Enclave minero de Honduras.

EL ENCLAVE MINERO EN HONDURAS

El capital extranjero vino a Honduras en primer lugar a la minería. Entre 1882 y 1915 se otorgaron 276 concesiones en el país; para su explotación se organizan compañías norteamericanas, británicas y nacionales; en las norteamericanas suelen participar nacionales.

Marco Aurelio Soto y Enrique Gutiérrez, uno de sus ministros, son propietarios de las minas ¨El Rosario¨ y asociados minoritariamente al capital extranjero, organizan la empresa Rosario Mining Company, que pronto es la hegemónica y que subsiste hasta el día de hoy.

Abelardo Zelaya, otros de los ministros de Soto, y Luis Bogran, se asocian con capitales de New York y Chicago y forman varias compañías.

En todo caso los capitales hondureños son minoritarios. La Rosario Mining Company acapara rápidamente las concesiones más ricas y llega a explotar cerca del 90 del total del mineral embarcado.

En Estados Unidos se organizó el Central American Syndicate Company, en donde se hallaban representados los empresarios norteamericanos interesados en concesiones mineros, proyectos ferrocarrileros y operaciones similares que se pudieran realizar en Honduras.

La minería fue extraordinariamente importante para el país en las dos décadas finales del siglo XIX, donde representa como promedio el 50% de las exportaciones; es de 50%, la Rosario acapara, como ya dijimos, el 90%, es decir, el 45% del total de la exportación del país está en manos de una solo empresa extranjera.

Las extraordinarias condiciones de las concesiones mineras determinaran que muy poco de las riquezas producida quede en el país, más allá de los bajos sueldos de algunos centenares de obreros y de pequeñas obras en su beneficio, la minoría no deja casi nada.

El Gobierno en cambio debe, entre otras cosas, construir la carretera del Sur que las zonas mineras del Centro con el Golfo de Fonseca, para permitir la introducción de maquinarias y equipo pesado y dar salida a la exportación de mineral. Las comunicaciones fueron una preocupación permanente de los gobiernos liberal-reformadores.

El efecto de la minería desnacionalizada no fue muy importante, ni a nivel de los ingresos estatales, ni los ingresos salariales, ni en cuanto a repercusión sobre otros rubros económicos, pues se desarrolló en los términos del enclave económico.

Mina de San Juancito

Promover la industria extractiva era parte del programa. La minería fue uno de los pilares de la reforma liberal mexicana.  Se guardaba memoria de la riqueza mineral hondureña, explotada en tiempos de la colonia. Entre 1880 y 1890 no menos de cien denuncios de minas fueron hechos ante el registro de la propiedad en Honduras.

En Honduras no se tenía ni los capitales ni los conocimientos tecnológicos adecuados para esta moderna minería de fin del siglo necesitaba del capital, la tecnología, y la gestión empresarial de compañías extranjeras.

El potencial minero está formado por depósitos de oro, plata, zinc, antimonio, cadmio, hierro, cobre, mercurio, titanio, carbón, yeso, caliza, ópalo, arcilla, salicinas, mármol, canteras de grava.

Los inversionistas procedían de Suiza, Francia, Inglaterra, Estados Unidos; los riesgos del negocio pasaron su factura y en una década menos de diez explotaciones mineras estaban respondiendo a las expectativas.

En un país con pocos suelos de vocación agrícola ameritaba volver a probar fortuna en este otrora tradicional negocio.

Los socios hondureños se incorporaron al negocio, usualmente por su condición de dueños de las propiedades en donde las minas se encontraban.

Una de ellas, en Yuscarán, la de los suizos Hermanos Zurcher, en combinación con la rica familia local de los Fortín. El capitalismo, por otra parte, ya evidenciaba su tendencia a eliminar la competencia y reducirse a monopolios. El negocio minero que durante esa primera década llegó a  convertirse en "la Mina" por excelencia, en uno de los negocios más rentables de toda Latinoamérica y en prototipo de un enclave fue la Rosario Mining Company, establecida en San Juancito.

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