Estamentos Medievales

Los estamentos en la Edad Media. Características y funciones.

La Edad Media, también conocida como Medievo, es el periodo comprendido entre la caída del Imperio Romano de Occidente en el 476 d.C., y el descubrimiento de América en 1492 d.C., aunque algunos autores señalan que es más preciso y adecuado situar el fin del Medievo en 1456 d.C., año donde coinciden la caída del Imperio Bizantino, la invención de la imprenta y el fin de la Guerra de los Cien Años. A la transición entre la edad antigua y la edad media se le conoce como Antigüedad Tardía, y fue precisamente en este periodo cuando se establecieron las bases del sistema estamental que regiría estrictamente a la clases sociales durante el Medievo.

Los estamentos son un modelo de organización social que clasifica a los individuos de una sociedad desde el momento en el que nacen, esto de acuerdo al estamento al que perteneciesen sus padres. La justificación filosófica de este sistema se fundamentó en textos que fueron interpretados por el clero para darle sustento a la tripartición del estrato social, por ejemplo, con textos agustinianos, que apelaban a la búsqueda de una sociedad lo más parecida al ideal que representaba Dios mediante el cristianismo. Los estamentos, por lo tanto, prescribían las actividades a las que los miembros de determinado sector social podían dedicarse durante su vida, prohibiendo cualquier clase de movilidad entre clases sociales. Existían tres estamentos en la pirámide social. En la parte más alta estaba la nobleza o bellatore, enseguida estaba el clero u oratore, y en el fondo se encontraban los campesinos o laboratore. El sistema feudal, elemento fundamental de la sociedad medieval, estaba asentado por completo en los estamentos, cuyas cualidades esenciales permitían que los dos grupos superiores, o estamentos privilegiados, dominaran por encima del tercer estamento, o tercer estado, generando un sistema de privilegios para los estamentos superiores y propiciando una marcada desigualdad que solo afectaba a los laboratore.

Los bellatore, o nobles, eran uno de los estamentos más heterogéneos en su composición general, y a pesar de ser el grupo dominante, existía gran distancia en la jerarquía social entre el miembro más alto y el más bajo. En la punta estaba el rey, designado por Dios, quien detentaba el máximo poder sobre todos los demás miembros de la sociedad feudal. El resto de los miembros de la nobleza le juraban lealtad al rey mediante la ceremonia del homenaje, sellando así el contrato del vasallaje. A cambio de esta muestra de fidelidad, el rey les proporcionaba tierras a título vitalicio y hereditario, convirtiéndolos en señores feudales, que administraban las tierras que les habían sido encomendadas. Esto permitía que el rey afianzara o “domesticara” a los nobles que también buscaban más poder, reflejado en la cantidad de tierras y siervos bajo su dominio. El objetivo fundamental del vasallaje era garantizar un ejército bien preparado en tiempos de guerra, cosa muy frecuente, ya que los reinos estaban siempre intentando expandir sus dominios. Los miembros de la nobleza alta, además del rey, podían ser duques, barones, condes, etc. La nobleza baja variaba en cada región, pero generalmente se refería a miembros de cualidades y actividades similares, como infanzones o caballeros, que estaban dedicados a las actividades bélicas.

En España, en particular, el sistema estamental tuvo su fuerte en la nobleza. Debido a la constante necesidad de guerrear contra los invasores musulmanes la nobleza se volvió más flexible que en el resto de Europa, permitiendo que existieran caballeros villanos. Se consideraba caballero a cualquiera que tuviese los recursos suficientes para mantener un caballo y armamento adecuado para guerrear, cosa que un campesino común no podía lograr debido a que los caballos no eran útiles para las tareas del campo. Así, las familias del tercer estado que estuvieran mejor acomodadas y con los medios necesarios, tenían en la guerra un medio de promoción social, puesto que

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