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Fuerza Productiva


Enviado por   •  4 de Marzo de 2014  •  6.174 Palabras (25 Páginas)  •  581 Visitas

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LAS FUERZAS PRODUCTIVAS

• Las fuerzas productivas.

• Socialización de las fuerzas productivas.

• Contradicción fuerzas productivas / relaciones de producción en el capitalismo.

• Correspondencia y no correspondencia entre fuerzas productivas y relaciones sociales de producción.

• El papel de la ciencia en el desarrollo de las fuerzas productivas.

1. LAS FUERZAS PRODUCTIVAS

En los capítulos anteriores hemos estudiado los elementos del proceso de trabajo y hemos visto que los medios de trabajo son los elementos determinantes de este proceso, aquellos que determinan la forma en que se va a producir y, por lo tanto, el tipo de relaciones técnicas que se pueden establecer entre los trabajadores y los medios de producción. Hemos visto, además, cómo estas relaciones técnicas están sobre determinadas por las relaciones sociales de producción. Y todo esto nos ha servido para comprender uno de los conceptos fundamentales del marxismo, el concepto de relaciones de producción.

Ahora debemos examinar otro concepto fundamental: el concepto de fuerzas productivas.

Marx nos dice en el Prólogo a la contribución a la crítica de la economía política:

En la producción social de su existencia, los hombres establecen determinadas relaciones, necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a un determinado estadio evolutivo de sus FUERZAS PRODUCTIVAS materiales [...] En un estadio determinado de su desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes [...] ¿Qué entender entonces por fuerzas productivas? Las fuerzas productivas no serían aparentemente sino los elementos del proceso de trabajo considerados desde el punto de vista de su potencialidad productiva, especialmente la fuerza de trabajo y el medio de trabajo.

Sin embargo, para dar cuenta de las fuerzas productivas propiamente tales no es posible examinar los elementos del proceso de trabajo en forma aislada.

Cuando Marx estudia la manufactura, por ejemplo, nos muestra cómo la división técnica del trabajo dentro de ella y las formas de trabajo colectivo que allí se establecen no sólo aumentan las fuerzas productivas individuales, sino que producen fuerzas productivas nuevas que no se limitan a ser una simple suma de las fuerzas que allí se combinan.

El solo hecho de que los obreros trabajen en un local común, aunque sólo sea bajo formas de cooperación simple, aumenta la productividad de la fuerza de trabajo al desarrollar el espíritu de competencia entre los diferentes trabajadores. Luego, cuando se establecen formas de cooperación compleja, la especialización de los obreros en diferentes tareas y la coordinación del conjunto de ellas en un solo trabajador colectivo producen un aumento notable de las fuerzas productivas de ese grupo de trabajadores. La diferencia entre la suma de las fuerzas productivas individuales y la fuerza productiva del trabajador colectivo es cada vez mayor. Nace así una fuerza productiva nueva que, bajo las condiciones capitalistas de producción, pasa a ser propiedad del capitalista sin que éste tenga que pagar por ella la más mínima cantidad de dinero.

Después de lo dicho anteriormente, podemos comprender por qué sostenemos que para dar cuenta de las fuerzas productivas reales no podemos pensar en los elementos aislados unos de otros.

Ahora bien, el factor decisivo en hacer que los elementos potencialmente productivos pasen a tener una productividad real es la fuerza de trabajo del hombre. Él es el único que puede poner en acción los medios de producción. Sin el trabajo del hombre, los medios de producción sólo tienen un carácter potencialmente productivo. Por eso Marx, al pensar en el desarrollo de las fuerzas productivas, piensa en la forma en que la productividad del trabajo humano aumenta al utilizar talo cual medio de' producción.

Después de lo dicho anteriormente pensamos que deberíamos distinguir entre fuerzas productivas potenciales, que serían los elementos del proceso de trabajo considerados en forma aislada, y fuerzas productivas propiamente dichas, que serían aquellas que nacen de una combinación históricamente determinada de estos elementos.

Creemos que es en este sentido en el que puede interpretarse el siguiente texto de Marx:

Sean cuales fueren las formas sociales de la producción, sus factores son siempre los trabajadores y los medios de producción. Pero unos y otros sólo lo son potencialmente si están separados. Para que se produzca, en general, deben combinarse. La forma especial en que se lleva a cabo esta combinación distingue las diferentes épocas económicas de la estructura social.

Ahora bien, estas distintas combinaciones producen diferentes resultados productivos, los que pueden medirse por el grado de productividad del trabajo.

Las fuerzas productivas de una sociedad crecen, se desarrollan, se perfeccionan, en el transcurso de la historia. Y este desarrollo está determinado, fundamentalmente, por el grado de desarrollo de los medios de trabajo.

El paso de los instrumentos de piedra a los instrumentos de metal permite, por ejemplo, un aumento importante de la productividad del trabajo en los pueblos primitivos, aumentando así el desarrollo de las fuerzas productivas.

Lo mismo ocurre con la introducción de la máquina-herramienta en la producción capitalista. El grado de desarrollo de las fuerzas productivas crece, desde entonces, en una forma vertiginosa.

Ahora bien, es importante señalar que el ritmo y carácter que toma este desarrollo de las fuerzas productivas depende en forma directa de la naturaleza de las relaciones de producción bajo las cuales se desarrolla el proceso de trabajo.

Es la forma capitalista de acumulación propia de la etapa premonopolista la que produce la integración masiva de la máquina-herramienta en el proceso de producción, dando a través de ello un gran impulso al desarrollo de las fuerzas productivas en este modo de producción.

Sin embargo, este mismo proceso de acumulación es el que, posteriormente, en la etapa monopolista, tiende a frenar el desarrollo de las fuerzas productivas, como lo veremos más adelante.

El desarrollo de las fuerzas productivas no es, por lo tanto, un desarrollo

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