Hegemonía De La Oligarquia
maria.carrasco.114 de Noviembre de 2013
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HEGEMONÍA DE LA OLIGARQUÍA
1.- HEGEMONÍA DEL PENSAMIENTO CONSERVADOR:
El espíritu conservador puede ser relacionado con los impulsos que se oponen al cambio, y con los esquemas de control que tratan de mantener el "Estatus quo”. El pensador conservador, está limitado por un esquema moral tradicional, definido por una sociedad y una jerarquía. Los cuales no autorizan hacer cambios en el contexto de los postulados filosóficos y morales. En este ambiente el espíritu innovador se ve erradicado, por la restricción y falta de espacio intelectual. Estas actitudes se deben a que ambos pensamientos: Liberal y conservador, cuentan con subproductos que los acompañan, a través del tiempo.
Los conservadores se ven corrompidos por la creencia, la superstición y la intolerancia. Y los liberales por la anarquía, la disolución y el libertinaje. Pero estos atributos no forman parte integral del pensamiento filosófico de ambas corrientes. Sino que son producto de la inseguridad e ignorancia de quienes las promueven. Por lo que estas apreciaciones son limitadas.
La realidad es que tanto el pensamiento como la praxis liberal y la conservadora, forman parte de una misma idea. Que ambas corrientes no son solo necesarias, sino indispensables para la persistencia de la sociedad. La acción liberal busca el cambio, la innovación y el movimiento. Por otro lado la acción conservadora apoya lo estático, lo reglamentado y lo permanente. Una sociedad exitosa es aquella que se mueve con orientación y con velocidad regulada.
La hegemonía conservadora se inició en 1886 con el establecimiento de la Regeneración y se extendió hasta 1930. Durante este periodo, los liberales fueron excluidos gradualmente del gobierno y aparecieron en escena sectores sociales como los obreros.
En los últimos treinta años el pensamiento neoconservador ha influido decisivamente en la política interna y externa de Estados Unidos. Y por difusión en el mundo entero. En América Latina no ha tenido seguidores teóricos importantes, pero su influencia práctica ha sido casi hegemónica.
Desintegración de la Obra Bolivariana: El Congreso Antibolivariano fue el organismo que enterró la inmortal obra libertadora de Simón Bolívar en 1830. Naciendo con esto la Cuarta República en los momentos en que el libertador se dirige a Santa Marta, donde muere tres meses después, envuelto en una serie de intrigas y conspiraciones que también llevaron a la muerte al Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre.
El líder de la conspiración contra Simón Bolívar fue José Antonio Páez. Una conspiración que la historia registrará con el nombre de “La Cosiata”, como una comunidad de conspiradores que traicionaron a Simón Bolívar a favor de los imperios ansiosos por explotar las riquezas del país: El 25 de noviembre de 1829 en el convento de San Francisco de Caracas, una conspiración de traidores y apátridas conspiró por la muerte de la Gran Colombia, por enterrar la Doctrina Bolivariana, y desterrar a Simón Bolívar de su patria natal.
Durante los 10 años de dictadura de Páez, la Venezuela Bolivariana entra en la desintegración, mediante el desarrollo de una crisis de valores morales, al momento de que el gobierno pone en práctica todos los males que trató de exterminar el Libertador: la corrupción, las cuotas políticas, la intervención extranjera, los sindicatos, los privilegios para la oligarquía, entre otros actos inmorales.
1.- HEGEMONÍA DEL PENSAMIENTO LIBERAL:
A mediados del siglo XIX, el desarrollo del constitucionalismo, la extensión del sufragio, la tolerancia frente a actitudes políticas diferentes, la disminución de la arbitrariedad gubernativa y las políticas que tendían a promover la felicidad hicieron que el pensamiento liberal ganara poderosos defensores en todo el mundo. En virtud de tos esto nace el liberalismo que era visto como el respeto a la pluralidad cultural, su énfasis en la igualdad de todos los ciudadanos y por su amplio sentido de sufragio.
Como así también el liberalismo, tiene su crisis respecto a la democracia y al desarrollo económico, esto le sería importante para su desarrollo posterior. Podemos ver como de cierta forma el liberalismo acepta algunos descuidos en el modelo, podemos mencionar entre algunos demócratas al escritor y filosofo Francés Jean-jaques Rousseau quien no era liberal, se oponía a la red de grupos privados voluntaristas que muchos liberales consideran esenciales para el movimiento.
Por otro lado. la mayor parte de los primeros liberales no eran demócratas, ni Locke, ni Voltaire creyeron en el sufragio universal y la mayor parte de los liberales del siglo XIX temían a la participación de las masas en la política, pues opinaban que las clases desfavorecidas no estaban interesadas en los valores fundamentales del liberalismo, es decir, que eran indiferentes a la libertad y hostiles a la expresión del pluralismo social. Muchos liberales se encargaron de preservar los valores individuales que se identificaban con una ordenación política y social aristocrática.
En el siglo XIX, gran parte de los logros liberales fueron desvirtuados por las poderosas y violentas corrientes de opinión antiliberal, ya no quiere oír del liberalismo, el término liberal fue objeto de condena por dondequiera. Los pocos liberales que quedaban en Gran Bretaña se clasificarían como socialistas moderados. El poder público se hallaba en manos de fuerzas antiliberales. Los programas de tales partidos desencadenaron, la primera guerra mundial.
El Federalismo: se puede definir como una sistema político que persigue que una entidad política u organización esté formada por distintos organismos (Estados, asociaciones, agrupaciones, sindicatos, etc.) que se asocian delegando algunas libertades o poderes propios a otro organismo superior, a quien pertenece la soberanía, (Estado federal o federación) y que conservan una cierta autonomía, ya que algunas competencias les pertenecen exclusivamente.
El federalismo simétrico está basado en la igualdad de competencias para cada entidad regional, es decir, cada territorio tendría los mismos poderes. También dispone de un Estado en el que habría uno o varios territorios con más atribuciones que el resto, este caso se da normalmente en países multiculturales para reconocer las diferencias de una región con respecto a las demás.
En tal sentido, podemos decir que la esencia del federalismo está en la creación y de instituciones y procesos que permitan alcanzar una unidad política que acomode y aumente la diversidad durante la solución de los problemas de la vida diaria, en los cuales la democracia, entendida como un gobierno del pueblo, signifique "autogobierno".
El federalismo ofrece solución a los problemas de las divisiones étnicas, religiosas, sociales; es una respuesta a las divisiones políticas y sociales en ecologías humanas específicas que implica el reconocimiento de que los intereses y valores en conflicto siempre están latentes, y que dicho conflicto es normal. El objeto del federalismo de reconciliar unidad con diversidad puede ser idealista, pero es una realidad inevitable: las naciones o estado como autoridades "soberanas" y unitarias no pueden gobernar con eficiencia a las sociedades complejas y diversas. Éstas requieren sistemas flexibles y dinámicos de gobierno.
Pensamiento Antioligárquico de Ezequiel Zamora: Fue un militar y político venezolano, uno de los principales protagonistas de la Guerra Federal (1859-1863), líder radical que propugnaba una extensa reforma agraria a favor de los campesinos. Nació en Cúa, el 1 de febrero de 1817. Sus padres fueron Alejandro Zamora y Paula Correa, modestos tenderos pertenecientes al estrato de los "blancos de orilla" y forman parte de las categorías económicas socialmente oprimidas. Por esta razón, en sus ideologías están libres de ideas despreciativas hacía la población de color. Durante los primeros años de su niñez recibe la rudimentaria instrucción que podía brindarle una zona rural todavía convulsionada por las luchas independentistas. Su vida se caracterizó por estar teñida del espíritu romántico de los personajes liberales de su tiempo. Se unió a la causa liberal en la época de Antonio Leocadio Guzmán, fundador del partido liberal y adversario de la oligarquía terrateniente dirigida por José Antonio Páez.
Ezequiel Zamora se estableció en Villa de Cura, Estado Aragua, donde abrió una tienda de víveres, y pronto amplió el negocio con el comercio ganadero y agrícola, en las poblaciones vecinas de los Estados Guárico y Apure. La lucha por el poder dividió al grupo político dirigente del país, entre el oficialismo, agrupado en torno al general José Antonio Páez, y el liberalismo de Antonio Leocadio Guzmán, que fundó en 1840 el Partido Liberal y su vocero El Venezolano, a través del cual difundía las ideas liberales. Zamora se convirtió en dirigente regional del naciente partido, y en lector y difusor de la prensa de oposición. La crisis imperante se agudizó a partir de 1843, por lo que los alzamientos espontáneos de los campesinos llevarían a Zamora a asumir su liderazgo.
En 1846 encabezó un levantamiento en la localidad de Gumba, bajo las consignas de «tierra y hombres libres», respeto al campesino, eliminación de los godos y justa distribución de la riqueza, siendo conocido como «General del Pueblo Soberano». Al mando de un ejército campesino libró varios combates victoriosos; capturado, fue condenado a muerte pero se salvo al
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