En el México

En el México de hoy la participación social se centra principalmente en organizaciones buscando con ello la democracia en condiciones necesarias y propias para el buen ejercicio de la misma. Es por ello que en un borde democrático se busca que el ciudadano sea el que participe y haga funcionar su derecho que al mismo tiempo es su obligación, tanto de participar y transformar al Estado, que compone a los subgrupos de la población (gobierno y los partidos políticos).

Siempre se busca una dinámica social activa constituida por el Estado y los ciudadanos, esperando así equilibrar la balanza o utilizar el esquema del iceberg; es por ello que grupos sociales como los partidos políticos cuentas con altas expectativas por parte de los ciudadanos que confían su voto en ellos, pero siempre queda en un “soñar” con elegir al mejor representante. Y no es porque el mexicano no tenga una cultura política activa sino que al observar todos los déficits y malos gobiernos no la pone en práctica, por ello esta es pobre. Si bien la práctica de esta cultura es un aprendizaje depende por mucho del ciudadano, si aprendemos desde pequeños a participar y evitar la ignorancia en temas de transcendencia, podemos construir una mejor institución.

Pero si continuamos con el poco interés por parte el ciudadano este aprendizaje propuesto como tal jamás se llevara a cabo, por eso la participación social y política penden de un hilo, puesto que no ejercemos tanto nuestra obligación como nuestro derecho.

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