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El hacha contra la espada


Enviado por   •  27 de Octubre de 2015  •  Ensayos  •  5.296 Palabras (22 Páginas)  •  127 Visitas

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UNIVERSIDAD GABRIELA MISTRAL

MAGISTER EN HUMANIDADES

PROFESORA: ANA LUISA HAINDL

CURSO: ALTA EDAD MEDIA

EL HACHA CONTRA LA ESPADA

ADRIÁN GODOY C.


EL HACHA CONTRA LA ESPADA

Un estudio militar de la confrontación entre sajones y normandos, que determino el fin de a monarquía sajona en manos de Guillermo el conquistador

Palabras clave

Normandos, sajones, Guillermo el conquistador, Harold Godwinsoon,

Batalla de Hastings


La ambición por la corona.

Al atardecer del 14 de octubre de 1066, en las colinas de la actual Sussex en Inglaterra, al menos diez mil hombres vieron el fin de una era. Huyendo en la oscuridad, los restos del ejército de Harol Godwinsson llevaron el mensaje de la derrota frente al invasor, Guillermo Duque de Normandía.

Tal vez se preguntaban si realmente el cometa visto meses antes fue un mal presagio, o si la gloria de las dos batallas libradas meses antes no fue suficiente castigo para las mujeres y sus familias.

Lo cierto es que su mundo ya no sería igual y que por más que hubieran derrotado a un grupo de nórdicos paganos, otro grupo de nórdicos, convertidos al cristianismo y asentados en Europa continental, desde ese día en adelante regiría los destinos de la gran isla.

Los normandos por su parte, a pesar de lo que se pueda pensar, no se dedicaron al pillaje extensivo, ni a días de asolar el terreno recién conquistado. Victoriosos, se reagruparon en su fuerte recién construido, y durante cinco días sanaron sus heridos y retomaron la marcha rumbo a Londres.

En cada paso la muerte, la devastación y el poderío normando resonaron bajo los cascos de sus caballos y la marcha de los infantes. Tras Hastings, Dover, Kent, Southwark, Hampshire, Berkshire, Winchester, todas cayeron bajo su control, y tras casi tres meses de campaña llega a Londres para ser coronado como rey de Inglaterra el día de navidad de 1066.

Ciertamente la guerra no termino ahí, los próximos veinte años fueron testigos de la desolación que las huestes normandas sembraron por el norte, oeste y sur de Inglaterra, tras la cual desde Escocia a Gales, toda Inglaterra fue sometida a la voluntad de un monarca, quien en adelante encarnara la ley en su voluntad y la fuerza de su espada.

La violencia de la guerra, así como el fuego que limpia un bosque, abre el espacio a cambios dramáticos, los cuales necesariamente, transforman la cultura y el sentir de quienes los viven.

En poco más de veinte años desaparecen las viejas estructuras de gobierno monárquico, permaneciendo las estructuras de gobierno local, pero eso sí, sometidas a la voluntad de gobernantes extranjeros, quienes a su vez deben obedecer a voluntad personal de su monarca.

Así, surge el feudalismo en Inglaterra, y con el desaparecen los reinos sajones y nace lo que hoy llamamos Inglaterra.

“Así dio comienzo un combate de un rey inusual, con un bando atacando a diferentes modos y el otro firme como si se hallase pegado al suelo”

 (Poitiers, 1071)

Si analizamos las características de una sociedad, la forma en cómo hace la guerra nos muestra cómo concibe diversos elementos que le caracterizan de otras sociedades en su misma época.

Los normandos, el topónimo hace referencia al origen geográfico, vikingos,  liderados por Jarl (jefe guerrero) Rollón (Gange Rolf), quien impuso su voluntad al rey francés Carlos III en 911, a través de un acuerdo (Tratado de Saint-Clair-sur-Epte) en el que el nuevo Duque (jefe militar) se convertía junto a sus seguidores a la fe cristiana y juraba defender dichos territorios de otros invasores.

Reunían en su conjunto a noruegos, daneses, jutos y otras tribus nórdicas que durante años se dedicaron al pillaje como vikingos (del nórdico aventurero) (Oxenstierna, 1966). Y que luego se transformara en una sociedad que por generaciones se dedico a exportar guerreros profesionales a los más diversos lugares de Europa y el cercano oriente.


Ciento setenta y nueve años después Guillermo de Apulia nos dice.

“En el idioma de su tierra nativa, el viento que los leva dese las regiones boreales, desde donde han partido para buscar las fronteras de Italia, se llama Norte y la palabra Hombre es usada entre ellos para significar Homo, por lo tanto se les lama Normandos, lo que es HOMBRES DEL VIENTO DEL NORTE u Homines Boreales” (Apulia, 1090)

Homines Boreales, El viento que los empujo desde sus tierras en el norte de Europa, los impulsara a la conquista del sur de Italia, el ataque a Bizancio en incluso Tierra Santa bajo el mando de Hugo de Vermandois y Bohemundo de Tarento durante la Primera cruzada.

Como vemos, la expansión del mundo normando entre los siglos IX al XIII nos muestra el paso de una sociedad seminomada a una sociedad sedentaria, en la cual el Feudalismo es el epítome de su civilización.

Y en esta expansión, la conquista de Inglaterra fue una de sus más notables proezas.

REX TOTIUS ANGLORUM PATRIAE

        Desde el siglo VIII las islas británicas se encontraban bajo el control de una pluralidad de reinos de origen sajón. Pueblo venido del centro de Europa, quienes  invadieron las islas británicas hacia mediados del siglo V, expandiéndose desde la Inglaterra central a Gales y Escocia, acorralando en estas áreas a las tribus celtas originarias y la población galo – romana que supervivió a la caída del imperio Romano.

   Así, Alfredo el Grande (871-899) pudo ser calificado con toda justicia como “rey de todo el pueblo inglés, a excepción de la parte que está en poder de los daneses” (Contamine, 1984). Sus sucesores, desde  Eduardo el Viejo (899-924),  a Eduardo el Confesor (1003-1066) mantuvieron la cohesión e integridad de los reinos sajones, expresada en y por la propia unidad del ejército vinculado al rey.

Las características de la sociedad sajona definían su orden y gobierno, el pueblo (folc) se organizaba en espacios territoriales denominados hides, que correspondían a un número de granjas, en donde todo hombre libre era un guerrero.

El conjunto de hides, respondían a los nobles, los cuales se caracterizaban por ser magnates que poseían gran cantidad de tierras agrícolas, y estos a su vez, respondían a un rey, el cual obtenía su poder de, la voluntad de sus seguidores y los intereses de los grandes terratenientes reunidos en el Witanagemot (gran asamblea que reunía a condes, obispos, abades y thengs, sirviendo como consejo privado del rey y alto tribunal de justicia) (Fuller, 1963) .

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