Herodoto.

Heródoto. Historia, Libros 1, 2, 3 y 4

El trabajo de Heródoto es un claro ejemplo del afán por conocer que tenían los griegos de su época, y que en general los caracterizaba. Aunque este no fuera propiamente de Grecia, sino de Halicarnaso, ciudad localizada al otro lado del mar Egeo, en la actual Turquía, se debe tener en cuenta que esta ciudad fue fundada por griegos que emigraron en busca de mejores lugares para asentarse. En su “Historia”, Heródoto toma como tema principal las guerras medicas, estos es, los conflictos entre griegos y el Imperio Persa, los cuales decide estudiar a fondo a partir de las causas, es por eso que para documentarse al respecto, recorre el mundo conocido de la época, esto es Asia Menor, Persia, Egipto, Grecia e Italia, ya que de un modo u otro, estos países fueron participes de la contienda bélica, llevándolo a profundizar en su investigación. Heródoto también demuestra la capacidad que poseía el hombre de su época para describir su entorno, lo que en muchas ocasiones lo lleva a relatar con base en narraciones de otros, para tratar de descubrir la verdad que esconden las cuestiones mitológicas y escribir lo que en realidad sucedió o lo que se deseaba significar.

Para empezar su “Historia”, Heródoto realiza una corta presentación personal, según él “para evitar que, con el tiempo, los hechos humanos queden en el olvido”, pero lo más lógico es que lo hiciera con el fin de ser reconocido y de esta forma acrecentar su fama; esta presentación es seguida de un preludio a anteriores encuentros entre griegos y barbaros, estos últimos eran considerados todos aquellos que no hablasen el griego, es decir los extranjeros. Los Lidios son con quienes inicia; principalmente aborda la historia de este pueblo, la cual la encauza en un solo hombre, Creso. Creso es un rey lidio Heródoto es pieza fundamental en el rompecabezas de las guerras medicas y lo presenta en un principio como un necio, que no supo contener sus ambiciones y que ocasiona el fin de su reino, pero que tras la derrota se convertirse en un consejero en la corte del rey Ciro. Por ello el otro hombre fundamental en el inicio de la obra de Heródoto es el rey Ciro, soberano persa que tenía bajo sus dominós una gran extensión de tierras, desde Cilicia y Media hasta el golfo pérsico y la India. La historia de Creso y Ciro es contada entre anécdotas y mitos, muchos de ellos moralistas, estilo propio de los griegos, incluso en el juicio de Creso, Ciro se muestra como alguien magnánimo, justo y sabio, para Heródoto solo alguien con esas cualidades podría mantenerse en el trono de un imperio tan extenso y complicado como lo fue el Imperio Persa, puesto que abarcaba un gran número de pueblos, todos con una cultura diferente, lenguaje diferente, religión diferente, etc.; en esta parte y en muchas otras, hay que tener en cuenta que Heródoto vivió en años posteriores a estos acontecimientos. Nace en el año 484 a.C. y muere en 425 a.C., y los hechos que narra en un principio son alrededor de 530 a.C., es decir casi un siglo de diferencia, es por eso que las notas iniciales son basadas en relatos de terceros, lo cual lo lleva a cometer errores y contradicciones.

Lo anterior es relatado en lo que se ha llamado libro primero, el cual tiene por nombre Clío, muy acertado, puesto que es el nombre de la musa de la historia, y siendo así, debe ser con fines dedicatorios puesto que para los griegos era muy importante tener las deidades a su favor cuando se iniciaba un trabajo. En toda la narración, Heródoto hace apuntes geográficos y etnográficos, no es lo fundamental de este libro, pero sabe que es necesario ubicar al lector, es por eso que se esmera en mencionar límites fronterizos, localización de ciudades, lugares donde se realizaron las batallas, y por supuesto, para hacer más interesante su relato, comenta sobre sus costumbres, nombra las deidades locales y los ritos que se practicaban, especialmente los oráculos, los cuales son muy mencionados, ya que eran consultados en tiempos de crisis o cuando se iniciaba un nuevo proceso. Cabe anotar, que en los relatos del primer libro, Heródoto menciona mucho las migraciones que realizaron los griegos en la antigüedad, de como estos enviaron colonos a las costas del mar Negro, las islas de Córcega y Cerdeña, el sur de Italia y Sicilia, así como del progreso que llevaban algunos de estos asentamientos. Finalizando el primer libro, dedica un aparte a un pueblo nómada llamado los Masagetas; comenta acerca de su pequeño encuentro belicoso con los persas que acabaría con la vida de Ciro y realiza un moderado estudio etnográfico de estos; y es aquí donde se hace una pausa en la historia, puesto que el sucesor de Ciro, Cambises, va a ser el encargado de expandir el impero y su primera campaña será la conquista de Egipto, es por eso que en el segundo libro de la “Historia”, llamado Euterpe musa de la música, está íntegramente dedicado a este país, su historia y cultura.

Para los griegos, Egipto ostentaba el origen del hombre, consideraban que ellos habían sido los primeros seres humanos en habitar la tierra, por ende eran concebidos como los pioneros en muchas técnicas y ritos; esta puede ser una razón por la cual Heródoto profundiza en la historia de estos, y con base a relatos y escritos proporcionados, principalmente por sacerdotes que habitaban en los templos de la época, narra la historia de los faraones más sobresalientes, ya fuesen por su magnanimidad o por su despotismo, aunque en ciertos casos llega a confundir las personalidades de ellos, lo más probable es que esto se deba a que las épocas a las que trata de remontarse, en cierto modo están olvidadas, generando una equivocación entre los faraones más antiguos con otros más recientes; pero no se debe olvidar que este error es propio de estos sacerdotes, quienes fueron los que proporcionaron la información a Heródoto. Asimismo otro punto importante son las ciudades que se mencionan, algunas de ellas fueron visitadas por el autor, y obtuvo información de primera mano, especialmente de los templos y

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