El modelo educativo colonial

El modelo educativo colonial se dio a partir de la llegada de los españoles en el siglo XVI, al territorio mexicano, de manera positiva implementando sus ideas pedagógicas iniciando así el desarrollo de la educación en México.

El modelo español tenía como objetivo una educación evangelizadora, para erradicar las costumbres paganas y sustituirlas por un modelo cristiano, logrando así homogenizar el uso del castellano.

En el siglo XVIII se incorporan las primeras escuelas de Amigas públicas y gratuitas, debido a que se tenía un anhelo de perfección y se integran las ideas de la ilustración, siglo donde se producen avances científicos y la labor evangelizadora de siglos pasados, paso a formar parte de la identidad novohispana.

En 1822, surgen las escuelas lancasterianas con el fin de comenzar a formar ciudadanos, utilizando un sistema de enseñanza muto.

Posterior a esto, se busca crear una identidad de la niñez y consolidar un proyecto de nación, educativo y una estructura social; naciendo ahí las profesiones y por tanto la clase media; adaptando a la mujer a un espacio, es decir, la mujer deja de ser una amiga apropiándose y escalando socialmente en un contexto.

Durante el Porfiriato, los gobernantes comenzaron a ver a la educación como un instrumento esencial para lograr el progreso y la unidad nacional, ya que la consideraron un medio propicio para unificar la diversidad de grupos étnicos que poblaban el territorio y despertar a los ciudadanos u espíritu de identidad y pertinencia.

Así se sumaron esfuerzos para aplicar un plan de estudios uniforme, con el fin de homogenizar los criterios de los mexicanos y llevar al país por el camino del progreso y la modernidad.

Cuando de 1911 a 1929 el país se hunde en la anarquía, surge la constitución de 1917 donde se integran las demandas de los diferentes grupos sociales y que tiempo después daría lugar al Proyecto de Educación Nacionalista con el fin de integrar a los indígenas, ya que el 70% de la población vivía en el campo.

Dando lugar a la creación de la escuela rural para erradicar la ignorancia y el analfabetismo, enseñándoles a su vez la autosuficiencia a los niños.

Tiempo más tarde al asumir el cargo Manuel Ávila Camacho y tras la segunda guerra mundial se tiene la oportunidad de combinar diversos factores para tomar la decisión de un asunto importante, en este caso se quería justificar el cambio ideológico, por medio de la creación de condiciones favorables para el crecimiento económico y así poder alcanzar el progreso y una completa modernización.

En el rubro educativo la creciente división ideológica entre los magisterios se convirtió en un serio conflicto, lo que llevo a Ávila Camacho a sustituir al titular de la Educación por Jaime Torres Bodet quien tenía claro que se debía infundir el regionalismo, reconocer los valores y

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