia para preservar la conducción del Estado. Sin embargo, esta situación no eliminó la ventaja, en la correlación política, que Calles tuvo como presidente en funciones, pero sí le hacía imposible su liderazgo únicamente a través de su poder personal. Este conjunto de condiciones políticas del momento impusieron la necesidad de implementar un aparato de cohesión de los caudillos, que al mismo tiempo se legitimara como instrumento de poder al convertirse en el único vehículo de acceso al Estado. La realización de este proyecto cambió las reglas del juego político al invalidar la búsqueda del poder a través del ejercicio de las armas, la clientela y el partido del señor de la guerra. El instrumento fue el PNR en cuya formación participó Calles y su grupo.
Esta nueva fase política que redefine las modalidades del liderazgo y la clientela, se realiza al afiliar al caudillo con toda su cauda agrupada en organizaciones políticas, laborales o agrarias, al partido nacional. En esta etapa de consolidación, los caudillos mantendrán su status preservando los márgenes de autonomía y poder en sus zonas de influencia. Fueron ellos los que en gran medida hicieron del PNR un instrumento nacional al incorporar, incorporándose, su clientela política. El partido afilió a los trabajadores del Estado que no sólo pasaron a formar parte de él sino que la mañana del 26 de enero de 1930 se enteraron, por la prensa, que por orden del presidente Portes Gil, la Secretaría de Hacienda y el gobierno del Distrito Federal, les descontarían el último día de los meses de 31, para formar un fondo que sería depositado en el Banco de México a nombre del PNR. El vínculo entre el Estado y el partido era tal que en el órgano periodístico de éste, el Nacional Revolucionario, se leía en el subtítulo "Órgano Oficial del Gobierno Mexicano".
En la convención constitutiva del PNR, el 1 o. de marzo de 1929, estuvieron presentes todos los matices políticos a excepción de los laboristas y los comunistas. Contra todas las previsiones salió postulado como candidato a la presidencia Pascual Ortiz Rubio, lo que se consideró una imposición de Calles. Aarón Sáenz se convirtió en el primer aspirante a la presidencia con un amplio consenso interno que se disciplinó, regla de oro que permitió consolidar al partido. En este primer caso y en otros sucesivos, la disciplina fue compensada con amplias posibilidades políticas y económicas.[ 3 ]
La oposición tomó dos cauces que nunca lograron fusionarse. La primera como revuelta militar encabezada por J. Gonzalo Escobar que con el Plan de Hermosillo atacó a Calles como el principal corruptor del gobierno. Esta asonada, iniciada en plena convención del PNR, duró escasos tres meses al cabo de los cuales los principales dirigentes buscaron asilo en los Estados Unidos. El resultado fue la confirmación de Calles como principal dirigente político, posición que fue ratificada a través del apoyo brindado por los Estados Unidos y la eliminación de disidentes con prestigio militar.[ 4 ]
El otro tipo de oposición significativa se realizó en el proceso electoral. José Vasconcelos postulado por el Partido Nacional Anti-Reeleccionista aglutinó a la gran mayoría de los intelectuales no comprometidos con el Estado, a los obregonistas liberales, a una parte importante de los sectores medios urbanos y lumpen en una respuesta frente a las modalidades del poder político ejercido por los militares y los caudillos agrarios. Vasconcelos calificó de fraudulenta la elección de Pascual Ortiz Rubio, llamó a la subversión y fincó sus esperanzas en la sublevación popular espontánea, lo que sirvió de pretexto para que muchos de sus jóvenes correligionarios murieran víctimas de la represión.[ 5 ]
El 28 de noviembre de 1929 el Congreso comunicó al país que el presidente electo era el ingeniero Pascual Ortiz Rubio. Éste, continuando con la tradición inaugurada por Calles, salió el 3 de septiembre a los Estados Unidos en donde se entrevistó con el presidente Hoover y el industrial Henry Ford. En la ciudad de Nueva York sostuvo una entrevista con el general Calles en la cual se discutió el gabinete que colaboraría con el primer mandatario. El resultado de esta entrevista fue un gabinete heterogéneo y contradictorio, que el tiempo probaría que Ortiz Rubio fue incapaz de encabezar y dirigir.[ 6 ]
De la elección a la toma de posesión se libró la contienda por las comisiones en las cámaras entre los portesgilistas (denominados rojos) y los ortizrubistas (denominados blancos). Con el apoyo de Calles, un mes antes de la toma de posesión, los rojos controlaban las comisiones de las cámaras y se iniciaba el cerco que se tendió en torno al presidente.
La siguiente batalla emprendida por el presidente en funciones para ampliar sus márgenes de acción frente al "Jefe Máximo" se libró en torno al partido. Ortiz Rubio vio la posibilidad de controlarlo al colocar un hombre de su confianza, Basilio Vadillo, al frente del PNR. Vadillo pronto tomó conciencia de sus limitaciones al intentar dirigir el aparato político, con miembros portesgilistas en el Comité Ejecutivo Nacional y con cuadros medios y cabezas de grupo leales a Calles. Al primer conflicto con la Comisión Permanente del Congreso, para determinar las planillas de los candidatos en las elecciones legislativas, en las que el futuro político del presidente estaba en juego, su hombre clave en el partido quedó convertido en embajador del Uruguay a escasos dos meses once días de haber sido nombrado.
La sustitución de Vadillo por Portes Gil en la piedra angular del sistema político mexicano, el partido, ratificó la debilidad presidencial. El objetivo del ex presidente sería la formación de cámaras disciplinadas al "Jefe Máximo", pero en la presidencia del partido Portes Gil creyó ver la posibilidad de ganar terreno frente a Calles y Ortiz Rubio, al manipular los resultados electorales, lo que le costó la dirección. En estas elecciones el PNR obtuvo un triunfo arrollador; en ellas perdió la oposición y el presidente, quien no sólo vio que le formaban cámaras adversas, sino que perdió a su hombre clave en el gabinete -su secretario particular- que fue permutado por Crisóforo Ibáñez, ex secretario de Obregón y Calles.
En la ya trágica permuta de funcionarios en el partido y en el gabinete, Lázaro Cárdenas fue el siguiente presidente del PNR. Durante su dirección se acrecentó la tendencia centralizadora frente a los poderes locales. El que fuera el primer presidente del partido, Pérez Treviño, sustituyó a Cárdenas, con lo que se ratificó la tendencia que inició este gobierno; el que tenía el poder del Estado no era quien ocupaba la presidencia.
El cuestionamiento de la capacidad del presidente de la República por el del partido,
...