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En Stereo


Enviado por   •  4 de Agosto de 2013  •  1.305 Palabras (6 Páginas)  •  267 Visitas

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En Stereo

Alguien me ha dicho que la soledad se esconde tras tus ojos, y que tu blusa

adora sentimientos que respiras. Tenés que comprender que no puse tus miedos

donde están guardados, y que no podré quitártelos si al hacerlo me

desgarras. No quiero soñar mil veces las mismas cosas, ni contemplarlas

sabiamente, quiero que me trates suavemente. (Trátame suavemente)

-¿Y yo cómo sé que es verdad? –dice ella.

-Vas a tener que confiar en mí solamente.

-No es suficiente, M.

-Te amo, confía en mí, el tiempo me va a dar la razón, no te voy a fallar,

ya verás.

-No confío en nadie, no quiero que nadie me haga daño, es mi mecanismo de

defensa, lo siento.

-Sólo hazme un espacio chiquito aquí – y señala el corazón de ella- ponme si

quieres en el sótano de tu corazón, verás cómo logro subir.

-Para ti es fácil decirlo, pero no quiero que nadie me haga llorar de nuevo

¿entiendes?.

-Si algún día te hago llorar que me caigan todas las maldiciones del mundo,

que me caigan mil rayos, dos mil tornados y todos los aviones Mirages de la

Fuerza Aérea.

-Ja, no pues, así no se vale, si los aviones de la Fuerza Aérea se andan

cayendo a cada rato.

-Entonces… ¿puede ser? ¿puedes confiar un cachito en mí?

-No sé, M, no sé…

-Mira, siente mi corazón –él coge la mano de ella y la mete por debajo de su

camisa.

Ella siente un papel que se desprende del pecho de M

-Sácalo -la anima.

Entonces ella se da cuenta que es un papel recortado en forma de corazón que

estaba pegado en el pecho de M y que dentro estaba escrito su nombre.

-¿Ves?, mi corazón tiene escrito tu nombre, ¿y no me vas a conceder el

derecho a la duda al menos? –dice él.

Ella cierra los ojos, lo niega con la cabeza, pero el gesto de M ya ha

abierto una rendijita.

…Estamos al borde la cornisa, casi a punto de caer, no sientes miedo, sigues

sonriendo, sé que te excita pensar hasta dónde llegaré, difícil de creer,

creo que nunca lo podré saber, sólo así yo te veré, a través de mi persiana

americana. (Persiana Americana)

Entonces, quién va primero, pregunta ella. Primero las damas, dice él. Ella

mete la mano a su bolso de Hello Kitty y saca una cajita. Con la punta de

los dedos coge una piedrita del tamaño de un frijol y la coloca sobre la

mesa. Esta piedrita la recogí cuando fui a Cuzco, cuando estuve en

Sacsayhuamán. Me gustó mucho porque es moradita y me pareció bonita, y

además estaba tan sola entre otras piedras feas que la recogí. Es para ti,

te la regalo, dice ella. M abre su mochila, saca un libro (la primera

edición de El amor en los tiempos del cólera), lo abre, y de entre sus

páginas coge algo tan transparente y frágil que apenas se puede ver: es una

pluma pequeña. La pone sobre la mesa, al lado de la piedrita de

Sacsayhuamán. Se le cayó a un ángel, dice, y yo la tomé para ti, para otro

ángel. A ella se le llenan los ojos de alegría, y de amor. ¿Quieres ser mi

esposa?, dice él. La pregunta la toma por sorpresa. Más te vale que

respondas rápido porque el ángel anda buscando su pluma y no puede volar

para regresar al cielo, dice él. Ella responde con la única respuesta que

puede dar una mujer enamorada. Entonces hasta que la muerte nos separe, dice

M. Hasta el amor en los tiempos del cólera -dice ella- señalando el libro de

M, y porque nunca me des cólera en los tiempos del amor, agrega. Ambos

sonrieron, pidieron más cerveza y canchita para celebrar su unión.

…Me verás caer como una flecha salvaje, me verás caer entre vuelos fugaces,

Buenos

...

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