Hiistoria Militar

La estratagema, declara Arbona, es el hilo invisible que vincula las operaciones exitosas; es un arla invisible que produce resultados altamente visibles. Señalando que la naturaleza de la guerra no cambia a pesar de la evolución del material de guerra, Arbona presenta argumentos convincentes por qué la estratagema se considera como un arma decisiva y perdurable. Advierte que aquellos que no la entienden ni la utilizan eficazmente pueden caer en las trampas puestas por un enemigo más astuto.

En la llanura, dos ejércitos. Amanece. Ochenta mil legionarios romanos se aprestan a entablar combate contra un ejército invasor de cincuenta mil comandado por Aníbal, líder cartaginés. Es el 3 de agosto del año 216 antes de Cristo. Si bien la fecha no será fácilmente recordada, la batalla que está por ocurrir seguirá viva en la memoria de la historia por más de veinte siglos. A una señal, el Ejército romano se pone en marcha y avanza hacia las líneas enemigas. Poco pueden imaginarse los generales romanos que cada paso los aproxima más a la catástrofe: antes de que se ponga el sol en ese día sangriento, el Ejército romano será aniquilado. En cuestión de horas, más de cincuenta mil legionarios caerán en combate. El resto será capturado y pocos, muy pocos, escaparán ´para luchar otro día. Esta aplastante derrota quedará inscrita para siempre en los anales de la guerra: Cannas.

¿Qué ocurrió en Cannas? ¿Cómo fue posible que las veteranas legiones fueran no sólo derrotadas sino aniquiladas, ante un ejército inferior en número? LA respuesta se halla con Aníbal y en su hábil uso de un “arma secreta”. Cannas no sería ni la primera ni la última vez que Aníbal se impondría sobre los ejercicios de Roma; por más de una década sus estandartes campearían invictos a lo largo y a lo ancho de la Península Italiana.

En inferioridad numérica y operando siempre en territorio enemigo, el General cartaginés demostraría una y otra vez su dominio del arte de la guerra. Supo comprender su dinámica, así como los principios que la rigen. De ahí que Aníbal tuviera clara conciencia de la importancia y utilidad del “arma secreta”: La Estratagema.

En Cannas Aníbal dispuso a sus tropas en un frente en forma de arco, con el centro proyectándose hacia el enemigo. Este sería el primer punto de contacto del ataque enemigo. Ante el empuje de las legiones, el arco fue cediendo. Los romanos, intuyendo la victoria, concentraron su esfuerzo y sus tropas en este punto. Lo que no podían sospechar era que Aníbal había previsto precisamente este desarrollo de la batalla. Para ello colocó a sus mejores tropas en ambos flancos. A medida que el centro cartaginés cedía el “arco” inicial pasaba a convertirse en una gigantesca “U”, con el Ejército romano formando una gran masa en su centro.

Demasiado tarde, los Generales romanos se dieron cuenta de que el gran bolsón que

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