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FRANCISCO DE ZURBARÁN


Enviado por   •  21 de Enero de 2014  •  2.284 Palabras (10 Páginas)  •  278 Visitas

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FRANCISCO DE ZURBARÁN

Catalina Maria Bagur Munar

GR1 - ESD

ÍNDICE

Vida y obra de Zurbarán

Comentario y análisis de una obra

Conclusión

Otras obras del autor

Bibliografía

Webgrafía

VIDA Y OBRA DE FRANCISCO DE ZURBARÁN

Francisco de Zurbarán nació en Extremadura en 1598, y fue uno de los pintores de Oro del Siglo de Oro español. Contemporáneo y amigo de Velázquez , Zurbarán destacó por sus cuadros religiosos y escenas de la vida monástica de la época. Artista de la Contrarreforma, en sus inicios tenía influencias caravagistas, pero su estilo evolucionó hasta acercarse más al manierismo italiano. Sus representaciones se alejan del realismo de Velázquez y su obra naturalista tenebrista, de una gran fuerza visual y un 1627 pintó su primera gran obra importante firmada y datada: la Crucifixión del oratorio de la sacristía del convento dominico sevillano de San Pablo el Real, para el que en 1626 había contratado la realización de veintiún cuadros en ocho meses.

En 1629 se puede apreciar en sus pinturas la fuerza realista propia de los mejores pintores españoles de la época, su sentido de la ordenación y de la monumentalidad; el fondo oscuro de sus cuadros subraya ya entonces la presencia volumétrica de las figuras. Ese año, ya reconocido como un reputado pintor, el Consejo Municipal de Sevilla le invitó a establecerse en la ciudad, librándole de pasar por el tradicional examen para ejercer su oficio. Lo cierto es que Zurbarán gozó de fama en su época, algo que propició que nunca le faltaran los encargos, en su mayoría grandes series pictóricas por parte de diferentes órdenes religiosas, como Nuestra Señora de la Defensión, la Cartuja de Jerez de la Frontera, la iglesia de San Román en Sevilla...

profundo misticismo, se caracteriza por los contrastes de luz y sombras, la sencillez compositiva, el realismo, el rigor en la concepción, exquisitez y ternura en los detalles, formas amplias y plenitud en los volúmenes, monumentalidad en las figuras y apasionamiento en los rostros.

Zurbarán se formó como pintor en Sevilla, que en el siglo XVII se convertiría en el principal foco pictórico de la época, en el taller de Pacheco, donde conoció a su amigo Velázquez.

Tras su formación contrajo matrimonio con María Páez y se trasladó a Extremadura, época durante la cual se desconocen sus obras, y en 1625 contrajo segundas nupcias con Beatriz Morales.

Los conventos fueron los grandes mecenas de los pintores, de ahí que en el caso de Zurbarán la mayor parte de su obra sea religiosa o destinada a mostrar la vida monástica. Dada la exigencia de dichos mecenas, Zurbarán, por medio de un contrato, se comprometió a aceptar el que le fueran devueltos todos aquellos cuadros que no fueran del agrado de los religiosos. Dado que Zurbarán fue el primero en iniciar esta nueva andadura, pasó a la historia recordado como el "pintor de los monjes".

En

Entre 1630 y 1639 se sitúa la etapa más fecunda de la obra de este artista, que abarca tanto naturalezas muertas como obras de tema religioso, llegando a exportar sus obras a América del Sur.

Llamado a Madrid en 1634, participó en la decoración del salón de Reinos del Buen Retiro, donde se enfrentó al tema mitológico, no saliendo demasiado airoso de esta prueba; además, durante este período y al igual que su contemporáneo Velázquez, renunció al tenebrismo y encontró en el clasicismo toscano un estilo acorde con sus aspiraciones, en sus pinturas los cielos se hicieron más claros y los tonos menos contrastados.

En 1639 enviudó de nuevo, y en 1644 casó en terceras nupcias con la hija de un orfebre, Leonor de Tordera.

La década de 1640 fue la más fructífera de su obra, realizando varias pinturas para el monarca Felipe IV, por lo que firmó alguna vez como pintor del Rey . En la siguiente década, en cambio, se inició su declive, pues no recibía tantos encargos como en épocas anteriores, tal vez debido al nuevo estilo orientado al pleno barrocode un cada vez más apreciado Murillo, que se iba imponiendo poco a poco, aunque Francisco siguió realizando muy buenas obras.

En 1650 pintó la Anunciación para el conde de Peñaranda; muestra aquí un nuevo estilo, en el que el uso del difuminado intenta atenuar la rigidez de las formas. En su Inmaculada Concepción niña(1656) se detecta además una clara influencia de Guido Reni.

Finalmente, en 1658 decidió partir de nuevo a Madrid a ver a su amigo Velázquez, instalándose de forma definitiva en esta ciudad, donde una década después y rodeado de estrecheces económicas, murió en el año 1664, pobre y olvidado. Las obras de Caravaggio, José Ribera y Diego Velázquez ejercen una clara influencia en Zurbarán. Al final de su carrera artística también le influyó el estilo más tierno y vaporoso de Bartolomé Esteban Murillo y el del italiano Guido Reni, aunque en menor medida. Su obra adeuda los contrastes tenebristas de Ribera, protagonizados por una tendencia naturalista típica de la época, algo que se aprecia excepcionalmente bien en sus sencillas y táctiles naturalezas muerta.

Aunque Zurbarán pinta historias e imágenes religiosas aisladas, sus obras principales son retablos y series de lienzos para conventos , entre los cuales podemos destacar San Hugo en el refectorio de los Cartujos (Museo de Bellas Artes, Sevilla). Junto a estos encargos realiza obras más mundanas, por la riqueza de sus vestiduras, en las que representa a santos, como Santa Casilda (Museo del Prado) y Santa Margarita (National Gallery, Londres) o vírgenes, como La virgen niña dormida (Colección Banco Santander). Zurbarán sentía a título personal una gran predilección por los San Franciscos, ya estuviera meditando, rezando, con calaveras o muerto,

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