El viaje de Samino

El viaje de Samino

Por Griselle Pérez, Karen Díaz e Iván Ruelas

Cansado de su realidad, se dirige a su habitación hasta su cama, se recuesta y decide dormir profundamente para alejarse de todos los problemas que abordaba en ese momento …

Al prepararse para dormir, sintió que sus movimientos eran mucho más rápidos; Conforme iba cayendo en el sueño, él se iba sintiendo mucho más ligero, como si la gravedad dejara de afectarle; De pronto, empezó a escuchar unos ruidos, eran como murmullos que no lograba entender, esto hizo que se levantara de un brinco. Al momento de abrir sus ojos se percató que había alguien en su cama, analizó el cuerpo que estaba ahí y se percató que era nada más y nada menos que él. Sus ojos se abrieron de impresión y sentía un enorme escalofrío recorriendo todo su cuerpo. En su cabeza buscaba posibles respuestas de lo que estaba pasando, “¿habré muerto?” “¿qué rayos es esto?”.

Empezó a observar a su alrededor y notó que todo estaba exactamente igual a como él lo recordaba, él daba por hecho que quizás sufrió un paro cardiaco mientras dormía, “Quizás así se siente la muerte” pensó. Sus sentidos estaban intensificados, podía escuchar a lo lejos hasta el aleteo de una mosca. Empezó a elevarse, sus pies se alejaban cada vez más del suelo, estaba literalmente volando en su habitación. Se sintió lleno de energía, capaz de hacer cualquier cosa, empezó a disfrutar la situación… Reía mientras hacía acrobacias en el aire, nunca se había sentido tan lleno. Su cuarto empezó a iluminarse de una extraña luz blanca acompañado con un gran ruido chillante… Él cerró sus ojos y tapó sus oídos… Poco a poco el ruido fue desapareciendo y con este la extraña luz… Destapó sus oídos y abrió sus ojos, estaba flotando en lo que era una dimensión totalmente nueva…

Empezó a recorrer un largo camino que estaba frente él, este camino lo llevo hasta una puerta que asomaba una luz blanca, al pasarla notó que todo era igual al lugar dónde vivía, solo que los colores eran mucho más metálicos y no había luz solar, sino que cada cosa tenía su propio brillo; Miró hacia arriba y se dio cuenta que las estrellas estaban mucho más cerca… a lo lejos lograba ver unos círculos, después de analizarlos bien llego a la conclusión de que podrían ser planetas. Estaba asustado, así que camino a la que parecía que podría ser la casa de su mejor amigo, al gritar varias veces su nombre salió un chico idéntico a su amigo, pero este no respondía a sus llamados. Su antiguo amigo irradiaba felicidad y confianza, estaba parecía más un psicópata loco y mal alineado, pero aun así él se sentía seguro, empezó a preguntarle sobre el lugar, en qué año estaban, quería que le contara todo. Él chico se comportó de lo más amable y lo invitó a pasar. Lo primero que le dijo fue que no le llamase Iván, qué él se llamaba Jhael. Jhael le enseñó ese nuevo mundo… Él quedó maravillado, tanto, que quería quedarse ahí para siempre.

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