Guerra De Las Galias

Comentarios de la Guerra de las Galias .

Julio Cesar.

Julio César, en su singular Comentarios sobre la Guerra de las Galias, describe como militar y político el mundo que hereda Roma, y da las bases para el trabajo étnico que posteriormente refiere los caracteres psíquicos de los pueblos europeos, que elabora años más tarde Galo Trogo: los galos sobresalen por su ferocidad, los iberos por su fidelidad al jefe; los belgas por su valentía y los godos por su enérgica disciplina militar.

Escrita en tercera persona con prosa clara y fluida, César se muestra en ella como un hábil propagandista de su comportamiento y actuación como jefe; pero a pesar del subjetivismo de la obra, es una fuente importantísima para conocer ese episodio histórico y, en general, la época en que vivió Julio César. La sociedad en Galia estaba organizada en dos estados de personas; por un lado estaban los druidas que eran quienes se dedicaban al supuesto cultivo de lo divino, además de actuar como jueces por decirlo de una manera ya que estos estaban autorizados para emitir castigos y sacrificios según estimasen conveniente, buscaban también solución a los conflictos de carácter privado ya fuesen en materias de herencias o tierras, estos tenían el poder de excomulgar a quienes no cumplieran con sus sentencias. Los galos debe decirse que tenían una especial veneración principalmente al dios Mercurio. Son hay) muchísimas efigies de éste: consideran a este inventor de todas las artes, juzgan a éste guía de los caminos y de los viajes, juzgan que éste tiene la máxima fuerza para que las adquisiciones de dinero y para las de mercancías.Después de éste (veneran) a Apolo, a Marte a Júpiter y a Minerva. Tienen casi la misma opinión sobre éstos que las restantes naciones: que Apolo expulsa las enfermedades, que Minerva transmite los principios de los trabajos y de los artificios, que Júpiter tiene el imperio de las cosas celestes, que Marte rige las guerras.Todos los Galos se dicen descendientes del padre Dite (Plutón) dicen que esto ha sido transmitido por los druidas. Por esta causa delimita los espacios de todo el tiempo, no por el número de días sino por el numero de las noches; guardan los días natales y los comienzos de los meses y de los años de tal modo que el día siga a la noche.

Las operaciones, dirigidas con gran energía en el año siguiente (simultaneadas con una nueva expedición transrenana contra los suevos) no logran conjurar la unánime sublevación de los galos, suscitada en el 52 y dirigida por Vercingetórix, rey de los arvernos. César, llegado rápidamente de Italia en pleno invierno, destruye Cena (Orléans) y Avaricum (Bourges) pero es rechazado de Gergovia, capital de Vercingetórix en las proximidades de Clermont-Ferrand. Hasta los leales eduos se sublevan y los ejércitos romanos se hallan en grave trance. Pero al fin,

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