Heinrich Wölfflin

Heinrich Wölfflin es conocido como un crítico e historiador del arte. En su primera tarea se encarga del análisis de la “forma visible”. Este análisis lo lleva a cabo desde la parte formal, desde la cual percibimos el cambio y la evolución de la misma; y desde el punto de vista del cambio de mentalidad de las épocas que es de gran importancia. Wölfflin utiliza la psicología neokantiana en su teoría sobre la forma visible y nos plantea el problema de como influye nuestra estructura física y psíquica en la percepción de las cosas del mundo exterior. que el cambio de estilo es causado por un cambio en la percepción empática del mundo.

En su libro Conceptos fundamentales de la historia del arte muestra por primera vez su método. Tenemos como centro de la investigación, el concepto de estilo, desde el punto de vista de lo individual (estilo personal del artista), lo nacional (la manera tradicional en que se realiza el arte en una región) y el de la época (la manera en que se da la representación en toda una época más allá de los artistas y sus regiones). El propio autor entiende por estilo individual la posibilidad de distinguir entre sí a los maestros, de reconocer su mano, se basa a la postre en que se reconoce la existencia de ciertas maneras típicas en el modo individual de expresar la forma… aunque obedezcan a la misma orientación del gusto… Este no se presenta de manera aislada si no que también hay un estilo grupal. Y en tercer lugar, podemos reconocer un estilo de la época: “Tiempos distintos traen artes distintos” El mejor ejemplo que tenemos de ello es el cambio de estilo del Renacimiento al Barroco.

A todo esto le falta añadirle la importancia que tiene el “modo de representación” como tal en su análisis.

Todo artista se halla con determinadas posibilidades “ópticas”, a las que se encuentra vinculado. No todo es posible en todos los tiempos. La capacidad de ver tiene también su historia, y el descubrimiento de esos “estratos ópticos” ha de considerarse como la tarea más elemental de la historia artística.

“No todo es posible en todos los tiempos”, y esta posibilidad depende del “esquema óptico” de cada época, tesis que ha hecho historia en la historia del arte, sustentada en lo que podríamos llamar una visión fisiológica de la misma. De manera independiente a la variación y diferencia en las obras de arte a lo largo del tiempo, lo realmente importante para su interpretación es un determinado esquema óptico, algo mucho más complejo que la evolución imitativa de la que hablábamos antes, y que condiciona todas las artes figurativas.

A pesar de las diferencias entre los elementos individuales y de grupo del estilo, considerados como condicionantes, la mayor importancia recae sobre la configuración -óptica de cada época. Según el autor, los estilos no deben compararse con un modelo exterior sino que deben ser considerados en sí mismos, las obras de arte han de valorarse en función de la propuesta de estilo o “configuración óptica” de su propio tiempo.

Por ello, las diferentes maneras de representación están directamente relacionadas con las distintas maneras de ver. Wölfflin sostiene que la visión es “configuradora

No existen unos estilos que sean mejores que otros, solo distintos, al igual que la forma de mirar es diferente en cada época. El barroco ya no se considera la decadencia del clasicismo sino otra manera de ver el mundo y de representarlo. Los juicios de valor solo pueden emitirse dentro de los límites de cada configuración óptica. Este principio de relatividad es una de las más importantes aportaciones de Wölfflin .

Al tener la forma la prioridad es la visión naturalista la que se cuestiona: la idea de la representación de lo recibido es mucho más importante que la observación directa y de tal idea derivará el aspecto formal de la obra. De esta manera también desaparece otro de los grandes prejuicios de la historia del arte: aquel que tachaba a los artistas como faltos de capacidad técnica o estética cuando sus obras de arte no poseían un estilo naturalista.

Para la realización del análisis de la evolución de los estilos desde el Renacimiento hasta el Barroco Wölfflin se basa cinco pares de conceptos contrapuestos que luego se convertirán en principios universales: la evolución de lo lineal a lo pictórico, de lo superficial a lo profundo, de la forma cerrada a la abierta, de lo múltiple a lo unitario, de la claridad absoluta a la relativa a los objetos. Inspirados en un interés histórico, ésto es,asimilar el cambio a través de la evolución de los estilos, el pasaje de una época a otra. Wölfflin renuncia a la documentación bibliográfica y formula verdaderas “categorías formales” basadas maneras de ver.

Gracias al empleo de estos conceptos se da cuenta de que existe una evolución progresiva e irreversible, es decir, de una sola dirección, de las leyes de visibilidad. De lo lineal a lo pictórico.

Podemos observar que en la evolución del Renacimiento al Barroco, el Renacimiento prefiere los valores lineales, de superficie, de forma cerrada, lo múltiple y la claridad. Todos estos parámetros aproximan a lo táctil como opuesto a lo óptico. En cambio, el Barroco prefiere lo pictórico, la profundidad, las formas abiertas, la unidad y lo indeterminado. Son las categorías visuales las que al determinar el modo de representación, determinan a su vez la producción y la interpretación de una obra.

Ordena y conceptúa la gran cantidad de hechos y datos que surgen en el estudio del arte y su evolución histórica. Wölfflin analiza la evolución de estilos desde Renacimiento al Barroco, que pone de manifiesto una evolución que se repite continuamente en la historia del arte. Después de un periodo clásico en la historia viene otro barroco. El Renacimiento se caracteriza por ser un arte que transmite un sentimiento de realajación y paz frente al Barroco que nos presenta una sensación más fuerte y violenta con la que pretende asombrar. Formula una serie de categorías formales, con el fin de estudiar las características y la evolución de los estilos, según una transformación personal de las formas de visión. La evolución de las formas artísticas se comporta de acuerdo con la el diálogo que se dispone entre cinco pares de conceptos contrapuestos que luego se convertirán en principios universales: la evolución de lo lineal a lo pictórico, de lo superficial a lo profundo, de la forma cerrada a la abierta, de lo múltiple a lo unitario, de la claridad absoluta a la relativa a los objetos. Inspirados en un interés histórico,

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