Entorno Sociopolítico Y Económico De México

Manuel Ávila Camacho

y el Partido Revolucionario

Institucional

Al finalizar el periodo cardenista, la Presidencia de

la República era la pieza central del sistema político

mexicano, las decisiones políticas giraban alrededor

del Ejecutivo y su predominio sobre los otros poderes

de la Unión resultaba evidente. Es en este contexto

que el candidato oficial del Partido de la Revolución

Mexicana (PRM), el General Manuel Ávila Camacho, es

electo para gobernar durante el periodo 1940-1946.

A diferencia de Lázaro Cárdenas, en primera instancia

el nuevo mandatario decide suprimir del PRM la

presencia del sector militar, con el interés de mostrar

la profesionalización alcanzada por el ejército revolucionario

y su subordinación institucional al jefe del

poder Ejecutivo. Hacia el final de su periodo (1946),

el PRM se reestructura y cambia para crear el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Dicha transformación

respondió al argumento de sus dirigentes para lograr la institucionalización de la Revolución Mexicana.

A pesar de que los estatutos y programas tuvieron modificaciones interesantes, la realidad es que en la práctica

resultaron pocos los cambios. Si bien cuenta con nuevas siglas, no logró renovar su naturaleza ni su amplio

dominio sobre la vida política del país.

En este sentido, Daniel Cosío Villegas (Cosío, 1981, p.116) señaló en su oportunidad que, desde entonces,

dos figuras configuraron la política mexicana: por una parte, el presidente de la República, quien posee amplias

facultades procedentes de la ley y de una serie de circunstancias del más variado carácter, por ejemplo, las

facultades y omisiones de la Constitución de 1917, o la ubicación geográfica de los poderes federales, ya que

al concentrase en la Ciudad de México, en el marco del desarrollo económico, la mayoría de las importaciones

requiere de un permiso especial de una dependencia directa del Ejecutivo. Por otro lado, el partido oficial.

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