Epoca Precolombina
tepoxcalli23 de Abril de 2013
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Época Precolombina
La historia de la época precolombina de México se conoce básicamente por el trabajo de los arqueólogos, pues no se dispone de fuentes escritas que permitan con detalle el desarrollo de los pueblos que habitaron el territorio que hoy se conoce como México durante el periodo que va desde la llegada de los seres humanos a estas tierras hasta la conquista española en el siglo XVI. Es excepcional el caso de los mayas del Período Clásico, y los mixtecos y mexicas del Período Posclásico, pues se cuenta con documentos sobre esas culturas, aunque sólo hasta fechas muy recientes se ha podido descifrar su contenido.
Poblamiento de América
Existen varias hipótesis acerca del poblamiento de América. La más aceptada de ellas la atribuye a las migraciones de pueblos paleomongoles que habitaban en Siberia antes de las glaciaciones. Cuando éstas ocurrieron, en el actual estrecho de Bering debió emerger un puente de tierra entre América y Asia debido al descenso en el nivel del mar. Siguiendo esta teoría, es posible que grupos de cazadores hayan llegado a América del Norte siguiendo a sus presas. Cuando concluyó la era glacial (muchos siglos después), los cazadores quedaron atrapados en el nuevo continente y fueron remontando estas tierras, en dirección hacia el sur.
Quizá un argumento para considerar otra posibilidad para el poblamiento de América es el hallazgo de restos humanos en La Toca, Brasil, fechados en 45 mil años aC, en tanto que los restos encontrados en American Falls, Estados Unidos, tienen unos dos mil años menos. De hecho otras teorías plantean la posibilidad de un poblamiento múltiple, desde África, Asia y Polinesia.
La Etapa Lítica
Los arqueólogos consideran que este amplio periodo de la prehistoria mexicana comienza con la llegada de los primeros seres humanos al territorio de lo que hoy se considera México. La conclusión de esta etapa varía de acuerdo con la región cultural que se trate, más temprana para Mesoamérica y más tardía para Aridoamérica. A lo largo de este vasto periodo, los grupos originales de cazadores y recolectores nómadas fueron evolucionando hacia formaciones sociales sedentarias dedicadas a la agricultura (en las zonas donde el medio lo permitía).
La Etapa Lítica adquiere su nombre de la gran cantidad de instrumentos fabricados con piedra datados de este tiempo. Esto no quiere decir que fuera el único material que aquellos grupos humanos conocieron, sino que éste fue el que mejor resistió el paso del tiempo. En ciertos autores, se la denomina como periodo Precerámico, pues consideran que la alfarería es una característica definitoria de las sociedades agrícolas.
Se subdivide en cuatro grandes periodos:
Arqueolítico: Va del 30.000 adC hasta el 9.500 adC. Se caracteriza por la elaboración de instrumentos en una tradición tecnológica incipiente, con ausencia de puntas de flecha. La tecnología lítica de este periodo estaba orientada más hacia el aprovechamiento de especies menores y el procesamiento de vegetales. Los sitios arqueológicos más representativos de este tiempo son Laguna Chapala, en Baja California; El Cedral, San Luis Potosí (el sitio más antiguo del que se tenga noticia); y Tlapacoya, Estado de México.
Cenolítico Inferior: Va desde el 9.500 adC al 7.000 adC. Es un periodo caracterizado por un cambio climático que motiva la transformación de las pautas de explotación del medio, la organización social y la tecnología. Uno de los elementos más distintivos de la tecnología de este periodo son las puntas Clovis, que han sido encontradas sobre todo en el norte de Sonora y en el valle de Tlaxcala. También se desarrollaron las tradiciones Folsom --en el desierto de Chihuahua y Tamaulipas-- y la tradición Paiján, en el sureste.
Cenolítico Superior: Este período inicia en el año 7.000 adC, pero su conclusión depende del área cultural en cuestión. En Mesoamérica y Aridoamérica, concluye con el desarrollo de las culturas agrícolas del Golfo, Oaxaca y Valle de México (hecho que define las diferencias entre ambas regiones); y en Oasisamérica, concluye con la consolidación de esta zona como un área cultural autónoma, aproximadamente hacia el año 100.
Para estas fechas, los grandes mamíferos, que eran base de la subsistencia de aquellos pueblos, habían sido extinguidos. Por ello, la economía se reorientó hacia la recolección y la caza menor. La consecuencia de este cambio en el modo de subsistencia propició el desarrollo de tecnologías destinadas al procesamiento de los vegetales (algunos instrumentos inventados en esta época, como el molcajete y el metate siguen en uso en muchas partes de México). Aunque el esquema de la explotación de recursos era similar para todas las regiones, se observa un proceso de diversificación cultural que dio origen a las culturas del desierto mexicano:
San Dieguito (Baja California)
Comondú (Baja California Sur)
Cochise (Sonora y Chihuahua)
Las Nieves (Coahuila y Chihuahua)
Jora-Mairán (Coahuila)
Caracoles y Las Chivas (Durango y Zacatecas)
Tradición de México Central
Las tradiciones culturales del Cenolítico Superior incorporaron el uso de fibras para cordelería, textiles y cestería. Sus patrones de residencia son más complejos que en periodos anteriores.
Protoneolítico: Se traslapa en el tiempo con el período anterior, pues va del año 5.000 adC al 2.500 adC, y está relacionado con el desarrollo de una agricultura incipiente en ciertas áreas de México, especialmente en el valle de Tehuacán, la zona Occidente de Jalisco y la región Cuenca del Balsas, donde algunos autores consideran que tuvo lugar la domesticación del maíz. Esta revolución tecnológica propició el desarrollo de nuevos instrumentos, con un mejor acabado respecto a los anteriores, en virtud de un mayor dominio de las técnicas de labrado de piedra. a lo largo de este periodo, la agricultura se convertirá poco a poco en el principal medio de subsistencia para el área mesoamericana, con lo cual, la historia precolombina de México seguiría caminos diferentes entre Mesoamérica y Aridoamérica
.
El descubrimiento de la agricultura mesoamericana (8.000-5.000 adC)
Diversas especies de maíz criollo. En los últimos años, las investigaciones arqueológicas en Sudamérica ponen en duda el origen mesoamericano del maíz. [1]. Sin embargo, para efectos de la comprensión de la historia de la región, el desarrollo de la agricultura del maíz sigue siendo un hito importante, sea cual sea su origen.
Las razones por las cuales ocurrió la transición entre las sociedades de recolectores-cazadores y las agrícolas sedentarias no han sido bien establecidas. Algunos autores señalan que probablemente se debió a la incapacidad del sistema económico de apropiación directa de los recursos naturales para sustentar a la creciente población. Sin embargo, no se han encontrado indicios de un aumento importante de la población al inicio del periodo protoneolítico.
Lo que se sabe es que en ciertas regiones de la futura Mesoamérica, e incluso en el desierto tamaulipeco, se han localizado puntos de ocupación prolongada por milenios; algunos de los cuáles están relacionados con el desarrollo de ciertos cultivos. Por lo tanto, el descubrimiento de la agricultura en México debió ocurrir en varios núcleos, a partir de los cuáles se difundió a otras regiones.
Los cultivos más antiguos de México debieron ser el guaje y la calabaza, cuyos restos más antiguos datan del final del periodo Cenolítico Superior. Más tarde se domesticaron fríjol, maíz, maguey, nopal, yuca, jitomate, aguacate, amaranto, chile, zapote, ciruela y algodón. Tiene especial importancia la agricultura del maíz, base de la civilización mesoamericana. Nuevos fechamientos de los restos encontrados en Coxcatlán y Las Abejas, en el valle de Tehuacán, ubican en el año 3000 adC, y apuntan a que el proceso que llevó a la creación de la especie Zea mays, a partir de Zea mexicana (teocintle), debió ocurrir en la cuenca de México. Incluso, desde hace tiempo se disputa el origen del maíz, al cuál ciertos investigadores conceden un origen andino.
Aridoamérica
El desarrollo de las culturas agrícolas de Mesoamérica es tomada como el hito histórico que marca la separación de esta superárea cultural con respecto a Aridoamérica, ocupada por pueblos cazadores-recolectores nómadas. Esto, como se expuso en el apartado anterior, ocurrió aproximadamente en el año 2.500 aC
.
El primero que empleó este término fue Paul Kirchhoff en 1954. Para diferenciar a los áridoamericanos de otros pueblos vecinos como los mesoamericanos y los indios de las praderas, Kirchoff distinguió los caracteres económicos (pueblos dedicados a la recolección de vegetales que combinaban de modo secundario con caza) y patrones de residencia (poblaciones nómadas) peculiares de la superárea. Incluyó en ella, además, a los pueblos recolectores y pescadores que tenían una agricultura poco desarrollada (como los pueblos de la sierra de Tamaulipas).
El paisaje áridoamericano es sumamente variado. Se extiende por planicies, montañas muy escarpadas, costas
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