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Maximato.


Enviado por   •  9 de Marzo de 2013  •  Trabajos  •  4.315 Palabras (18 Páginas)  •  683 Visitas

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INTRODUCCION

En estos temas estudiaremos la historia en un enfoque general de la investigación y algunas partes que lo genera que en este caso son: de los presidentes, desde el inicio del Maximato hasta Vicente Fox y como se van clasificando y desarrollando, cada una de ellos.

También comprenderemos la relación que existe de cada uno de estos temas con la historia y entenderemos para que y porque son importantes estos temas para la vida.

El Maximato

Se le denomina maximató al periodo de 1928 a 1934 en que el hombre de mayor influencia en la política mexicana fue el general Plutarco Elías Calles.

Calles, cuyo verdadero nombre era Plutarco Elías Campuzano, pertenece al grupo de revolucionarios sonorenses que llegaron al poder después del triunfo del Constitucionalismo. Sucedió en la presidencia a Álvaro Obregón y se le conoció, tras la muerte del caudillo, como el Jefe Máximo de la Revolución.

En plena etapa del caudillismo mexicano Obregón no resistió la tentación de asumir nuevamente la presidencia y se presentó como candidato para el periodo que iniciaba en 1928. Siendo presidente electo murió asesinado en un restaurante de la ciudad de México. En tal situación Calles no intentó prolongar su periodo presidencial, sino que promovió la designación de Emilio Portes Gil como presidente provisional hasta la elección de un nuevo gobernante. Es a partir de este momento en que nos dice Álvaro Matute- "había más actividad política en el despacho del general Calles que en las oficinas presidenciales de Palacio Nacional.

En 1930 tomó posesión Pascual Ortiz Rubio, cuya debilidad contrastó con la personalidad del Jefe Máximo. Después de dos años Ortiz Rubio optó por renunciar, siendo sustituido por otro general sonorense, Abelardo L. Rodríguez, quien en 1934 concluyo el periodo presidencial. Ninguno de los que ostentaron el cargo durante estos seis años tuvo una autoridad real y su influencia en el gabinete de gobierno o en el Congreso fue mínima. En algunas ocasiones de crisis el mismo Calles asumía algún cargo en la administración, resolvía los problemas y se retiraba. El nombramiento de Lázaro Cárdenas como candidato del PNR fue una decisión de Calles. Por su relación con el Jefe Máximo, y su carácter apacible, no se vislumbraba ningún cambio importante durante la gestión cardenista. De hecho, algunos cuestionaban la capacidad intelectual del nuevo presidente y se le auguraba un destino similar al de Ortiz rubio Después de un inicio de gobierno titubeante y con el gabinete en contra, Cárdenas fue preparando el terreno para deshacerse de Calles. Encontró apoyo en algunos miembros de la élite gobernante y en los grupos de trabajadores que rechazaban la política laboral del jefe máximo Hacia 1935 la situación se había revertido a favor de Cárdenas, Calles prefirió salir del país. Regresó unos meses después pero tuvo que comparecer ante las autoridades acusado de acopio de armas. Entonces se le impuso un exilio que habría de durar unos diez años.

La guerra cristera

La Guerra Cristera también es conocida como Guerra de los Cristeros o cristiana. Fue una lucha armada entre el Gobierno y la Iglesia de 1926 a 1929. Se peleó entre el gobierno de Plutarco Elías Calles y milicias de laicos, presbíteros y religiosos católicos que estaban en contra de las políticas públicas orientadas a restringir la autonomía de la Iglesia Católica. Se estima que murieron 250 mil personas entre civiles y militares.

En 1917 se promulgó una nueva Constitución, en la que se estableció una política de intolerancia religiosa, incluyendo la prohibición de la Iglesia para poseer bienes raíces, prohibición del culto público fuera de las iglesias, el Estado decidiría el número de iglesias y sacerdotes que habría en el país, al clero se le negó el derecho a votar, a la prensa religiosa se le prohibió referirse a asuntos públicos, la educación primaria debía ser laica y a las corporaciones religiosas y ministros de cultos se les prohibió establecer o dirigir escuelas primarias.

En 1926, el presidente Plutarco Elías Calles promovió instrumentos sobre el artículo 130 de la Constitución para ejercer severos controles, buscando limitar o suprimir la participación de las iglesias en la vida pública. Algunas de estas reglas estaban claramente enfocadas contra el culto católico, como el obligar a los ministros a casarse y prohibir las comunidades religiosas.

En señal de duelo, muchas iglesias del país suspendieron el culto y el clero convenció a los feligreses de boicotear al gobierno, como el no pagar impuestos, minimizar el consumo de productos comercializados por el gobierno, no comprar billetes de la Lotería Nacional, ni utilizar vehículos a fin de no comprar gasolina. Esto afectó de forma severa a la economía nacional e inspiró la radicalización de algunos grupos entre los católicos mexicanos.

Los ciudadanos católicos formaron la Liga Nacional para la Defensa de la Libertad Religiosa en marzo de 1925. Su objetivo era lograr la libertad de culto por medios legales, pero fue declarada ilegal y operó de manera clandestina.

Esta radicalización creció como movimiento social con el objetivo de reivindicar los derechos de libertad de culto en México. Este movimiento creyó en resolverlo a través de un conflicto militar y era independiente de los obispos. En enero de 1927, las primeras guerrillas, compuestas por campesinos, comenzaron el acopio de armas. Los grupos armados se conocían como cristeros y fueron creciendo ante las proclamas de ¡Viva Cristo Rey! y ¡Viva Santa María de Guadalupe! Para agregar adeptos a la causa, fue muy eficaz el uso de símbolos religiosos profundamente arraigados en la cultura Mexicana como la Virgen de Guadalupe, anteriormente utilizada con el mismo fin por líderes de la Independencia y la Revolución.

Primero se comenzaron a alzar en los estados de Jalisco, Zacatecas, Guanajuato y Michoacán pero pronto se sumó todo el centro del país. Se estima que en 1929 había 20,000 miembros de las fuerzas cristeras. Los obispos mexicanos intentaron rápidamente distanciarse del movimiento armado e intentar negociar la paz solicitando al gobierno de Estados Unidos fungir como mediador.

El carácter clandestino de los cristeros les impidió mecanismos formales de aprovisionamiento, reclutamiento, entrenamiento y atención médica; sólo podían depender de armamento anticuado, los excedentes de la Revolución de 1910.

Este levantamiento generó una grave ruptura entre los miembros

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